MOLINO DE TIEMPO
Autor: José Salobreña García.
Título: Molino de Tiempo. Lugar: Biblioteca de Andalucía.
Fecha: Hasta el 23 de junio.
El molino gira, gira, el tiempo no es
su problema. El paso es cíclico, pero sin embargo distinto cada
instante que transcurre, permaneciendo el eje fiel a sí mismo.
El título de la exposición recoge
muy bien esta idea, definiendo la propuesta de José Salobreña. La
obra presente esta unida por el concepto de calidad, amplia visión
artística, profundo conocimiento de los estilos en boga, sólida
base pictórica, y ágil adaptación a los momentos cambiantes. Su
obra significa una evolución cíclica sobre un mismo ideal, quedando
como sustrato común, en todas sus piezas, la fuerza del discurso, la
rotundidad de la línea, el poderío del color.
José Salobreña propone, como
fundamento de la instalación mostrada, la producción lírica de
Federico García Lorca y su relación con el paisaje, el aprendizaje
de las costumbres del lugar, la belleza de la Vega, el devenir
tranquilo e insinuante que marca el tiempo de sus campos. El poeta
sin su entorno carece de significado, convirtiéndose en objeto
manido por el consumismo. Suena su voz, queda la musicalidad de las
estrofas rítmicas, mas las imágenes extraídas carecen de sentido,
pues se olvida el lugar de donde surgieron. Busca el pintor al Lorca
auténtico en el espíritu de la Vega granadina, las gentes que la
habitan, su historia.
Hablar de la obra de José Salobreña
sobra, pues basta contemplarla y sentir el susurro que trasmite.
Recorre el autor su pasión estética escrita con el pincel. Comienza
con la descripción del paisaje de Fuentevaqueros, sus tradiciones,
personas… envuelto todo en un colorido cálido, agradable, ajado
por los años, reflejo del estilo imperante en su juventud. Surgen
creaciones descarnadas en los sesenta, donde intensifica las
tonalidades, jugando con colores grávidos, apasionados. Las figuras
se perfilan, denuncia el artista el abandono de sus habitantes, el
desarraigo, la injusticia de la desigualdad. La especulación, el
olvido y trasformación del espacio agrícola, son representadas en
piezas de figuración expresiva, cargadas de intenso simbolismo. En
su etapa neocubista recrea composiciones de solida mirada,
brillantes, frías y duras. No se emocionan ante la memoria del
ambiente. Cierra con una pintura fresca, de rotundidad visual,
significado ácido y momentos de resignación ante el futuro,
espejismo sólo, pues el pintor da un giro a su creación para
retomar de nuevo el hilo inicial de su historia. Lorca y la Vega de
Granada son consustanciales.
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