FERNANDO RIVAS EXPONE EN LA GALERÍA ORFILA

 

ABSTRACTO EQUILIBRIO DE LA RAZÓN ESTÉTICA

Autor: Fernando Rivas. Lugar: Galería Orfila, Madrid. Fecha: Hasta el 13 de abril.

Juega con el caos Fernando Rivas. En sus cuadros fluyen las manchas en un torbellino azaroso, surgiendo interpretaciones múltiples a la mirada, producto de la percepción engañosa, la cual quiere encontrar significado en el mundo que le rodea, mas se queda en la intuición pasajera del instante detenido.

Este pintor elabora una obra sencilla en apariencia, pero compleja en la imagen que encierra al entendimiento. Mira el espectador sus piezas, refleja la figura fantasma surgida en su pensamiento, la cual se desvanece al tomar consciencia de ello, pero adquiere conocimiento del destello vivido en ese momento contemplativo. Sea esa la idea primigenia del artista, o no, esta es la conclusión sensitiva que desprende su trabajo plástico. La obra de Fernando Rivas brota del inconsciente, y es desarrollada con el equilibrio de la razón estética, apoyada en el dominio de la conjunción armoniosa poseída por el artista, siendo finalizada en el punto exacto del brillo desprendido al contemplarla. Todo lo demás sobra, Fernando Rivas posee oficio en la conjugación cromática, obteniendo composiciones de sencilla elegancia plástica.

ALEJANDRO QUINCOCES EXPONE EN PARIS

 

LA CIUDAD PALPITANTE

Pasea su mirada por paisajes urbanos el pintor, extrayendo la esencia de su ambiente, el pulso que hace que vibre y refleje vida, a pesar de no ser visto ser humano alguno, solo supuestos por la edificaciones que los acoge. En ellas vidas diversas desarrollan el guión escrito por las Parcas, en el flujo de las horas anodinas, que se esfuman en el pasado, hasta agotar su presencia. Es una sucesión de historias, vivencias, anécdotas, triunfos efímeros que se desvanecen en la realidad de la adversidad, todo aparece entremezclado, sucediéndose los actores, miles de actores, seres anónimos cuya presencia es supuesta, fantasmas percibidos por el ritmo pulsante de la atmósfera que llena calles, rincones y edificios.

Alejandro Quincoces capta esta sensación y la transcribe en sus cuadros. En ellos el color no se ajusta al perfil del dibujo, sino que lo supera y transgrede, logrando el efecto de variabilidad en su visualización, cuán oscilación de la imagen, que representa la armonía propia que define la esencia de cada ciudad. Es hábil el artista en su captación, recreando en su obra el universo cinético, solitario, anónimo, envuelto en murmullos imaginados.

Define el pintor la existencia en las grandes urbes, conjunción de arquitectura y humanidad, que con el clima genera la estampa de su carácter.

Supera Alejandro Quincoces el dibujo, proponiendo piezas en la que se amalgama el color, sujeto a una modulación sin estridencias, de aspecto denso pero de naturaleza suave, alejada de grandes altibajos, dirigiendo su camino hacia la evanescencia, consiguiendo dotar a la imagen de percepción temporal cuando son contempladas sus piezas.

Este creador plástico posee un extenso currículo expositivo, tanto de instalaciones como lugares en los que exhibe su obra, constituyendo su trabajo pictórico un realismo sensitivo, palpitando la superficie en sus composiciones, según el ritmo captado en cada escena recordada. Obra de gran calidad es la ofrecida por este artista, asentada en un estilo propio, el cual supera la mera plasmación del retrato urbano, para expresarlo como encuentro ante la inmensidad de la ciudad moderna, expuesta como un ser con personalidad propia y autosuficiente, que respira, vive, siente y se alimenta de sus habitantes. Este es el ingenio que incorpora Alejandro Quincoces en su pintura, poderosa y asentada, ligera y consistente a la mirada.

