LOS RITMOS DEL CALYPSO
Autor: Simón Zabell. Título: Club
Calypso. Lugar: Museo de Nerja, Málaga. Fecha: Hasta el 12 de marzo.
Simón Zabell navega en su Calypso por
los mares del mundo. Ya pasó por la etapa del Pacífico, descansando
ahora en puertos del Caribe. Siempre ha unido el pintor su acción
plástica con el ritmo musical, caso de aquella exposición que
presentó hace años en Sandunga, yendo ahora más allá del simple
acompasamiento, pues propone fundir en un núcleo común las formas,
el color y el ritmo musical.
El ritmo nace de una sucesión
armónica de notas, cada una con una topografía sensitiva propia.
Altos, valles, subidas abruptas y caídas ondulantes. Se engarza una
sucesión de impulsos vibrantes, de acuerdo a una formula
establecida, que genera una onda continua que incide en el estado
emocional del sujeto que la percibe.
Este es el efecto que Simón Zabell
consigue en su instalación última, en la que presenta
nueve piezas pictóricas y cinco esculturas, acompañadas de varios
temas musicales, elaborados por el artista y por el compositor Craig
Stuart Garner. Aúnan sus ritmos, el musical, el cromático, y el
visual. Las repeticiones en sus piezas responden a una sucesión
armónica, de acuerdo a la melodía que se quiere desarrollar. Las
figuras llevan en su geometría la nota precisa. Su repetición, al
igual que en los cuadros, desarrolla el ritmo buscado. Los colores
engarzados, la organización espacial de la Sala, genera un espacio
dinámico, sujeto a la influencia de las obras allí expuestas,
creando un entorno propio, sentido, potenciado por la melodía que
por ella deambula.
Es
en los mares del Caribe, lugar del Calypso, junto al barco homónimo
que lo ha transportado en su aventura plástica, donde rescata de la
memoria los sonidos ancestrales portados por los esclavos africanos.
No es la representación plástica así entendida un mero elemento
estético que agrada, o enseña la ingeniosidad técnica del artista,
sino un viaje hacia las entrañas de los espíritus ancestrales,
cuando a través del signo dibujado, el tono de la mancha o el sonido
acompasado, se intentaba comunicar con los dioses, los genios que
explican la realidad y sus fenómenos. Era un intento de unirse a la
transcendencia que los salvara de la contingencia material. Esto era
lo que ofrecía la ninfa Calypso a Ulises.
Consigue
Simón Zabell construir una obra rotunda, rica en contenido, de
intensa inteligencia estética y poderosa huella plástica. Mas el
viaje no ha concluido, nuevos hallazgos superarán lo actual,
mientras, este excelente artista navega por los mares de la creación.
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