sábado, 19 de febrero de 2022

FEDOR VASYLIEV Y EL REALISMO DEL XIX


EL PINTOR DE LOS CIELOS


Uno de los grandes pintores del siglo XIX fue Fedor Vasyliev, 1850-1873, artista que, a pesar de morir pronto, influyó en los grandes maestros del realismo ruso de su tiempo. Vasyliev trabajó una obra amplia, centrada en los espacios exteriores, siendo los campos y sus paisajes objeto principal de su creación plástica.
Inicialmente vivió en San Petersburgo, pero debido a la tuberculosis contraída, se trasladó a Crimea, donde desarrolló lo mejor de su obra.
Fue uno de los renovadores del arte ruso, siendo llamado el niño genio. Su obra fue muy demandada, tras su fallecimiento, por los grandes coleccionistas de la época.
Se internó en las distintas variantes de la figuración pictórica, unas veces en el impresionismo, en bastantes en un realismo descarnado, como también en las formas imperantes de la pintura romántica, de paisajes idealizados, cargados de cromatismo intenso, en medio de los cuales personajes estilizados desarrollan una existencia bucólica. Pero Fedor Vasyliev ahondó en la plasmación de la realidad más auténtica, captándola con nitidez, el reflejo oportuno, los juegos de colores de una tarde lluviosa, el atardecer ardiente, envuelto en las horas frías que preludian la helada madrugada.
Fue catalogado en su tiempo como pintor de los cielos. Rotundos, inmensos, poderosos, acogedores o amenazantes, lienzo natural, en los que sobre el fondo celeste, se recrean múltiples combinaciones de una paleta de grises varios, por donde la luz deja su huella en resplandores anaranjados, dorados, rojizos, mezclados con volúmenes plomizos que avisan de la tormenta. Este pintor quiso captar la impronta del paisaje, la lírica de la tempestad, el rumor de las horas fronterizas de la luz, cuando la soledad quiere sentar su presencia, siendo sus personajes meros actores que participan de la contemplación del espectáculo del tránsito luminoso, hacia el ocaso. Parecen cielos exagerados, espectáculo producto de un pensamiento romántico, mas cuando se mira la Naturaleza vemos que ésta los reproduce en su azaroso transcurrir.
Las piezas de Fedor Vasyliev poseen un destello especial, ensimismamiento lírico, que transcurre con suavidad, como un relato susurrante. El pintor quería reflejar el espíritu que anida en la tierra rusa.








































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