EL ESPACIO MÁGICO DEL CABO
Jordi Budí es un pintor de alta
sensibilidad estética, reflejada en sus piezas. Este artista catalán
reside en Cabo de Gata, seducido por su paisaje, y más que residir
yo creo que vive atrapado en el espacio mágico de ese paraje, cuyos
flujos luminosos saturan su entendimiento. Envuelto en este entorno
sensitivo, el pintor explora su fondo sin fin, imágenes surgidas del
momento caprichoso de la luz, de los susurros de viento y eco de las
olas rompientes. Todo ello conforman el origen que da expresión a su
trabajo plástico.
En esta ocasión, Jordi Budí nos
ofrece una obra producto del encuentro feliz con su mundo cotidiano,
el Cabo de Gata, siempre presente, y algún efluvio de recuerdos de
su formación pictórica.
El pintor recrea un paisaje de
presencia serena, tranquila contemplación de playas solitarias, en
las que se percibe un tiempo encapsulado en la fantasía. La mirada
es atravesada por un destello inesperado, azarosa circunstancia,
cuando surge el encuentro entre la mirada y la Naturaleza primigenia.
El artista empapado del ambiente lo transcribe en sus óleos, unas
veces en telas y tablas, en otras ocasiones en soportes oportunos,
sean puertas de ventanas o maderas naufragadas halladas en la playa,
depositarias de misterios e historias de las costas y fondos marinos,
recuerdo de su travesía, en la cual ha ido recogiendo la fuerza del
entorno. En estos soportes plasma Budí las imágenes del Cabo,
expresadas en trazos suaves, aplicando un cromatismo ligero,
etereidad que implica flotabilidad en su contemplación, espacio
extraído del contexto real, para ser expuesto como reflejo del
Paraíso intuido, accesible sólo en el lugar donde la imaginación
lo ha situado.
Hay piezas donde el pintor nos muestra
toros recorriendo los campos en libertad, completando las esencias
del paisaje motivo de su obra, pues proyectan la fuerza, e ímpetu,
de la vida, energía desbordada de los excesos de la Naturaleza
creadora. El pintor ahonda en el significado de las apariencias del
ambiente percibidas, pues en el paisaje flotan vidas pasadas,
tránsitos fugaces, pensamientos e ilusiones, nimiedad de las horas
perdidas.
Jordi Budí posee una habilidad
técnica, y dominio del color, que le capacita en la expresión de
imágenes que van más allá del realismo ensoñado, pues resumen
abstracción, paisajismo y surrealismo. Es un buen pintor con amplias
posibilidades plásticas.
Esta exposición, de título “Budí.
Animal creativo”, podrá visitarse en el Museo de Arte de Almería,
hasta el 9 de junio.
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