martes, 12 de julio de 2022

MING YI CHOU EN MECA MEDITERRÁNEO


ENTRE LA RAZÓN Y EL AZAR

El pintor taiwanés Ming Yi Chou propone una senda hacia el encuentro con el color, entendido éste como rastro de la luz en su recorrido por el espectro de frecuencias, energía que vibran de acuerdo a un son acompasado, sometido a las reglas de los ritmos armónicos. Basado en esta teoría física el pintor desarrolla la base de su trabajo plástico, trascendiendo la mera apariencia percibida para adentrarse en el universo invisible que se abre en la danza cromática. En ese encuentro se rompe la estructura y construcciones sometidas a las fórmulas, para convertirse en una revelación intuitiva, donde la mirada penetra a través de las espesuras de colores, dejándose llevar por los flujos de luz hacia aquello que presiente. Esto es lo que da forma y alma a la obra de arte, pues sin este elemento de paso fugaz, en el instante de la mirada, se convierte en expresión pasajera, que se devalúa con la observación repetida.
Ming Yi Chou muestra un conjunto de piezas en las que busca la esencia de la visualización sorprendida, cuando al mirar un cuadro su colorido seduce, surgiendo la fantasía, la emoción, y, como no, la sorpresa. Pero este diálogo no es ocasional, sino que es voluble, ya que por la incidencia de la luz, sobre la obra, se producen nuevas perspectivas que atraen la atención, estableciendo un diálogo sin fin, respondiendo a los diferentes estados sensitivos y situaciones de cada encuentro. Las piezas de este creador plástico poseen diferentes estructuras cromáticas, que inducen a la curiosidad a través de su entramados, en otras se genera tensión por la discontinuidad reflejada, o el trazo que deshace la homogeneidad visual del espacio, estableciendo en algunas el contraste radical entre el fondo y la claridad que se supone hay tras él, o pueden que sean puntos de fuga, donde la mirada rompe la racionalidad y se interna en los vericuetos de lo intangible.
La obra de Ming Yi Chou está sustentada en un trabajo de exploración del lenguaje del color. En su elaboración olvida el pintor el sentido de construcción ordenada, dejándose llevar por el arrebato ante la fuerza de su influjo, que lo envuelve y extrae de la realidad dictando su propio desarrollo. Es así como el azar del subconsciente muestra su cara, y si a esto le añadimos un sentido estético del equilibrio cromático, se concluye en composiciones de excelente factura artística.
Esta exposición, titulada Color, comisariada por Fernando Barrionuevo, permanecerá abierta hasta el día 28 de julio en la galería Meca Mediterráneo.











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