Muestra su obra durante estos días en la galería parisina Arcturus, hasta el 31 de marzo.

MARÍA DOLORES GALLEGO EXPONE CON MECAMEDITERRÁNEO EN PORTUGAL

 

TIEMPOS LÍQUIDOS

Participa MECAMediterréno, con la artista María Dolores Gallego, en el Simposio Internacional de Pintura de Portimão, en el Algarve portugués, dentro del programa de Cooperación Transfronteriza Andalucía-Algarve, del 11 al 16 de marzo de 2024.

En el Simposio participan artistas internacionales de distintas nacionalidades, bajo el lema “Jovem e Cidade”, en el que se abordará las nuevas perspectivas de la ciudad actual, los cambios en su concepto funcional, y su relación con la Naturaleza, desde una mirada ecológica y pensamiento dinámico adaptativo.

Participan junto con la artista española, Od Khan, de Mongolia, Tiln Luo, de China y Ribal Abdul Hamid, de Siria.

María Dolores Gallego, Torreperogil, Jaén, es una creadora plástica de amplios registros técnicos, lo cual le permite poseer un extenso vocabulario estético, centrado en la esencia de la comprensión de la mirada, es decir, en la imagen conceptual extraída del orden de formas, líneas y colores, confrontadas en el caos aparente del cambio de estructuras, orden que se transforma, de cuyo proceso obtiene la imagen de cinetismo impreso. La forma se amolda a las realidades cambiantes, explicado por la artista “como los tiempos líquidos”, muy bien descritos por Zygmunt Bauman, sociólogo de la modernidad futura. Esta es la realidad actual que la compositora plástica nos expone en sus piezas.

En las obras propuestas por Maria Dolores Gallego, se expresa la confrontación entre la realidad comprendida como pasado y la transformación que el futuro obliga. Las piezas elaboradas por esta autora son producciones complejas de gran habilidad técnica, en las que utiliza materiales textiles, sustituyendo el pincel por tejidos, aguja e hilo, logrando obtener composiciones de calidad, fuerza e impacto visual.

En su obra se percibe la tensión permanente en el encuentro, y contradicción, de dos estados de pensamiento, lo perenne y lo plástico, el cual se resuelve olvidando lo inmutable, fluyendo hacia el tiempo próximo, queriendo existir. Lo describe la artista mediante un lenguaje luminoso, no por el sentido de la impronta cromática que incorpora, sino por la combinación que hace de ésta, los saltos tonales, la combinación de la gravidez del color con la evanescencia del contrario, oscuridad y claridad, rigidez lineal y diseño caprichoso, estructuras permanentes con su efecto de disolución emergente, todo a la vez aparece, esa es la sensación que se comprende tras comprobar su obra, cambio cinético, tras el cual surge un destello que anega la mirada. Excelente propuesta.

OBRA DE ISABEL QUINTANILLA

 

RINCONES Y EVOCACIONES

El realismo íntimo de Isabel Quintanilla. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Fecha: Hasta el 2 de junio.

Es la obra de Isabel Quintanilla (Madrid, 22 de julio de 1938 - Sevilla la Nueva, 24 de octubre de 2017) ) una experiencia de sosiego visual, cuando el tiempo se para en las horas silenciosas del hogar, en un ambiente espeso, densidad sobre la que la luz se asienta, cambiando la presencia real de las formas en una figuración plasmada a través de los sentimientos, recuerdos que afloran y se mezclan con la atmósfera rememorada en la pieza, conectando con la percepción emotiva del espectador, quien comprende, se integra y vive en el universo comprendido dentro de la composición. Los rincones pintados por la artista van describiendo la vida rutinaria de su entorno, trabajo, calidez, tranquilidad de los días, que se agolpan iguales y sin embargo construyen una experiencia feliz, en un espacio que parece estable, burbuja feliz, lugar de creación, vida y sentimientos.

