sábado, 30 de enero de 2021

XAVIER RODES EXPONE EN LA GALERÍA ANSORENA

LA BELLEZA DE LOS MOMENTOS INTRASCENDENTES

Xavier Rodes en la Galería Ansorena, Madrid. Título: Todavía. Fecha: Hasta el 28 de febrero.

Los azules asociados con la geometría se instalan en los espacios naturales, dentro de un escenario sumido en un ambiente de soledad, ensimismado, cuasi melancólico.

Xavier Rodés, 1971, es un pintor inmerso en el paisaje exaltado, extraído de la realidad temporal para establecerse en el campo de las visiones idealizadas, espacios fantásticos donde el observador se interna en el mundo de la melancolía, según un ritmo poético que fluye apacible, tranquilo, sobre el nervio que da ímpetu a la mirada.

Este artista confronta la racionalidad de la presencia humana, por medio de sus construcciones y artilugios, con el entorno natural. La rigidez de la línea, el orden geométrico y matemático, quiere imponerse sobre el paisaje, en un enfrentamiento constante que genera fuerza interna en el cuadro. La mirada profunda, cuando el brillo de la pieza atrapa la atención, descubre que tras la superficie suave, de la composición, se esconde una pulso vibrante, que la sumerge para llevarla a un estado de reflexión absorta, que rompe la letanía temporal de los instantes nublados por la rutina.

El conjunto mostrado juega con la división de tonos azulados del cielo, y su reflejo en el mar. Aparece como discordantes los tonos ocres y verdosos de las costas, montañas o campos olvidados, roto su equilibrio por el orden impuesto por la lógica configurada como construcción. A veces las mismas rocas parecen esconder un cuerpo regular, siendo todo modulado, por la visualización influida por el desequilibrio depositado por el autor en la obra. En algunas añade el blanco de la nieve, frío olvido en la nada de la memoria cotidiana. Surge en estas imágenes la soledad, lírica melancolía que se conjuga con el silencio. Es un ingrediente que aporta misterio en su trabajo plástico. En realidad Xavier Rodés propone en éste una secuenciación de imágenes, que reflejan la búsqueda de los momentos fugaces para convertirlos en trascendentes, destellos de la magia intuida tras el ambiente sentido.

El color contenido, la luz tímida que deambula, el peso del azul, desarrollado con suave parsimonia, incrementan el efecto deseado. Muy buena exposición la ofrecida por este pintor.





























jueves, 28 de enero de 2021

SOBRE LA PINTURA DE DIONISIO GODOY

DIONISIO GODOY

Obra de Dionisio Godoy expuesta en la Colección permanente del Museo Doña Pakyta.

La obra de este pintor muestra registros varios, en los cuales están contenidos modos de continuidad de un estilo clásico, paisajes costumbristas de la tierra andaluza, y piezas donde el autor muestra la profundidad pictórica que atesora.

Dionisio Godoy, 1932, es un pintor de larga y prolífica trayectoria plástica, que por su labor artística y participación en movimientos estéticos, constituye un elemento inseparable de la historia de la Pintura almeriense.

Su trabajo denota precisión en el trazo, desarrollo pausado en la conclusión del cuadro, y uso equilibrado de colores vivos, donde el blanco, azul, ocre y verdes, predominan.

En sus composiciones preciosistas, de paisajes y escenas costumbristas, prima la idealización de una realidad pensada, ofrecida al observador tal y como quiere apreciarla, sin considerar su profunda factura heredera de principios del siglo veinte. Son trabajos elaborados por el autor de acuerdo a su independencia creativa, porque sí, como producto de un gozo estético compartido, que quiere salvar modos y formas ya olvidados por el pulso creativo que recorre la plástica actual.

Es rotundo en la representación de los paisajes del Sur, destacando la fuerza de los blancos encalados, la solidez de las construcciones, presentadas en campos que ocultan su aridez gracias a la espesura del color. Es la mancha blanca definida en construcciones la que predomina, encontrando un nexo de unión con los indalianos en su admiración por los espacios descarnados, reino de la austeridad, donde la geometría de las edificaciones, sencillas y sólidas, triunfan en su albor. Describe en sus distintas acuarelas la topografía del sudeste peninsular, narrando la superación en el entorno duro, y escaso en agua, de sus habitantes, ofreciendo, como un encuentro mágico, el rincón henchido de verdor de sus huertos y humedales. Lo hace el pintor mediante el transcurrir visual de un ritmo tranquilo, que fluctúa en una ondulación armónica según lo interpreta la mirada. Salva la forma el estilo, y el fondo plasmado sobre su técnica.

Hay otras obras donde Dionisio Godoy muestra su dominio de una concepción actual de la figuración pictórica. En algunas piezas juega con la repetición en el movimiento, en un entorno de tonos grávidos, vibrantes de fuerza densa, contenida en la mancha acotada, proponiendo un mundo misterioso, escondido, cuan acertijo impreso, dispuesto a ser interpretado por el espectador. Son elaboraciones de gran calidad, reflejo de la maestría del pintor.