miércoles, 18 de junio de 2025

FEDERICO GARCÍA LORCA Y LA BARRACA EN PARÍS

 

LORCA EN PARÍS


El pasado dos de junio, dio comienzo la exposición “Federico García Lorca y La Barraca en París. París–Granada, 2025”, en la Sala de exposiciones René Capitant de París, en la cual participaron treinta y ocho artistas, de nueve países, aunados en la figura del gran Federico García Lorca, y su aventura con el grupo teatral desarrollada en La Barraca.
En este proyecto participa un nutrido colectivo de artistas andaluces, que desde diversas técnicas, y formas de expresión plásticas, exponen sus ideas, y reflexiones, cobre la impronta lorquiana en la cultura contemporánea.
Forman parte del equipo de creadores plásticos andaluces, presentes en este evento, Nina Ich, Pedro Chacón, José Manuel Darro, Miguel Carini, Ana Líma, Carmen Sicre, Xana Morales, José María Sánchez Aranda, Luz López, Mercedes Castro, Carmen Ocaña, Pedro Jiménez, Tomás Ayuso, Pilar Manuela Soto Solier, y Olga Leyva.
La figura de Federico es extensa, profunda, potente y amoldable a las varias facetas de la realidad contemporánea. En su obra se observa una tensión interna entre la modernidad y la tradición popular, aquella que nace del alma interna de una sociedad ancestral, que pervive resistiendo los embates caprichosos de las modas que se suceden, mas su esencia permanece. Este es el núcleo del alma lorquiana, que nunca estuvo estática, sino expectante en los tiempos inciertos, asombrada ante las nuevas perspectivas que estos le ofrecían, pero añorante constante del pasado, cuando las personas vivían en comunión con su entorno natural, en una existencia rural rica en cultura, poliédrica en figuras, mitos y paisajes inmaculados, libres de la huella transformadora de la tecnología.
Muchos son los reflejos que la imagen de Lorca proyecta, y ahí está su validez permanente, pues coincide con la angustia vital del ser humano actual, la ruptura del pensamiento nacido en los tiempos pretéritos, que quieren ser sustituidos por la magia embelesadora de promesas futuras.
La calidad de los artistas participantes es patente en las obras mostradas. Si tengo que citar alguno, me detengo en las producciones que más me han gustado, por su peso de calidad estética.
Miguel Carini, siempre exuberante, nos propone una serie de piezas de gran barroquismo compositivo, complejidad cromática, profundidad técnica en su elaboración, siempre poderoso.
Pedro Jiménez trasciende los pasillos de la luz, escapando de la confusión abstracta de colores, libres trazos sugerentes que rompen la razón, y descubren destellos que conectan con el pensamiento estético, para adentrarse en los espacios claroscuros, en los que se atisban ambientes de honda espiritualidad, que se evanescen en la luminosidad que se difumina hacia las alturas.
Carmen Sicre consigue lo difícil, desarrollar una mirada lírica en sus composiciones de tejidos, hilos dorados y ornamentos, que sustituyen la paleta y lienzo.
Nina Ich introduce el concepto cromático en la descripción del paisaje, compleja elaboración en la que relata el tránsito de los comediantes de La Barraca, pues así querían ser, actores del mundo rural que persistían en la cultura de todos.
Mercedes Castro recrea la poesía de la soledad, aquella del mundo rural, en la que las construcciones abandonadas contienen la memoria del tiempo perdido.
Carmen Ocaña es poderosa en la expresión plástica, directa en la dicción visual, rica en la compresión decantada en sus piezas.
Carmen Guardia nos adentra en el universo dramático de las representaciones teatrales, personajes pasajeros portados por los actores, el universo lorquiano, la fluidez de sensaciones que de su obra se desprende.
Podría extenderme mucho más en el comentario sobre los artistas participantes, que no por aparecer desmerecen en valía su obra expuesta. Lo malo de esta exposición es el corto tiempo de su celebración, visión fugaz, donde la mirada no ha podido reposar en la auténtica calidad portada en las piezas presentes.



