UN
PINTOR OLVIDADO
Alexander
Andréyevich Ivánov, San Petersburgo
1806-1858, fue un pintor que ha pasado casi desapercibido en la
historia de la Pintura. En su trabajo plástico desarrollaba una
estética neoclásica, ya en decadencia en el siglo XIX, por lo cual
tuvo poco reconocimiento entre sus contemporáneos. Fue un artista
perfeccionista, obsesionado por encontrar la obra perfecta, portadora
del equilibrio y armonía sosegada. Se le llamó "el
maestro de una sola obra", pues
le costó veinte años concluir la composición que él consideraba
como su mejor trabajo pictórico, de título "La aparición de
Cristo ante el pueblo", finalizada en 1857.
En
ésta el autor organiza un ingenioso juego de perspectivas en el
posicionamiento de sus personajes, de tal forma que en el recorrido
de su visualización provoca curiosidad, apareciendo la figura de
Jesús en la lejanía, caminando hacia la gente, la cual aparece
sujeta a los avatares de este Mundo, perdida, desorientada,
lamentándose de su dolor o encerrada en la ignorancia. En medio
aparece San Juan Bautista, que señala con el dedo la figura del
Redentor. El artista logra decantar la mirada hacia el personaje
central, siendo éste quién descubre a Cristo como Salvador. Aparece
el santo rotundo, seguro de sí mismo, ajeno a las apetencias
terrenales, sólo pendiente del Mesías.
El
escenario es claro, de luz difusa, colores agradables, mostrando en
el horizonte cielos cárdenos del amanecer, cielos no exagerados en
su ignición solar, sino tranquilos y sin estridencias, sobre un
paisaje neblinoso de la mañana, fresco y sereno. Hay figuras donde
consigue una carnosidad brillante, cuya decrepitud es salvada por la
claridad que las reviste.
Ivanov,
aparte de esta obra, posee un gran número de piezas en las que
plasmaba la Naturaleza. Aunque idealizaba el paisaje, en bastantes de
ellas nos muestra espacios en los que los árboles muestran vida, o
el fluir y frescura del cauce de un arroyo. En sus paisajes se
repiten las pautas de su obra principal, pero de forma más viva,
relatando con sencillez el entorno de los campos, sus cielos, y sus
construcciones. Transcurre suave, silencioso, integrado el pintor en
el paisaje.
Pero
entre sus cuadros de temas religiosos compuso la pieza “La
resurrección de Lázaro”, impactante, poderosa sorpresa visual,
que trasmite magia, energía, milagro. Es una obra que anuncia la
modernidad en la pintura, la nueva figuración que subsistirá en el
siglo veinte.
A.
Ivanov posee una producción artística digna de rescatar del olvido,
situándolo en el lugar que merece.
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