miércoles, 29 de septiembre de 2021

IVANOV: LA RESURRECCIÓN DE LÁZARO

 

UN PINTOR OLVIDADO

Alexander Andréyevich Ivánov, San Petersburgo 1806-1858, fue un pintor que ha pasado casi desapercibido en la historia de la Pintura. En su trabajo plástico desarrollaba una estética neoclásica, ya en decadencia en el siglo XIX, por lo cual tuvo poco reconocimiento entre sus contemporáneos. Fue un artista perfeccionista, obsesionado por encontrar la obra perfecta, portadora del equilibrio y armonía sosegada. Se le llamó "el maestro de una sola obra", pues le costó veinte años concluir la composición que él consideraba como su mejor trabajo pictórico, de título "La aparición de Cristo ante el pueblo", finalizada en 1857.
En ésta el autor organiza un ingenioso juego de perspectivas en el posicionamiento de sus personajes, de tal forma que en el recorrido de su visualización provoca curiosidad, apareciendo la figura de Jesús en la lejanía, caminando hacia la gente, la cual aparece sujeta a los avatares de este Mundo, perdida, desorientada, lamentándose de su dolor o encerrada en la ignorancia. En medio aparece San Juan Bautista, que señala con el dedo la figura del Redentor. El artista logra decantar la mirada hacia el personaje central, siendo éste quién descubre a Cristo como Salvador. Aparece el santo rotundo, seguro de sí mismo, ajeno a las apetencias terrenales, sólo pendiente del Mesías.
El escenario es claro, de luz difusa, colores agradables, mostrando en el horizonte cielos cárdenos del amanecer, cielos no exagerados en su ignición solar, sino tranquilos y sin estridencias, sobre un paisaje neblinoso de la mañana, fresco y sereno. Hay figuras donde consigue una carnosidad brillante, cuya decrepitud es salvada por la claridad que las reviste.
Ivanov, aparte de esta obra, posee un gran número de piezas en las que plasmaba la Naturaleza. Aunque idealizaba el paisaje, en bastantes de ellas nos muestra espacios en los que los árboles muestran vida, o el fluir y frescura del cauce de un arroyo. En sus paisajes se repiten las pautas de su obra principal, pero de forma más viva, relatando con sencillez el entorno de los campos, sus cielos, y sus construcciones. Transcurre suave, silencioso, integrado el pintor en el paisaje.
Pero entre sus cuadros de temas religiosos compuso la pieza “La resurrección de Lázaro”, impactante, poderosa sorpresa visual, que trasmite magia, energía, milagro. Es una obra que anuncia la modernidad en la pintura, la nueva figuración que subsistirá en el siglo veinte.
A. Ivanov posee una producción artística digna de rescatar del olvido, situándolo en el lugar que merece.

