Miguel Carini







domingo, 15 de junio de 2025

EXPOSICIÓN DE PEDRO GARCIARIAS EN LA FUNDACIÓN RODRÍGUEZ ACOSTA, GRANADA

 

EL JARDÍN SOÑADO POR PEDRO


Autor: Pedro Garciarias. Título: Las Aguas Verdes. Lugar: Fundación Rodrígez-Acosta. Fecha: junio-septiembre 2025.

Pedro Garciarias permanece encerrado en su paraíso sensitivo, jardín profundo evadido del tiempo, fragancia y color entremezclados conjugan sus esencias con el rumor del agua que transcurre, el zumbido del insecto ignorado, el halo del ambiente que cubre el espacio íntimo en el que descansa la mirada mágica del pintor.
Permanece, observa, crea historias en los claroscuros sugerentes, rotos a veces por el rayo plateado de la Luna, que rompe la oscura superficie del agua para mostrar sus irisaciones verdosas, si no, cuando el fulgor dorado desvanece el misterio de las sombras, brillando en las aguas del estanque, que presume de su verde profundo, reflejo del entorno al que da vida.
¿Por qué expreso esta obra con una expresión lírica? Pues es el único modo de transcribir la realidad emocional reflejada en sus piezas, describiendo con su ritmo sonoro la armonía visual que de ellas se desprende, el pulso encadenado que modula las sensaciones emocionales que su contemplación provoca, influjo permanente, vibración acompasada que comunica el sonido de la íntima contemplación contenida en la belleza inmutable.
Pedro Garciarias extrae de las formas el sentido cromático que subyace en sus figuras, la luminosidad, descompuesta en sus caprichosas tonalidades, que descansa en ellas, plasmando su esencia en el cuadro, la combinación de sus intensidades y levedad, el peso de su densidad, cuan composición topográfica, que descubre la fisonomía anímica contenida en el jardín mágico.
Para conseguir expresarlo de esta forma, configura el artista una simplicidad cromática destilada en su última impronta sensitiva, fondo último, en el que se resume el retrato mental que el pintor descifra con sus emociones, volcadas en una obra precisa, concisa en el uso múltiple del color, utilizando la huella cromática exacta, que define todo el entramado plástico, sustentado en el conjunto expositivo mostrado.
Como siempre, Pedro Garciarias sorprende y supera las expectativas puestas en su obra.












jueves, 12 de junio de 2025

MERCEDES LIROLA Y SU EXPOSICIÓN EN FAJALAUZA, GRANADA

 


LA VIDA PASA VOLANDO


Autora: Mercedes Lirola. Título: La vida pasa volando. Lugar: Espacio expositivo Fajalauza, Granada. Fecha: Hasta el 30 de junio.

Durante este mes de junio, se celebra en Granada FANGO, I Festival Cerámico, organizado por Lateral, que se desarrollará en diferentes espacios expositivos de la capital. Se presentan más de sesenta propuestas, participando como invitada, en este evento, Mercedes Lirola.
Esta ceramista transcribe el dibujo artístico en gesto, vibración y acción sólida, en las piezas cerámicas que muestra. Son pulsos visuales convertidos en sinuosas figuras en reverberación energética permanente, signo de vida inferido a cada una de ellas, que toman un rumbo existencial para definir individualmente su presencia.
Esta es la gran habilidad de esta artista plástica, insuflar un hálito de temblor vital que recorre toda la composición, conjugándose con el ritmo emocional del espectador, para penetrar acompasados en el universo mágico de la fantasía, ensoñación o acaso evocación sensitiva, despertando el destello de la mirada bella reflejada en la pieza apreciada.
Es extensa la trayectoria creativa de Mercedes Lirola en el campo de la cerámica, siendo una de las artistas más avanzadas en esta técnica plástica, en el espacio artístico andaluz. Crea incesantemente, investiga formas, materiales, posibilidades de su conformación, construyendo instalaciones de estética elegante, profunda técnica compositiva, que trasciende la mera elaboración cerámica, para expresarla como escultura de valor artístico. Sus formas juegan con la figuración unas veces, en otras, se arriesga a posibilidades imposibles, que logra salvar gracias a la destreza en el dominio de este tipo de soporte plástico que posee.
Sigo su obra desde hace años, observando una evolución en la complicación técnica de sus elaboraciones, resueltas con un estilo sencillo, pues simplifica el gesto estético imaginado, complicado en su diseño y creación, en una obra de suave transcurrir en la mirada.
Creo que no es necesario proseguir comentando más la propuesta ofrecida por Mercedes Lirola, pues ya la he definido, aparte que en su contemplación estas palabras serán olvidadas, al ser superadas por la realidad visual del conjunto expuesto en ese espacio expositivo.








