viernes, 18 de julio de 2025

LA POESÍA TOTAL DE REI BERROA

 


SON PALOMAS PENSAJERAS


Rei Berroa es un poeta, crítico literario y traductor, dominicano, afincado en Estados Unidos, lugar desde el cual realiza una intensa labor difusora de la poesía hispana. Da a conocer a poetas de lengua española, organiza congresos y encuentros, triunfando siempre el juego armónico de la palabra.
Podría extenderme en los méritos cosechados en su carrera literaria, mas me centro en el motivo de este artículo.
He recibido su libro “Son palomas pensajeras” editado por Letreo editores. Tras su lectura queda la impronta del ánima que recorre todos sus poemas, que organiza el cuerpo del sentido lírico del relato contenido en ellos.
Las palabras, tras ser pronunciadas, vuelan por el éter, son oídas, interpretadas, asumidas o rechazadas, impulsando sentimientos, emociones, ideas, o, a veces, nada. Pero en su conjunción acertada es cuando traducen el sentido que en su ritmo encierran, ritmo armonioso, y en otras ocasiones entrecortado, pero siempre encauzado según una partitura ajustada a la emoción transmitida.
Vuelan las palabras como las palomas, libres, caprichosas en su destino, alegres susurrantes, intimistas, precavidas, temerosas, pero siempre, en su inmaterialidad, significantes, inductoras de un pensamiento asociado a ellas, transmiten también intensidad pasional, emoción profunda que desemboca en reflexión, provocando un enriquecimiento personal.
¿Cómo consigue Rei Berroa la conjugación afortunada de palabras asociadas? Mediante el juego sintáctico que rompe la monotonía narrativa, para producir destellos imaginativos, flujo ondulante que reproduce un pulso natural, aquel que transcurre disuelto en la luminosa realidad, eco oculto de la voz primigenia del universo, plasmación sincrónica de la vibración anímica de la persona, enervándola, o acaso potenciando su significado, para salvarla de la confusión del rumor consciente.
Así transcurren los poemas de Rei Berroa, en encadenamientos sencillos, engarzados por la lógica y emoción del instante, rota su cadencia para ser continuados por la expresión que induce sorpresa, desconcierto, visión mágica, que potencia, con su requiebros, el sentimiento trasmitido en su estructura. Se eleva por las cimas de la fantasía, para caer, sin continuidad lógica, en el vacío de la realidad, logrando desprender el haz luminoso de la visión encerrada en el poema.
No se consigue esta estructura porque sí, sino mediante el conocimiento certero del vocablo oportuno, su relación con el ritmo inferido, más la gracia que anida en todo poeta verdadero, aquel que crea desde su latido e ingenio.








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