Isabel Quintanilla logra crear este efecto gracias a un dibujo preciso, y oportuno por la representación elegida, en cuyo equilibrio geométrico hace descansar capas cromáticas de tonalidad acompasada, siempre bañadas por una luminosidad cálida. Juega la pintora con un colorido sin grandes estridencias, a pesar de su diferencia tonal de peso contenido, con lo cual consigue un efecto de concentración y evasión en la mirada, creando una placida sensación de encuentro con la imagen evocada, enigmas en su interior que se quieren descifrar, para al final sentirse identificado con objetos, rincones, horas definidas por la claridad de la estancia.

Aúna esta creadora plástica una estructura geométrica con el capricho de diseños y formas libres, la razón en la que queremos vivir y la realidad azarosa que la existencia ofrece. Esta es la razón por la cual la obra de Isabel Quintanilla atrae, gusta y alcanza cotas de gran calidad compositiva.

EXPOSICIÓN DE LEONARDO MOLEIRO EN MADRID

LOS DIÁLOGOS DEL PINTOR

Autor: Leonardo Moleiro. Título: Conversaciones desde Sirius. Lugar: Tamara Kreisler Gallery, Madrid. Fecha: Hasta el 23 de marzo.

Formas caleidoscópicas son organizadas por el artista venezolano, actualmente afincado en Los Ángeles, Leonardo Moleiro. Es su trabajo plástico una obra de exactitud racional, basada en las proporciones, conjunciones de elementos asimétricos que conforma un cuerpo de intensidad armónica, en cuyos límites acotados distribuye un cromatismo excelso, profundo, grávido y etéreo, creando un desarrollo rítmico visual ejecutado con lógica matemática, cuyo resultado, en su comprensión, genera formas animales, mas eso es lo que quiere el artista que se comprenda a simple vista, pues ahondando en su contemplación, sugiere otras formas que cada sujeto quiera descubrir. Son sus composiciones estructuras en cambio permanente, cinetismo impreso supuesto en la imagen, vibración en su observación, que se deshace en la retina para fluir como una alegre sensación visual, llena de accidentes topográficos, elevaciones tonales y fondos intensos. Ahí está el merito de la obra expuesta. Leonardo conoce la magia transformante de la pintura, escondiendo en la complejidad de las figuras otras posibilidades que el ojo del espectador debe encontrar, convirtiendo este encuentro en un ejercicio liberador de la realidad temporal, atrapando la voluntad sensitiva de la mirada. Domina la técnica de la composición cromática, el concepto de la percepción psicológica, a lo cual añade un gusto exquisito en la creación de sus piezas, consiguiendo que resulten vitales, dinámicas, sin perder la serenidad en su contemplación, con lo cual crea un entorno íntimo en la Sala. Supone una muy buena experiencia sensitiva la propuesta plástica presentada por este pintor.

LA PINTURA DE JUAN GARCÍA PEDRAZA

 

SOBRE LA OBRA DE UN BUEN PINTOR

Son muchos los pintores nacidos en Granada, en tan gran número que la categoría artística que han logrado alcanzar solapan al resto, apareciendo el último en el tiempo presente como estrella rutilante que apaga el recuerdo de los anteriores, hasta que el ritmo de los años lo condena al grupo del pasado.

Si nos adentramos en los pintores de otros años atrás, encontramos trabajos de excelente calidad plástica, bastantes con señas distintivas que los sitúan en igual nivel de obras actuales elogiadas.

Gracias a mi amigo, el pintor Manuel Ruiz, granadino profundo que vive en el sueño continuo de la Alhambra mágica, pude conocer la obra de un artista de poderosa clase pictórica. Me refiero a Juan García Pedraza, Granada 1956, que fue profesor de la Facultad de Bellas Artes de su ciudad.

La obra de este creador plástico es extensa y variada, tanto en temática como en su elaboración. Del conjunto de piezas que he podido observar, existen algunas de soberbia composición y plenitud visual.