lunes, 9 de junio de 2025

LOLA MONTERO EXPONE EN LA GALERÍA BENOT

 


SÓLO ES CUESTIÓN DE MIRAR


Lola Montero presenta en la galería Benot, Cádiz, “Lo real imaginado”, hasta el 23 de junio de 2025.

La mancha inteligente depositada en el lienzo, papel o cualquier otro soporte, comunica una imagen, una impresión, fuerza emocional del momento evocado, o acaso de la realidad pensada, imaginada, soñada. Esta acción plástica es lo que convierte la composición en expresión artística, que incita a la mirada a internarse en el universo interior del cuadro, explorando otras posibilidades, introduciendo fantasías, temores, inquietudes, o acaso la realidad ideal que supone oculta por la apariencia rutinaria.
Lola Montero propone estas sugerencias visuales en la obra expuesta en esta galería, mostrando piezas compuestas por trazos precisos, unas veces densos, que se van deshaciendo hacia su periferia, en contraposición de aquellos ligeros, evanescentes, sutiles, organizando una escena precisa en su comprensión, la cual penetra en la mirada para atrapar la atención del espectador. Esta artista, consigue este efecto gracias a la distribución de los elementos que da forma a la imagen supuesta, o gracias a siluetas propuestas, así como a figuras sumidas en una veladura de cromatismo brumoso, logrando transmitir el motivo plasmado.
Toma fuerza e intensidad esta representación gracias al lenguaje sensitivo del color, el pulso y peso tonal que lo acompaña. Hay piezas concluidas como bocetos, en los que se confunden la anotación de la pintora con rastros del colorido incorporado. Introduce así el efecto de tránsito temporal, construyendo una escena dinámica, donde la representación esquemática, de la idea pictórica que se quiere transcribir en la superficial de la pieza, comunica la intención de la pintora, siendo el espectador quien vive ese tiempo cambiante incorporado en la composición, pudiendo además elaborar su propia imagen.
Sensibilidad, técnica, y habilidad plástica, arropan la propuesta artística ofrecida por Lola Montero.































sábado, 7 de junio de 2025

ANTONIO RODRÍGUEZ BARBERO Y SU RETRATO DEL BEATO PEDRO RUIZ DE VALDIVIA

 



