EN EL LÍMITE DE LA LUZ
Autor: Diego Benéitez. Título: La
luz de tus ojos. Lugar: Galería BAT Alberto Cornejo. Madrid Fecha:
Hasta el 16 de noviembre de 2024.
Diego Benéitez( Zamora, 1986 ) ofrece
una obra donde la claridad se difumina, en un escenario extraído del
tiempo, fuga hacia la intemporalidad, surgida como destello pasajero,
en su resplandor tímido en el momento último de la Luz. Es un
encuentro sin continuidad, encuentro con la fantasía, que se deshace
en el ritmo de los instantes. Luz ausente, luz cautiva, luz errante,
que se escapa del horizonte, asolado el espíritu con su partida,
pese a ofrecer el dorado decadente de sus atributos. Cae la luz
abatida ante las tinieblas, soledad y recogimiento, toma forma la
noche con su presencia.
Esta sensación somete la mirada del
pintor hacia un estado emocional que arrebata su consciencia,
extráyendolo del instante sentido para trasladarlo, en el momento
feliz eterno, a un estado de asombro, continua sensación ante el
esplendor luminoso del encuentro entre el día y la noche, claridad y
misterio, sea en las horas de la aurora o en el ocaso. En ambos
momentos, cuando se produce el encuentro entre ambos antagonistas, la
luz se rompe en sus variadas tonalidades, cuyas secuencias
presenciales se invierten según sea el momento de la jornada.
En esta fractura solar surgen
destellos cromáticos, esparcidos sus tonos de forma fugaz, desde el
grisáceo hasta el dorado intenso o al revés, en su eterno ciclo de
los tiempos. El horizonte actúa como frontera entre ambos
universos, fundiéndose cuando explota el dorado, desvaneciendo el
azul intenso de las aguas o el suave tímido que se asienta en la
atmósfera. Entre medias se van sucediendo multitud de composiciones,
abstracciones de la realidad, no inventadas, espacios de belleza
fluida, transitoria. La mirada queda atrapada en este espectáculo.
El paisaje gana fuerza cuando la bruma participa en la escena
trasmutante, originando destellos, otras posibilidades en las que se
presenta el color.
Todos estos motivos son perseguidos
por el Diego Benéitez en su aventura plástica, captando las horas
luminosas ante horizontes marinos, sólo alterados por el ritmo del
reloj y las siluetas de la costa.
Desde una expresión pictórica
realista plasma fiel el escenario observado, trastocándolo en
composición caprichosa de la luz, deshecha en sus posibilidades
cromáticas. Es hábil en pintor en la conjunción del color,
plasmado en una obra limpia, sencilla, elegante y de calidad creativa.
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