MUJER
DE AGUA
Carlos
Andreoli, poeta argentino afincado en Andalucía, nos ofrece “Mujer
de agua y otras navegaciones”,
editorial Averso, con prólogo, en el que se realiza una excelente
disección del espíritu de la obra, de Ángeles Mora, acompañado de
la ilustración, siempre acertada y enriquecedora, de Miguel Carini.
“Mujer
de agua y otras navegaciones” consta de tres partes, comenzando por
“Mujer de agua”, en la que propone un conjunto de poemas de
poderosa dicción esplendorosa, pues
consigue
engarzar los vocablos para componer estrofas que se deshacen en sí
mismas, como figuras que se disuelven en un efluvio de luz. El amor
profundo identificado con el agua es el eje que desarrolla todo su
conjunto. El agua como signo de placidez, elemento que disocia la luz
en sus varias irisaciones, atrapando la mirada hacia el universo
atemporal del éxtasis permanente, momento máximo del encuentro
amoroso, que empapa al ser atrapado en el enamoramiento, mas todo se
reduce al cristalino, la mirada de la amada que subyuga, y convierte
en magia el encuentro de ambos.
“Otras
navegaciones” conforma la segunda parte, recogiendo en ella textos
en prosa poética y versos, donde describe el mundo que lo rodea, la
pobreza de los indigentes, el pasado siempre compañero, nostalgia de
amistades, bares y veladas gozosas, amigos, desaparecidos, el tiempo
que todo agota.
Con
“ Canciones para llegar a la orilla”, en la que el tango toma el
ritmo, propone una profunda reflexión sobre injusticias, penas y
anhelos. La distancia y recuerdos sostienen su pulso.
Se
observa en sus versos, un ritmo musical lento, apasionado,
reconcentrado en sí mismo, con paso pausado, medido y denso, de una
melodía impregnada de voces profundas, en las que refleja los
avatares de la vida. Este es el resultado del encadenamiento de
palabras sencillas, no rebuscadas, expresión cotidiana de
conversaciones comunes. Gracias a la habilidad compositiva del autor,
que presumo descansada sobre el lomo melodioso del tango, consigue
alcanzar cotas luminosas en la musicalidad contenida en sus poemas,
piezas desgarradas, si no, de profunda pasión entregada hacia la
extinción del yo con la pareja amada, convertida en halo de claridad
evanescente que lo cubre todo con su presencia.
En
sus poemas Carlos Andreoli nos enseña la rotundidad de la palabra,
la cual bien estructurada se decanta hacia senderos de pasión
lírica, expresada con limpieza, brillante exposición de rutilancias
sonoras, elegantemente resueltas por el autor.
Iniciación
Él vuela con la mujer de agua./
Moja su pluma en las constelaciones de la noche./
Y en el camino del cielo escribe el amor./
El descubrimiento se corresponde/
con el agua de la lágrima./
Él quiere compartirlo todo con ella./
Todo el sol
Todo el mundo cabe en mi cuerpo
Todo el amor del mundo cabe en mí.
Todo el sol de esta tarde.
Solo vos con tus abrazos sos más grande.
Solo vos con tus besos sos gigante.
Más grande que todo el amor del mundo.
Solo vos con tu amor.
Todo el sol de esta tarde.
Todo el amor y la claridad del mundo
caben hoy en mí.
Los ojos de la luna
Por los ojos de la luna
caen los grillos y danzan
sobre tu noche enamorada.
Por estar eternamente contigo
soy el aire que te rodea.

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