VIENDO LA VIDA
Autora: Cristina Ramírez. Título: La
muerte y el ciego. Lugar: Sala de exposiciones del PTS, planta baja.
Fecha: Hasta el 7 de julio.
Es una exposición de visualización
ligera, muy bien decorada, pero que pierde fuerza en su trayecto,
pese a poseer una sólida base conceptual. Indica Cristina Ramírez
que quiere representar la trayectoria vital sujeta a la muerte, al
peligro constante que siempre planea, siendo el hombre ciego a su
presencia. Introduce el desierto como travesía, búsqueda constante
hacia el oasis, paraíso salvador de la existencia, dolor en el
camino, pérdida y desconcierto, sin decaer en la esperanza de
encontrar el lugar protector, sitio para descansar y disfrutar las
mieles de las horas. Más los rastros del peligro están siempre
presentes, el túmulo indicado por la autora, el enjambre preludio de
la maldad o descomposición, el fuego del infierno surgido del
cráter, el ave de mal agüero que no puede sobrevivir a su imperio.
Y al final la cueva, oscuridad amenazante, silencio rotundo, pavor de
los tiempos inactivos, reposo eterno, el cráneo es el aviso, los
dibujos sepias en secuencia, situados en la pared, la versión de la
gruta, de la roca con oquedades listas para ocultar, ofreciendo las
puertas naturales hacia el inframundo.
Cristina Ramírez continua con la idea
central de la exposición anterior, desechando en esta última toda
esperanza, abocada hacia la nada como conclusión vital, relatando su
reflexión sobre la futilidad de los deseos intrascendentes,
aconsejando mirar lo que realmente es importante, la persona y su
entorno. La idea sobre la que se asienta esta propuesta es
interesante, inteligente, muy elaborada, pero el resultado podría
haber sido más expresivo, rico y original, sin deslucir la valía de
la instalación actual, mas se queda algo corta esta prometedora
creadora plástica.
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