SOBRE LA OBRA DE UN BUEN PINTOR
Son muchos los pintores nacidos en
Granada, en tan gran número que la categoría artística que han
logrado alcanzar solapan al resto, apareciendo el último en el
tiempo presente como estrella rutilante que apaga el recuerdo de los
anteriores, hasta que el ritmo de los años lo condena al grupo del
pasado.
Si nos adentramos en los pintores de
otros años atrás, encontramos trabajos de excelente calidad
plástica, bastantes con señas distintivas que los sitúan en igual
nivel de obras actuales elogiadas.
Gracias a mi amigo, el pintor Manuel
Ruiz, granadino profundo que vive en el sueño continuo de la
Alhambra mágica, pude conocer la obra de un artista de poderosa
clase pictórica. Me refiero a Juan García Pedraza, Granada 1956,
que fue profesor de la Facultad de Bellas Artes de su ciudad.
La obra de este creador plástico es
extensa y variada, tanto en temática como en su elaboración. Del
conjunto de piezas que he podido observar, existen algunas de
soberbia composición y plenitud visual.
Juan García Pedraza es un experto en
el dibujo de esculturas, conocimiento que plasmó en su libro “El
Dibujo de la Estatua”. En sus carboncillos aparecen reflejadas
figuras trazadas con pulcritud, precisión en el desarrollo de sus
contornos, que a pesar de su impronta se deshacen en la suavidad de
las masas corpóreas, rompedoras de la bidimensionalidad. Cobran sus
figuras fuerza visual, pálpito que le infiere vitalidad propia.
Existen otras elaboraciones, de este
pintor, en las que se sumerge en los mares de cromatismo espeso,
intenso, plural en sus tonos, que le confiere una atmósfera
atemporal, circunscrita la escena en ella misma, donde sus personajes
viven sus circunstancias. Hay una pieza que no tiene nada que
envidiar a la nueva figuración actual, la del camionero en la
soledad nocturna de su trayecto perdido en la sombras, él, su radio
y la carretera. En todas estas obras denota el pintor oficio,
inteligencia y capacidad creativa. Hay veces en el que deriva su
mirada hacia objetos cotidianos, juguetes, o acaso se centra en la
fantasía del agua de la fuente, sonido monótono, arrítmico,
murmullo de la estancia en la plaza o jardín, reposo del espíritu,
lugar de duendes y encuentros, memoria perdida de los paseantes. En
sus cuadros deposita esas sensaciones, el misterio del ambiente, el
sonido expresado en el cromatismo impreso.
En los retratos de este artista,
centra su atención en las miradas de sus personajes, en las que se
proyectan vidas complejas, a pesar de su tranquilo pose, cuya
vestimenta, y fondo, interpreta el sentido reposado en las historia
de sus ojos.
Los paisajes de Juan García Pedraza
son producciones pictóricas de excelente interés artístico. Capta
la luz de la ciudad, claridades tamizadas por la historia de sus
fachadas, la nostalgia de trayectos cotidianos, todo ello expresado
sobre un dibujo recio, sumido en el color, en cuya superficie se
desprenden destellos de historias agregadas por quien los contemplan.
Hay una obra que según mi criterio sobresale del resto, es la que
contiene el edificio de la Rural, pieza actual, dinámica, rotunda,
que alcanza altas cotas de calidad plástica.
Juan García Pedraza, es un artista
cuya obra ha de ser considerada entre los pintores, de la primera
fila granadina, de finales del siglo XX.
No hay comentarios:
Publicar un comentario