ENTRE
BRUMAS DE COLORES
Autor:
Alejandro Hermann. Lugar:Hotel The New Algarb, Ibiza. Fecha:Hasta el
27 de octubre.
El pintor crea sin cesar, usando las
distintas posibilidades de expresión gráfica, plasmando con el
trazo, y el color, la realidad sensible que percibe. Alejandro Hermann es un artista de amplia experiencia, que profundiza
en la esencia de la imagen, tras el resplandor que mueve el ánima
del ser humano. Su técnica es precisa en el dibujo, exacto, limpio,
descarnadamente veraz, pero cuando trabaja con los colores se sumerge
en el abismo de la energía que envuelve el mundo sentido, fluyendo
entre sus veladuras, salvando las cascadas de tonalidades grávidas,
para flotar sobre las etereidades de gamas cálidas, de superficie
visual accidentada, sobre las que posiciona a sus personajes. Éstos
simulan ser los actores principales en cada pieza, mas su papel
consiste en recitar la idea primera de la composición, apareciendo
como lectura oculta el trasfondo del cuadro, imprecisión, misterio,
eternidad, azar cambiante que rige el destino caprichoso de sus
personajes.
Presenta en esta ocasión un conjunto
de obras correspondientes a los que el artista ha denominado
Figuraciones y Arte callejero. Ambas coinciden en la sustancia común
que define la trayectoria pictórica de Alejandro Hermann. Sus
retratos poseen un gran realismo, moldea con su trazo los contornos
de los rostros, pero esta perfección sola crearía piezas de
imágenes exactas, frías y asépticas, sin pulso vital. Y él les
concede la oportunidad de existencia propia, gracias a su mirada, al
brillo de sus ojos, profundo y enigmático, que en su retina refleja
el compendio de experiencias pasadas. Son seres misteriosos,
solitarios, envueltos en sus circunstancias, perdidos en el espacio
infinito del fondo del cuadro.
En el arte callejero vuelve su
atención a la creación auténtica, que nace de la cultura popular,
ajena a los academicismos y sesudos conceptos agotados, reflejando
frescura, dinamismo, ansia de vida, en escenarios alejados de las
existencias acomodadas. Rescata el arte urbano, donde la
representación guarda magia y belleza, pero también transcribe
deseos perdidos, frustraciones de los iconos allí presentes,
desvanecidos por el tiempo, emergiendo siempre la inocencia, y la
vida, en un ambiente proceloso.
Alejandro Hermann conjuga en su
instalación la realidad social presente, la alegría de vivir, la
soledad, la búsqueda incesante en un páramo sin horizonte, sometido
a un cosmos cromático que lo cubre como una bruma, donde solo la
mirada inocente y la fuerza de la vida son capaces de resistir.
El autor, usando diferentes estilos de
expresión, consigue elaborar un trabajo de alta calidad artística,
siempre elegante, y original en su presentación.
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