lunes, 3 de junio de 2024

PEDRO GARCIARIAS EXPONE EN LA GALERÍA SANTIAGO COLLADO

 


REFLEJOS DEL PARAÍSO


Los jardines son porciones de Naturaleza domesticada, surgidos desde la artificiosidad del pensamiento, que quiere contener en un espacio acotado el universo primigenio, en el cual la persona se encuentra con sus orígenes idealizados. Unas veces quieren ser reflejo del Paraíso, ordenados según la razón lógica, diseñados de acuerdo a una geometría en cuyas proporciones quieren describir la fórmula de la eternidad. En otros se busca lo umbroso, el misterio de senderos hacia ninguna parte, en cuya atmósfera flotan los genios que dotan de magia al ambiente encerrado en su interior.
El paseante observa este paisaje, inmerso en aromas, susurros del agua que trascurre o cae en sus fuentes, cantos de pájaros que transmiten el mensaje del mundo divino, y los colores que anegan la mirada. Al final el cromatismo triunfa, y mucho más cuando es exuberante en una vegetación feraz, brava y salvaje, queriendo ser ellos los únicos protagonistas del escenario del jardín.
Pedro Garciarias (La Habana,1947) es un pintor en cuya obra plástica reitera constantemente el influjo del color, reflejo del triunfo de las plantas que toman asiento como sujetos propietarios del jardín. Se inspira en Lorca y Falla, inicio del impulso que genera esta producción artística que ofrece, mas el color domina su pincel, vence los confines de las siluetas del dibujo donde se quiere estén sujetos, escapando de las formas para ser ellos mismos. Las Musas surgen de los lugares ocultos del pretendido paraíso, para convertirlo en veraz. Son ellas las que se visten de un cromatismo intenso, ofreciendo puertas simuladas, pues las líneas que las definen parecen querer quebrarse en su trazado vibrante, por donde entrar en los campos espesos de radiaciones condensadas, unas veces sublimes y aéreas, la más de las veces grávidas e insinuantes, pues en su pretendida opacidad invitan a la ebriedad sensitiva de su tonalidad, universo íntimo de cada Musa, quien caprichosa quiere dirigir la mano del pintor, otorgándole gracia compositiva, si no apareciendo aterradora en su ausencia. En este azaroso espacio de sensaciones, reflexiona el artista sobre el sentido auténtico de la percepción, concluyendo que todo es color, soló él y la Musa que lo arropa, sin ella su presencia es inane, no significa nada.
Pedro Garciarias vuelve a mostrar la genialidad de su trabajo pictórico, describiendo la realidad de los sueños con su paleta, mínimo dibujo que aparece desapercibido por la fuerza de los tonos.
En la galería Santiago Collado, Granada, hasta el 16 de junio, podrá visitarse “Puerta de las Musas”, de este gran pintor.












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