EL SUSPIRO DEL TIEMPO ATRAPADO
Francisco Sánchez Montalbán, Monti,
presenta “Clásica anomalía” en la Sala de Exposiciones
Temporales del Centro Cultural CajaGranada. Hasta el 17 de noviembre
La fotografía recoge el instante,
percepción evanescente del tiempo que muchas veces pasa invisible. Y
ese es su mérito, recoger lo imprevisto, la imagen fugaz del gesto,
la acción sumida en el acto temporal, el detalle desapercibido.
La mirada es ciega, pues sólo observa
aquello que trasciende la rutina, lo demás queda envuelto en una
realidad predeterminada, aunque la mayoría de las veces lo veraz es
divergente con lo supuesto. La fotografía posibilita el conocimiento
detallado del suspiro del tiempo, instante intrascendente, calderilla
a la mirada, pero que en sí guarda causas, sorpresas, soluciones y
enigmas de la atención encerrada en la rutina.
Francisco Sánchez Montalbán, Monti,
(Cartagena, 1964) profesor de Fotografía de la Facultad de Bellas
Artes de Granada, propone un conjunto de piezas, producto de su
participación en el Festival de Música y Danza de Granada,
recogiendo las instantáneas de los últimos veinte años. Muestra
una serie de imágenes espontáneas, resultado del azar y la
intuición del fotógrafo, que al convertirlas en expresión
estética, por el contenido, y la inducción de reflexiones que
provoca, curiosidades e historias evocadoras, son transportadas al
campo de la creación plástica. Es el artista quien dirige la
cámara, su inteligencia es la que elige el momento, dirigida por el
ánima estética que domina la acción, el momento, cuando el autor
está sumido en el universo de su influencia.
Cada una de las piezas mostradas nos
enseña un detalle, una sugerencia, a partir de la cual se desarrolla
la imaginación del espectador, pero en bastante de ellas es la
escena quien sustrae toda explicación posible, la representación de
las sombras, el movimiento, los gestos de la vida que transcurre,
todo pasa y se pierde, salvo para el fotograma, convirtiéndose en
punto de atención sobre la futilidad del pensamiento, pues ocurren
multitud de estímulos circundantes superadores de la consciencia. Se
desprende tras su visualización varias reflexiones, primando aquella
que se deposita en la fragilidad de la existencia, el devenir de
nuestras vidas, pues ¿somos conscientes realmente de nuestro
entorno? ¿O acaso nos dejamos llevar por el flujo de la
cotidianidad? suspendidos sobre las emociones y sensaciones del
momento. Esta es la gran pregunta surgida en la contemplación de la
obra de Monti, profundidad intelectual en el recuerdo dejado tras su
contemplación, la cual toma peso y fuerza debido al contraste del
blanco, oscuros y grises, en sus instantáneas.
Francisco Sánchez Montalbán ofrece
en sus imágenes un paseo por la inanidad de las cosas, espacios
vacíos de la comprensión, que aparecen como puertas hacia la
libertad, fantasías que nacen columpiadas con las notas musicales
que la escena induce, componiendo a veces paisajes de hondo lirismo
visual.
Sutileza y percepción mágica se
aúnan en esta propuesta plástica.
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