Juan García Pedraza es un experto en el dibujo de esculturas, conocimiento que plasmó en su libro “El Dibujo de la Estatua”. En sus carboncillos aparecen reflejadas figuras trazadas con pulcritud, precisión en el desarrollo de sus contornos, que a pesar de su impronta se deshacen en la suavidad de las masas corpóreas, rompedoras de la bidimensionalidad. Cobran sus figuras fuerza visual, pálpito que le infiere vitalidad propia.

Existen otras elaboraciones, de este pintor, en las que se sumerge en los mares de cromatismo espeso, intenso, plural en sus tonos, que le confiere una atmósfera atemporal, circunscrita la escena en ella misma, donde sus personajes viven sus circunstancias. Hay una pieza que no tiene nada que envidiar a la nueva figuración actual, la del camionero en la soledad nocturna de su trayecto perdido en la sombras, él, su radio y la carretera. En todas estas obras denota el pintor oficio, inteligencia y capacidad creativa. Hay veces en el que deriva su mirada hacia objetos cotidianos, juguetes, o acaso se centra en la fantasía del agua de la fuente, sonido monótono, arrítmico, murmullo de la estancia en la plaza o jardín, reposo del espíritu, lugar de duendes y encuentros, memoria perdida de los paseantes. En sus cuadros deposita esas sensaciones, el misterio del ambiente, el sonido expresado en el cromatismo impreso.

En los retratos de este artista, centra su atención en las miradas de sus personajes, en las que se proyectan vidas complejas, a pesar de su tranquilo pose, cuya vestimenta, y fondo, interpreta el sentido reposado en las historia de sus ojos.

Los paisajes de Juan García Pedraza son producciones pictóricas de excelente interés artístico. Capta la luz de la ciudad, claridades tamizadas por la historia de sus fachadas, la nostalgia de trayectos cotidianos, todo ello expresado sobre un dibujo recio, sumido en el color, en cuya superficie se desprenden destellos de historias agregadas por quien los contemplan. Hay una obra que según mi criterio sobresale del resto, es la que contiene el edificio de la Rural, pieza actual, dinámica, rotunda, que alcanza altas cotas de calidad plástica.

Juan García Pedraza, es un artista cuya obra ha de ser considerada entre los pintores, de la primera fila granadina, de finales del siglo XX.

OBRA DE RAÚL EBERHARD EN LA GALERÍA ORFILA

 

MOMENTOS INFINITOS

Autor: Raúl Eberhard Oyarzun. Título: Lugar: Galería Orfila, Madrid. Fecha: Hasta el 16 de marzo.

Rompe la razón la imagen plasmada en las piezas, imposible en el mundo real, profunda y rica en posibilidades que los sueños del pensamiento concedan. Así es la obra de Raúl Eberhard Oyarzun, sugerente a la mirada, cuando observa los escenarios desorganizados en su estado de recomposición infinito, en un tiempo detenido, proponiendo otras realidades ilógicas, pero libres a la imaginación, sumidas en la magia de la existencia. Este estado definido en su obra es el que le concede una singularidad propia, la cual consigue que al observarla surjan múltiples ilusiones, sueños y fantasías evocadoras de aventuras irreales. En la visualización de sus composiciones se produce un dinamismo temporal variable, pues unas veces su contemplación conduce al inicio de la escena inicial, jugando cada cual con su imagen personal, pero puede que vaya el tiempo hacia los instantes futuros, organizando entramados envueltos en halos de aventuras imposibles, incapaces ser comprendidas por la razón.

Raúl Eberhard logra construir estas sensaciones gracias a la definición previa de esos momentos infinitos, los cuales soportarán en su dibujo un cromatismo rico en expresividad visual, en un relato organizado por sus tonalidades, aéreas y evanescentes cuando quieren ser liberadas la formas, o grávidas y espesas en su convergencia. Es una obra de compleja elaboración estética, con pulso interno, obteniendo el efecto impreso en el trabajo plástico del pintor. Esté es fresco, ligero, y de perfecta armonía visual.