LA IMAGEN ETERNA
Autor:
Alessandro Taiana. Título: Aire de Puerto. Lugar: Galería
Gurriarán, Madrid. Fecha: septiembre-octubre de 2023.
Explora
el pintor la realidad a través de los signos que percibe, formas y
colores, a lo que suma la emoción del instante, la fuerza que
arrebata su mirada, encogido su espíritu por el esplendor sentido en
ese momento fugaz que se imprime en la memoria.
Alessandro
Taiana (Como, 1967, Italia) es un pintor seducido por el paisaje,
paseando por todas los escenarios que el entorno le propone, unas
veces urbanos, la periferia de las ciudades, así como campos y
sierras, libres de la huella humana, en su vibrante transcurrir de
los días repetidos, sólo alterados por el signo de las estaciones.
Quiere
el artista plasmar la realidad autentica que encierra la observación
de la Naturaleza, captarla tal cual, alejada de la representación
pulcra en que la razón imprime su huella, como también no dejarse
seducir por la pasión sensitiva, presa del colorido que inunda la
retina. Es un ejercicio de gran sutilidad plástica el realizado por
Alessandro Taiana, que implica una gran habilidad técnica para
realizarlo.
En
esta ocasión expone el pintor una serie de óleos, sobre soportes
diferentes, en el que recorre el paisaje de la Sierra del Guadarrama,
lugar que ha seducido su percepción sensitiva, buscando describir la
esencia que sostiene su realidad.
No
se limita A. Taiana a reproducir en su obra la imagen como expresión
realista, sino que supera ese pensamiento tras la descripción de la
luz que la define, vehículo que sostiene la verdad de su esencia.
Logra el artista componer paisajes en el que supera el dibujo,
transposición fiel de lo visualizado, empapándolo de un cromatismo
contenido, reflejo de las energías telúricas del ambiente, el cual
transcurre cadencioso por toda su extensión, en forma de susurro que
quiere atrapar la atención del espectador. Imprime una atmósfera
singular en este conjunto de piezas, diferente a la luminosidad
vibrante de otras obras anteriores, pues modula la claridad,
engarzándola en la humedad del ambiente, que unida a la hora
anunciadora del ocaso, recrea una luz casi ajada, convirtiendo la
contemplación en una imagen atemporal, eternidad de la montaña, la
cual vive en su perennidad transformante sin percatarse de nuestra
existencia.
A.
Taiana consigue trasponer esta experiencia emocional, y visualizada,
en su trabajo plástico, gracias a la habilidad que posee en la
conjunción de gamas y su destreza compositiva.
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