El tigre se ha quedado sin selva, su mundo
ya no existe, sólo y perdido deambula por la nada. Su entorno estaba
ayer presente, pero hoy desapareció. Perdido en el desierto, en
medio de imágenes extrañas, espera su fin, ya nada le atrae, solo
pertenece al pasado.
Relata esta escena el poeta, donde la
figura del tigre es visión simulada, del sujeto que camina perdido
por los accidentes emocionales expuestos en su obra, descritos
mediante dos planos estéticos, poesía y teatro. En esta propuesta
va más allá de su forma expresiva, pues en una estructura lírica
libre va desgranando las imágenes del dolor, esperanzas escondidas
en los años juveniles, sueños rememorados en los días del ocaso,
tiempo que pasa, lamentos de pérdidas y adioses, pesimismo ante una
realidad impuesta por la razón gris, sujeta a la lógica de lo útil,
ajena al ritmo natural. José Iniesta recorre esos lugares,
reflexiona al contemplarlos, tras lo cual queda siempre una claridad
residual en el horizonte del escenario, signo de la esperanza
presentida en el futuro, sin importar que sea sólo una posibilidad
situada en el paisaje de la fantasía. Gracias a la luz encontrada en
los campos oníricos, puede el poeta respirar, sentir aún el soplo
de la vida, siendo el amor la esencia que sustenta los pilares de la
existencia psíquica, hilo argumental que da forma al desarrollo del
poemario.
Es la obra de José Iniesta una reflexión
metafísica sobre el cambio de los tiempos, cuando los valores
sociales que los propician dirige el futuro hacia su ocaso.
La palabra recorre los espacios sensitivos
que define la trama propuesta por el autor, reconfigurándose en su
significado, aunque sea su repetición parte de pulso que sostiene
las estrofas. En la oscilación de cada verso, vuelven y representan
una imagen distinta, asociada al flujo anímico que recorre el poema,
cuyos sonidos dan forma a los estados emocionales que el poeta
infiere en el texto. Esta función sonora transmite vida al verso
recitado, conformando un núcleo circular de conceptos, que van
liberando el resplandor que impregna el sentido lírico de cada
estrofa.
El pesimismo de esta pieza literaria se
proyecta como denuncia, y advertencia, del destino hacia el que está
abocada la realidad actual, concluyendo que la solución se encuentra
en el amor.
“Un Tigre sin selva”, de José Iniesta,
es una experiencia lírica de valor estético original, en la que el
poeta explora la frase libre, cuando las ideas portadas en las
palabras consiguen penetrar en la conciencia del lector.
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