CARINI SIEMPRE ES CARINI
Autor: Miguel Carini. Título: La
oscura magnolia de tu vientre. Lugar: Espacio de Arte Santiago
Collado. Fecha: Hasta el 9 de junio.
Explora Carini la imagen, como
posibilidad visual de plasmación del sentido lírico contenido en el
poema. Es una labor difícil, pero la habilidad expresiva del pintor
logra salvar la estructura del verso escrito, la musicalidad de la
palabra, exponiendo con la conjugación cromática la sensación
oportuna, la emoción adecuada, que escondida en el envés del color
surge al rozar sus diferencias. Nace en ese momento la chispa fugaz,
de percepción sugerida, solo aprehendida por el corazón.
Consigue el artista trasladar la
palabra poética al lienzo o papel, incorporando la imagen evocadora,
el símbolo portador de impresiones encadenadas hacia el fondo del
enigma, las conjunción de colores que dictan el sentido rítmico de
los sentimientos evocados.
Miguel Carini es un maestro del
grabado, referencia entre todos, ofreciendo en esta ocasión una obra
en diferente formato, permaneciendo en su esencia creativa, pues su
huella personal trasciende la técnica, para permanecer en todo su
trabajo plástico. Carini es siempre Carini, mostrando su dominio,
sea en óleo, acuarela o impresión. En sus piezas la línea pierde
su memoria geométrica, para aparecer sinuosa, sensual, escondida,
caprichosa y envolvente, encerrando en sí el misterio de la
historia. El signo de la palabra, es reflejado en la figura, en la
cual el trazo seguido por la mirada va decantando los tiempos de sus
momentos, potenciada por el guiño del signo incorporado, símbolo
que propone otra forma de abordar la escena propuesta. Pero es en la
intensidad del color, en la sucesión tonal, donde el pintor induce
sentido pasional al poema propuesto, verso extraído que en su
libertad se abre en todo su significado, evocación del sentido
metafísico de la existencia, del tiempo que pasa, de la
intrascendencia de la realidad, siendo sólo real el instante que se
escapa de la existencia racional, evadiendo el pensamiento hacia
espacios sensibles, unas veces fríos y desconcertantes, abatiendo el
espíritu, en otras consigue postrar la atención ante el gesto de la
frase brillante trasplantada al cuadro.
Miguel Carini se interna en la obra de
Federico García Lorca, en el jardín de su palabra poética,
descifrando el perfume de la oscura magnolia, tras la huella de la
figura amada, cuan gacela que se vislumbra en la bruma de la fría
mañana, cuando el espíritu vaga perdido tras el soplo de su
presencia.
Es una impronta barroca la configurada
en su producción pictórica, abarrotada de color de vibración
acorde, que reproduce el alma del poema.
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