LOS MAGOS DE ORIENTE
En
una
capilla de la iglesia de San Apolinar Nuovo, de Rávena, en un
mosaico que data del siglo sexto,
se representa la escena del Nacimiento de Jesús. En ella aparecen
tres figuras que representan a los reyes magos, estando escritos sus
nombres junto a ellos, Melchor, Gaspar y Baltasar. Ya sobre el nombre
de Gaspar hablé en otro artículo, en el cual recogía una leyenda
armenia que lo identificaba con el rey indoescita Gondofares. San
Mateo no citaba su número, sino que eran magos procedentes de
Oriente, y que ofrecieron, oro, incienso y mirra.
Pero
existen tradiciones y otras leyendas, así como los
evangelios apócrifos, donde su número difiere del que actualmente
está establecido.
En la tradición
armenia, y en la siriaca, los reyes de Oriente eran doce. En el siglo
III d. C. se estableció el número de Magos en tres, de acuerdo a
los regalos citados, y se empezaron a considerar reyes. Ya lo lo
predicó el profeta Isaías
cuando dijo «Y
andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu
nacimiento».
Sin
embargo aparecen como dos, tres y cuatro en las catatumbas de Roma,
según lo recoge, en el libro Mitos
y ritos de la Navidad,
el periodista Pepe
Rodríguez.
Fue en el siglo IV, cuando Orígenes y San Jerónimo establecieron la
composición actual del séquito real. Incluso en el siglo XV el
obispo Petrus de Natalibus calculó la edad de los Reyes.
Respecto al
momento del encuentro de los Reyes Magos con el Niño Jesús, hay
tradiciones que difieren en las fechas. Así el apócrifo Libro
sobre el nacimiento de la beata Virgen y la infancia del Salvador,
conocido como Pseudo Mateo,
escrito en el siglo VI, relata que transcurrido veinticuatro meses
llegaron los Reyes a Nazaret, lo cual coincide con lo escrito en los
evangelios, que dice que Herodes ordenó matar a los niños menores
de dos años.
Según los investigadores Franco
Cardini, Massimo Centini y Santino Sparta, los Reyes eran de origen
persa o caldeo y se refieren a ellos como astrólogos. En los códices
Arundel,
siglo XIV, y Herenfort,
siglo XIII, basado este último en el Protoevangelio de Santiago, los
describe con ropaje persa-escita, piel oscura y gorro frigio. El
Evangelio árabe de la
Infancia, afirma que los
Magos conocían una profecía de Zaraustra, sobre el nacimiento de un
Niño que sería Rey del Mundo, ofreciéndole oro, incienso y mirra.
En este relato dicen que algunos testigos contaban que eran tres,
otros doce, e incluso había quien decía que eran diez, todos de
estirpe real.
Son muchas las historias que citan a
estos enigmáticos Magos de Oriente.
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