La economía de Europa se encuentra
amenazada por la producción elevada, y de mucho menor coste, de los
países emergentes, especialmente los asiáticos. La producción en
estas naciones está basada en una mano de obra barata, con pocos
derechos laborales, baja cobertura social, una estricta disciplina
social, y con limitadas libertades públicas.
Europa constituye un mal ejemplo para
estas naciones, por los derechos y libertades que poseen sus
ciudadanos. Existe una gran diferencia de salarios, y por ende de
gasto de producción entre Europa y el resto de naciones. Los
productos de los países emergentes poseen gran calidad y un coste
muy barato, con mano de obra que en muchos casos trabaja para la
subsistencia diaria. La fuerte rivalidad económica hace que esta
situación de bienestar social peligre.
Es por lo que los Estados de la Unión
Europea han de aplicar una política económica basada en la
automatización de la producción industrial, agrícola y servicios,
primando el autoservicio, la robótica y la alta eficiencia
energética.
Pero, ¿realmente existe una Unión
Europea? Últimamente anda a la deriva, comportándose más bien como
una asociación de tenderos que han establecido un fondo de apoyo
mutuo. Europa es el objetivo del resto del mundo. Chinos,
estadounidenses y rusos la miran como un estorbo para sus políticas
sociales. Las grandes corporaciones empresariales incrementan sus
ganancias en esos países, con pocos derechos sociales. Europa es un
mal ejemplo, por la libertad que sus ciudadanos poseen, de expresión,
política y cobertura social, en una economía próspera compartida.
La clase media es la gran protagonista de estas sociedades, es
independiente, culta y propicia el ascenso hacia niveles de bienestar
superior.
La acción global de los diseñadores
del futuro está encaminada hacia el debilitamiento de esta clase, su
empobrecimiento, la distorsión del funcionamiento del sistema
político vigente en los países europeos, el empobrecimiento
intelectual, la pérdida de valores culturales base de su
prosperidad. Es decir, hacia la disolución, y transformación, de la
realidad sociopolítica del Viejo Continente. Quieren un futuro
constituido por poblaciones sumisas, asustadas, proletarizadas, que
luchan por tener una existencia digna. Vivirá feliz, adormecida en
un universo virtual, soñando por ser señalada por el dedo de la
fortuna del poder.
Europa ya no interesa como escaparate
propagandístico del mundo capitalista, pues el Telón de Acero
desapareció, ahora es perjudicial para el futuro que aguarda.
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