EL ESPEJO DEL ALMA


El retrato posee una dificultad adicional en la obra del pintor, pues aparte del dominio del dibujo, lo cual se supone al que se considera así, está el cómo se representa la escena, el colorido incorporado, el vocabulario portado por las distintas intensidades del trazo. Igualmente, el color añade sensaciones visuales que informan sobre el personaje retratado, las circunstancias de su entorno, el aura que lo cubre, la fuerza que quiere que acompañe su contemplación, así como la presencia del protagonista.
Pero a veces el artista se centra en el rostro, en la intensidad de la mirada, en los rasgos y asimetrías que nos delatan las huellas del tiempo, las experiencias vividas y el rastro que los acontecimientos han dejado como marcas en su faz.
Antonio Rodríguez Barbero es un pintor granadino con un largo recorrido plástico. Son muchas las exposiciones y reconocimientos anotados en su biografía.
Hace años publiqué la critica “El Café de los momentos perdidos”, excelente muestra de su valía pictórica, insinuante, melancólica inteligencia en la propuesta de escenarios, cuyas piezas contenían señas de calidad poderosa, transformando el realismo plástico en imagen sugerente, traspasando la mera figuración para ahondar en el mundo de los sentidos.
Pero este no es el motivo de esta reseña, sino la obra presentada en la Iglesia Parroquial de La Zubia, Granada, en la que figura el retrato del sacerdote Pedro Ruiz de Valdivia Pérez, natural de esa localidad, asesinado el 30 de julio de 1936, junto a otras quince personas, por profesar la fe cristiana. En 2022 el Papa Francisco los beatificó.
Antonio Barbero recibió el encargo de realizar un retrato de este Beato, contando sólo con la ayuda de una fotografía deteriorada, difícil de aportar mayor información. Lo complicado de esta empresa fue resuelto gracias a la pericia artística de Barbero, pues logró interpretar la imagen fotográfica, elaborando una obra en la que aparece D. Pedro Ruiz de Valdivia con gran profundidad psicológica, jugando el pintor con los accidentes que el recorrido de la mirada encuentra en el rostro, surcos, asimetrías, mostrando la determinación que siempre guió la vida de este sacerdote, la honda tristeza encerrada en el pozo de sus ojos, la serena paz con la que siempre aceptó las dificultades de la vida. Magistral descripción ha realizado este artista en un retrato sin fondo, sólo el rostro, consiguiendo su maestría describir la personalidad del personaje con profusión, profundidad, y si se quiere ver así, belleza serena.








jueves, 5 de junio de 2025

LAS LUCES Y LAS SOMBRAS, EXPOSICIÓN DE ALEJANDRO QUINCOCES

 


LA CIUDAD TOTAL


Autor: Alejandro Quincoces. Título: Las luces y las sombras. Lugar: Galería Haurie, Sevilla. Fecha: Haste el 21 de junio.

Siempre me ha sorprendido la capacidad para conseguir registros nuevos en su trabajo plástico. Alejandro Quincoces, pintor de amplia proyección nacional, crea piezas desde la figuración para transformarlas en imágenes que se quieren disolver en un murmullo de colores, inestable en su visualización, pues simula cambio permanente en su danza continua, densidades que quieren absorber las figuras, pesadez transmitida a la mirada, sensaciones impregnadas en los efluvios contemplados, consiguiendo la impresión de un ambiente preciso, liberador del tiempo que sujeta nuestra existencia consciente, induciendo curiosidad, historias imaginadas, impresiones sensitivas surgidas ante el paisaje, sólo posible de expresar con los efectos plasmados en su obra.
Alejandro Quincoces propone una creación pictórica no estática, sin romper su estadio anterior, integrándolo en la evolución que el sentido de sus relatos sugieren. En esta propuesta conjuga la totalidad con lo singular, el alboroto ruidoso presentido, en la gran metrópolis, con las estancias solitarias abandonadas en el olvido de la mirada. Rutina cotidiana, reloj que avanza sus agujas ajeno a la permanencia inmutable de la estancias. Alejandro Quincoces consigue representar estos relatos en su obra.
Continuando con la trama que sostiene esta muestra, el pintor juega con la totalidad y lo singular, los habitantes supuestos en el paisaje urbano, o vislumbrados en la profundidad del cuadro como manchas que se comprenden individuos, y la presencia de sus rostros, unas veces productos de su recuerdo nostálgico, y admiración, también hay piezas elaboradas como resultado de afectos, reflejados en los retratos expuestos, en los que capta emociones, cualidades, ternuras transformadas en impresiones cromáticas, pinceladas suaves y luces cálidas.
Pero además, el artista incorpora en esta producción plástica el signo del misterio, el lirismo que la memoria empapa en el paisaje rescatado. Soledad, frío, desasosiego, se convierten en relato poético pintado, con ingenio y elegancia, atracción a la mirada que no cesa.
Hay alguna pieza en la que Alejandro Quincoces incorpora intenso pavor en el vacío del paisaje, en los que la desnudez mostrada, acompañada de manchas difusas oscuras en el horizonte, describe la tragedia de la guerra.
Introduce el pintor un amplio repertorio sensitivo en su obra, diverso en miradas y temática, global y sintético al conjugar la vida en toda la instalación mostrada.
Poco puedo decir más de este excelente artista, pues su calidad es patente en sus piezas.












































