LOS COLORES DEL CABO
Las olas de color invaden la mirada.
La anegan y seducen para incorporarla a su universo cromático.
Alfonso Contreras Ocón sucumbe ante el espacio bravío, sometido al
caos de sensaciones, que el entorno marino produce. Las olas
rompientes, el silbido del aire, su roce fresco, el azul envolvente,
el rumor permanente roto por el graznido de las gaviotas, sobre el
ocre blanquecino de la arena, generan en el pintor un estado creativo
seductor, extrayéndolo de la realidad temporal, para introducirlo en
el fondo cromático del ambiente, contemplando solo color, respirando
color, sintiendo color.
Inmerso en la soledad de las playas
del Cabo de Gata, se funde con el entorno, participa de sus rumores,
del fluir cambiante de sus esencias, arrastrado por los cantos
ocultos de sirenas engañosas, para atraparlo en el ciclo perenne de
la irrealidad. Capta este creador plástico todas estas experiencias,
salvándose de su influjo para narrarlas en su pintura.
Esta experiencia es reflejada en las
piezas que muestra en su exposición, en las cuales se desprende el
artista de la estructura lineal, esquemática, de trazos profundos,
que sostenían sus producciones plásticas, para expresarlas como
campos de gamas estructuradas, según la sucesión que la mirada
percibe, o en superposición, cuando se fuerzan mutuamente las
radiaciones en su deambular por el ambiente.
Alfonso Ocón capta todas estas
sensaciones visuales, reflejándolas en sus piezas, en las cuales es
el instante tonal el plasmado en ellas. Introduce el pintor al
observador en ese espacio especial, cuando la percepción ahonda en
el trasfondo de los signos definidos por la razón, para ir más allá
de las apariencias, y penetrar en el seno cromático del paisaje,
energía danzante, vibración cuan letanía permanente, que recita
sin cesar el susurro de los genios del lugar.
El pintor describe con sencillez
compositiva la escena contemplada, sin artificios extraños, sólo
con el trazo tonal oportuno, descubriendo, en la contemplación de su
obra, el ánima que se esconde en el paisaje. Ésta es la que le da
vida, penetra en la mirada, arrebata la razón, generando un estado
de trascendencia ante la belleza desvelada.
Alfonso Ocón demuestra su habilidad
pictórica, en la amplitud de registros plásticos presentes en su
obra, consiguiendo elaborar piezas de gran calidad expositiva.
Se puede visitar esta exposición,
cuyo título es “Mediterráneamente”, en el Gar Anat Hotel
Boutique, Granada, hasta el 10 de noviembre.
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