CAMPOS
OSCUROS DE LA IMAGINACIÓN
Miguel
Galano expone “Luces encontradas”, junto a Juan Carlos Lázaro,
en la galería Juan Manuel Lumbreras, Bilbao, hasta el 12 de abril.
El
trazo espeso toma fuerza en el papel, rompiendo la homogeneidad del
blanco plano, para expresar ruptura del equilibrio espacial, y
hundirse en la profundidad del peso sugerido. Miguel Galano (Tapia
de Casariego, Asturias, 1956)
juega con una gama de
tonalidades limitada, amparadas
en la apagada
radiación que presentan, construyendo un ambiente irreal, extraído
del recuerdo luminoso para exponerlo envuelto en un halo de
sugerencias oníricas, recuerdos evadidos de la memoria, evocados
emocionalmente en el trayecto de su rememoración. No es la imagen lo
que importa en su obra, sino el ambiente que la sostiene, el guiño
sensitivo que le infiere un latido interno, espacio construido para
que el observador desarrolle las fantasías, que pretenden explicar
el otro mundo que se supone, completa y explica la rutina apática de
las horas irrelevantes.
Las
manchas, que organizan los paisajes en su obra, son extensas,
rotundas, siendo la percepción de quien las contempla el actor que
desarrolla aventuras singulares, libertad del pensamiento que salva
las contingencias sujetas a las leyes temporales.
Miguel
Galano es un pintor de complejo lenguaje visual, el cual, pese a la
simplicidad de la paleta utilizada, posee una riqueza expresiva de
intensidad espesa en su nacimiento, cuando ocurre el primer contacto
de la mirada, evanesciendo en el desarrollo de su contemplación,
ayudando al pensamiento a trasladarse hacia los mundos ocultos de la
imaginación. Es hábil el pintor en su destreza plástica, expresión
de la nada hecha forma, que emerge del paisaje oculto tras la
composición artística.
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