jueves, 29 de mayo de 2025

J.DÍAZ ALAMÀ EXPONE EN LA GALERÍA OJOS DEL BARROCO, GRANADA

 


EL COLOR DEL INFIERNO


Autor: Jordi Díaz Alamà. Título: Del infierno al purgatorio. Lugar: Galería Ojos del Barroco, Granada. Fecha: Hasta el 21 de junio de 2025.


El artista controla los tiempos del color, el pulso que su influjo encierra, ya que es quien dirige el ritmo de la escena, las sensaciones que se condensan en cada una de sus piezas. Juega con una amplia variabilidad en sus tonos, siendo ardientes, espesos, intensos, agobiantes, lacerantes, ocupando todo el espacio percibido en la pieza. Otras veces imprime una luminosidad difusa, ajena a la calidez, sin origen, que completa todo el espacio, neutra, insustancial, grisácea, dentro de la cual se desarrolla los mundos ambicionados portados por cada uno de los condenados. Hay otras composiciones donde el peso de la oscuridad sienta su presencia, siendo la alimaña desgarradora símbolo de la condena presentida, en los perdidos allí sumidos en la ausencia de la luz. Campos infinitos, sin hitos tangibles a la mirada, sólo oscuridad, olvido y dolor.
Jordi Díaz Alamà (Granollers, 1986) nos muestra una obra soberbia, en la que plasma el Infierno de Dante, según sus pesadillas y ensoñaciones. Lo expresa de forma vibrante, teñida de pavor, soledad y olvido. En sus piezas todas las pasiones humanas descansan su presencia, reflejando la futilidad de los deseos y ambiciones, lo evanescente de las grandezas y riquezas que la existencia ofrece. Al final, desnudo cada uno se presenta tal cual, según sus méritos, estando en el averno aquellos ligados aún a sus pasiones, dolorosos por su pérdida, sometidos a un tormento indefinido. Hay piezas en las que la causa lacerante no aparece, sólo están plasmados los seres solitarios, en un abandono rotundo, desasosiego punzante, sin esperanzas, dejados en el olvido de los espacios de la nada. En otras, son comprendidas las causas de las penalidades por el pintor expuestas.
Consigue este artista componer estos paisajes gracias al dominio del lenguaje cromático, que dirige toda la trama desarrollada en cada composición. Sabe incorporar la modulación tonal adecuada para simular un tiempo detenido, extraído del ritmo que lo agota, siempre el mismo, perpetuidad ajena al desarrollo de la realidad, pues en este Seol todos están sometidos a las penas de sus pasiones, desasosiego eterno, hiriente, cortante, sin solución. No abusa de estos efectos el pintor, sin caer en un barroquismo estético, sino que lo expresa con equilibrio, con torsos bien delimitados, abandonados a su ocaso. Poseen sus figuras un poso de clasicismo en su representación, llevados hacia el límite de la exuberancia, mas sabe J. Alamà controlar esa frontera difusa, consiguiendo así el efecto buscado. En sus piezas, juega con un fondo que viene desde la abstracción para conjugarse con el realismo de las figuras, pues quiere describir la disolución de la razón en el mar hirviente del caos, confusión absoluta, cuando la soberbia de querer ser, sustituto de la divinidad, se diluye en la humildad de la extinción. Esta resonancia obtenida en su creación plástica, es lo que da fuerza a toda su obra, demostrando la habilidad, e inteligencia, que sostiene la producción pictórica expuesta en esta excelente propuesta.