martes, 28 de septiembre de 2021

UN CUADRO INTERESANTE


EL ESTUDIO DE VENETSIÁNOV

El cuadro “El estudio de Venetsiánov”, de su discípulo Fiodor Slavianski, es una obra que entraña una curiosidad creciente cada vez que se observa. Posee una estructuración espacial, organizada desde una perspectiva algo descentrada, que permite contemplar la decoración de la estancia, el ambiente dominante, el curso de las horas, ayudando a suponer como es la estancia contigua, así como incitando a conocer su exterior. Crea una evolución visual desde el interior más oscuro hacia el espacio luminoso, siendo el camino inicialmente lento, reposado, en la penumbra acogedora del tiempo que agota su movimiento, mostrando al maestro Alekséi Venetsiánov, recostado en un diván, bajo una pintura. Aparecen esculturas y espejos en la estancia, lugar de trabajo de este pintor. Este artista fue uno de los iniciadores de la nueva pintura rusa del XIX. la cual rompió con la influencia europea, desechando escenas bucólicas y pastoriles, olvidando la mitología y los temas galantes, para incorporarse en un movimiento nacionalista, influido por el romanticismo, en el cual quería descubrir la esencia del pueblo ruso, su verdadera alma eslava, a través de escenas campesinas, de gente sin la belleza y apostura de la pintura neoclásica. Destaca en sus paisajes la inmensidad de los campos, los grandes bosques, la plenitud de vida, sin olvidar las raíces de sus gentes, la miseria, su pasión religiosa, la historia nacional de pervivencia ante las hordas orientales, los días de trabajo, la intimidad humilde de sus hogares. También las escenas burguesas, sus preocupaciones y normas, la rutina de una vida ordenada, o estampas de una alegre estancia hogareña.
Pero volviendo al tema del cuadro, presenta esta obra un ritmo ascendente, pasando del sopor de los instantes de reposo en el estudio hacia la habitación contigua, donde entra con fuerza el último rayo de sol, en las horas perezosas que anteceden al ocaso. Es allí donde la mirada se multiplica, repasando el mobiliario, queriendo adivinar qué hay en los laterales. Es una habitación de esplendor momentáneo, cálida, tranquila melancolía en la privacidad de sus moradores.
Cuando se llega a la cristalera de la ventana la mirada se hace fugaz, quiere salir al exterior, adivinando una calle bulliciosa, en una ciudad donde nunca pasa nada. Mas la inquietud ha sido introducida en la mirada. Este cuadro imanta al espectador, lo incorpora en su interior, haciéndolo transitar por sus dependencias, incentiva su fantasía, para atraparlo en ese instante. Es una obra magnífica, que encierra altas dosis de magia.






lunes, 27 de septiembre de 2021

LA INTELIGENCIA ABSTRACTA DE GEORGES MATHIEU


 EL AROMA DE LA ELEGANCIA

La obra de Georges Mathieu, 1921.2012, se expone en estos días, hasta el 23 de octubre, en la galería PerrotIn, de Nueva York.
Las piezas allí presentes nos muestran un trabajo de gran ímpetu visual, que emerge de la profundidad del lienzo para autodefinirse y sentar su propio territorio. Una veces aparecen espesas de trazos y formas superpuestas, colores acoplados con tino sensitivo, generando paisajes imposibles, densos espacios donde navega la irracionalidad oculta en el pensamiento. En otras, libera la superficie de aderezos innecesarios para dejar constancia de la mancha oportuna, la grafía mágica, cuyo significado encierra el nombre de lo imposible, en una conjunción equilibrada, palpitante, que rompe la lógica visual para adentrar al observador en los vericuetos de la fantasía.
El trayecto creador seguido por Georges Mathieu no se circunscribía en el sendero señalado, el camino pensado, sino que atravesaba la trayectoria creativa rompedora de la reflexión racional, para liberarse de sus ataduras y descubrir, como una experiencia de tipo zen fuera, imágenes desde otras dimensiones del pensamiento, no aceptadas por la lógica que lo estructura, rompiendo las ataduras del concepto imposible.
Georges Mathieu entraba en trance en el momento de iniciar la composición de la pieza, emergiendo del subconsciente las formas y grafías plasmadas en sus cuadros. Este pintor dominaba la técnica del dibujo, el sentido del color, y gracias a ello pudo descubrir la belleza que encierra el caos ilógico del subconsciente, expresado con ritmo lírico, oportunidad en el trazo, en los gestos estéticos precisos, armónicos, como si fuera la transcripción sensitiva de una melodía brillante, que se ofrece para ser captada al contemplarla. La elegancia deja su aroma en producción plástica de este genial pintor.


















lunes, 20 de septiembre de 2021

JULIAN LETHBRIDGE EXPONE EN NUEVA YORK

 

