lunes, 22 de marzo de 2021

EL GRAN APAGÓN


La temperatura media terrestre sigue aumentando cada año más, al igual que lo hacen las emisiones de anhídrido carbónico en la atmósfera.

Es por lo que existe una gran concienciación en el ámbito internacional en la eliminación de la emisión de los gases de efecto invernadero, optando por la electrificación total de la sociedad futura. Todo dependerá de este tipo de energía. En una sociedad global digitalizada, la inteligencia artificial abarcará todos los espacios de la producción, industria, ocio, y vida de las personas. A la par se acelerará el movimiento de concentración de grandes masas humanas en ciudades enormes, dejando deshabitado el campo. El papel desaparecerá, nuestros datos de identificación estarán albergados en la nube, el dinero será digitalizado, la calefacción y vehículos sólo funcionarán con electricidad.

El mundo estará más limpio de gases contaminantes, pero a la par la humanidad estará más controlada, dependiente de una élite que administrará la producción industrial. Se habrá pasado de la sociedad de las personas a la sociedad colmena, donde la publicidad generará deseos, actitudes, opinión pública en definitiva, la cual actuará como censora de todo pensamiento divergente. Es fácil controlar así a las personas, pues al no existir el papel se puede cambiar la Historia, alterar datos personales, eliminar como sujeto legal a cualquiera, al borrar sus datos de identificación, sin los cuales no podrá percibir salario alguno ni desplazarse, será un invisible.

La concentración en grandes megápolis hace dependiente a las masas del suministro de energía, pues todo estará automatizado, y si falta la electricidad fallará el acceso a los productos básicos y comunicaciones, apareciendo el desorden, caos y barbarie. Es por lo que se estará agradecido al poder protector, sumiso y produciendo según las pautas que indiquen. Los valores, y tradiciones, que estorben los pilares de este mundo futuro, basado en la producción y consumo, serán estigmatizados.

Pero aparte del peligro que conlleva a la libertad personal, existe uno mucho mayor, relacionado con el gran apagón. Si alguna vez esto sucediera en una zona amplia, y no digamos en el mundo civilizado, el Sistema se derrumbaría, vendría el apocalipsis, pues todo se detendría. En cambio en un mundo diversificado energéticamente, y con ciudades más pequeñas e integradas en la Naturaleza, habría alguna escapatoria.


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