sábado, 15 de noviembre de 2014

EXPOSICIÓN DE PEPE BAENA EN MOTRIL

GNOSSIENNE Nº 1 (PEPE BAENA)

Autor: Pepe Baena. Título: Exposición antológica. Lugar: Casa Condesa de Torre-Isabel. Fecha: Hasta el 29 de noviembre. 

Pepe Baena expresa en su pintura una realidad sublimada, fluida, danzante, delicada, suave mirada de las  formas, cuya caricia visual se percibe en las siluetas reflejadas. Construye un cosmos singular, vibrante, siendo cada figura una nota musical introducida en el cuadro, conformando una partitura rítmica en su contemplación, que organiza una melodía íntima resonando en la conciencia. Elabora composiciones barrocas, definiendo espacios idealizados, por donde discurren los momentos oníricos. El dibujo es preciso, la pincelada abarrotada  se expande por la superficie, para concluir en un campo de color uniforme, sin sobresaltos cromáticos, en homogénea y continua tensión con el tono adyacente, existiendo nervio en el interior de la obra. El espectador extrae este diálogo entre los colores, percibiendo ánima en ella. Esta confrontación cromática surge susurrante, no explosiva, creando un lugar común en su contemplación. Es un recorrido extraño, sometido al peso del dolor, aplastado por la insoportable realidad, vista desnuda por el pintor, donde triunfa lo vacuo, el engaño, la victoria olvidadiza de la inconsistencia de la carne. Sus figuras alargadas están siempre con un rictus dibujado de tristeza, pegado a la careta de la risa, emoción, indolencia... Es un universo de pesadilla, escapándose en algunas piezas atisbos de esperanza. El pintor construye un tratado de los sueños, temores, y esperanzas frágiles en peligro, de los genios telúricos que quieren apagar el optimismo. Su pintura me recuerda en algunas ocasiones el tenebrismo de Goya, en otras las descripciones de El Bosco, y en muchas a Dalí o De Chírico. El pintor aúna ese entramado de ensoñaciones para expresar el territorio habitado por el subconsciente, donde ha descubierto la levedad de la existencia.
Posee Pepe Baena un estilo ligero en su expresión, ágil en el dibujo, denso de color. Es un buen director de escena, organizando los elementos del cuadro para expresar  una historia a veces fantástica, constructiva, o expuesta con una mirada desapegada y objetiva sobre la verdad de la vida. Propone el artista una obra rotunda, íntima, bien trabajada, sujeta a las capas que el tiempo, y la experiencia de largas sesiones de ejercicio plástico, han dejado en él.

Gracias a esta exposición, Pepe Baena puede ser apreciado en toda su capacidad artística.


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