DIES
IRAE
¡Será
un día de ira, aquel día
en
que el mundo se reduzca a cenizas,
como
predijeron David y la Sibila!
(Primera
estrofa del himno Dies Irae)
En la Residencia Universitaria
“Corrala de Santiago” de Granada, se ofrece, con el título
«Matte
Painting – El instinto del caos»
una exposición de fotografías transformadas en composiciones
artísticas, gracias al dominio estético, y maestría técnica en su
oficio, de Javier Algarra, fotógrafo con amplio recorrido en
publicaciones y vida profesional.
Esta exposición sorprende por la
imagen estética mostrada, ya que convierte la fotografía en
auténtica expresión pictórica, sustituyendo la habilidad del
pincel por la técnica digital, dominio de este instrumento en el
ejercicio común de la expresión plástica. El final de todo proceso
creativo culmina con la obra concluida, siendo ésta quien responde
al significado artístico de su creación. En ella, si es de verdad
una obra de arte, el equilibrio armónico sienta su presencia,
apareciendo como espacio en el que se columpia la mirada, en ese
suave vaivén de la imagen seductora, del momento del encuentro con
el resquicio de la nada, vacío temporal que salva de la realidad
continua, descubriendo el destello que capta la visión, atrapando el
entendimiento.
Javier Algarra ofrece un trabajo de
sólida estructuración plástica, de largo trayecto en su
elaboración, y amplitud de registros cromáticos, conjuntados en
capas aéreas algunas veces, depositados con rotundidad en otras,
consiguiendo piezas que abarcan universos en su interior,
composiciones visuales que a su vez comprenden infinidad de historias
y sugerencias, encuentros con la irrealidad y fantasía, asombro y
escape para la imaginación. Surge desasosiego en el observador tras
la impresión primera de su obra, la cual no camina sola, sino
acompañada del halo sensitivo de una belleza extraña, la que
aparece en el ocaso, en la extinción temporal de la mirada.
Constituye la propuesta de Javier
Algarra una reflexión metafísica sobre la fugacidad de la vida, la
inconsistencia de su permanencia, el triunfo de la Naturaleza. Hay
piezas de gran belleza e impacto contemplativo, portadoras de una
acertada combinación cromática, buen gusto en la estructuración de
los elementos que incorpora, inteligencia en el relato desarrollado
y, sobre todo, lírica reflejada en su contenido. El caos del final
es grandilocuente, como el atardecer en su esplendor, preludio del
fracaso de la luz.
Javier Algarra ha conseguido crear una
magnifica propuesta visual, la cual estará abierta al público hasta
el 31 de mayo.
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