LOS INFIERNOS DE JULIAN LETHBRIDGE

Julian Lethbridge (1948) pintor británico asentado en Estados Unidos, vuelve a ofrecer en la galería Paula Cooper, en Nueva York, su obra nueva. En el conjunto mostrado presenta piezas en las que sigue indagando en el estudio de la sensación del color, cuando es incorporado en un espacio ordenado. Las composiciones expuestas no se quedan en la unión de geometría y color, sino que incluyen líneas de curso caótico que juegan con la imaginación del espectador, aliñadas con trazos precisos, nerviosos, simuladores de masas en movimiento.
Todo ello origina rumor cromático, sensación aprehendida en la contemplación de los cuadros mostrados, transmitiendo agobio, opresión, flujo continuo sin salida alguna, envueltos en tonalidades unas veces frías, otras cálidas y algunas etéreas y ligeras, mas en el fondo subyace la desesperación de una existencia angosta. El orden lineal de la composición estructura el espacio de la pieza, que se intuye al ser disuelto por el color, introduciendo rigidez en la acción del universo allí plasmado. Se presiente formas corpóreas, algunas sublimadas hasta la deformación imposible, sensación de masa humana que pulula en un ambiente infernal, como si campos de Dante fueran reproducidos.
Es inquietante mirar las obras de este creador plástico, pues traduce la realidad de la desesperanza en un orbe cuya densidad aplasta la individualidad, todo es uno, fluyendo según los cauces establecidos.
Julian Lethbridge propone una interpretación ácida, y pesimista, del entorno circundante, sin escapatoria, crítica de la sociedad actual.
Este creador plástico es directo en la idea plasmada en el lienzo, precisa, hiriente, de intensa inteligencia en su expresión, y tonalidad ajustada, que le confiere elegancia en su trabajo pictórico.
Esta exposición podrá visitarse desde el 17 de septiembre hasta el 15 de octubre.

















sábado, 18 de septiembre de 2021

ÁNGEL ZABALA EXPONE EN LA GALERÍA AÑIL , MOJÁCAR


LA LEVEDAD DE LA LUZ

Autor: Ángel Zabala. Lugar: Galería Añil, Mojácar. Fecha: Hasta el 30 de septiembre.

La imagen se deshace en las piezas de Ángel Zabala (Murcia, 1976) quedando el rastro fugaz de los transeúntes, sus volúmenes presentidos, manchas que fluyen en el espacio urbano. La geometría de la arquitectura de la ciudad se disuelve en un espacio de luz difusa, quedando líneas sueltas en el recuerdo, cuya ordenación se recompone en la memoria para organizar el paisaje de calles y casas, como una estampa flotante en la tenue luminosidad, suave y sin origen, bruma cegadora que inunda el ambiente.
La obra de este pintor posee ligereza visual, atemporalidad en la acción, ritmo suave que reproduce las horas intrascendentes de las rutinas cotidianas. Plasma este creador plástico el ambiente del sur, la alegría latente en su entorno, expresada como resplandor impreciso que se superpone a la luminosidad del paisaje. Extrae la esencia de la imagen, mostrando las sensaciones grabadas en la memoria, impresas como tímida huella en el cuadro. Las piezas poseen un movimiento de tranquila ondulación, expresando la estancia feliz de los momentos ajenos a la realidad, rumor mágico que envuelve la escena toda.
Angel Zabala propone un trabajo de sutil contemplación, donde el espectador se interna en el resplandor contenido en sus lienzos, uniéndose al trayecto sin fin de las personas que ocultan su anonimato en las manchas dispersas. A pesar de ello cada una es portadora de una existencia que suscita interés. Sea por el tono incorporado o por el toque de la pincelada, según su espesor o nervio reflejado, hace desatar en la imaginación una corriente de ideas, e impresiones, que dota de vida privada a cada una de ellas, aparentemente perdidas en sus quehaceres insustanciales. Quizá sea la proyección de historias propias de cada observador, donde la fantasía ejerce su presencia. Mas esta sensación se ve superada por la vida aparente descrita en sus piezas, impulso continuo que se reproduce sin fin, dando fuerza y genio a sus composiciones. La habilidad del lenguaje pictórico del artista consigue este efecto, y ahí está su mérito, en construir un relato que no se extingue nunca, organizado con rasgos imprecisos, desvaídos, en unos trazos desenvueltos con energía que se disuelve en el espacio circundante. Se amolda al estado anímico de la mirada, a la luz de las horas, al paso de los días, reiniciando las historias interrumpidas en su interior, para descubrir nuevos derroteros en los que descansar la imaginación.
Es un conjunto de levedad impresa y apariencia sencilla, que atrae al ser contemplado.