ICONOS

ROSTROS DE MARÍA MADRE

Autora; María de los Santos Montero Abad. Título: Fundamentos de Madre. Lugar: Casa de los Pisa. Fecha: Hasta el 6 de mayo.

Mª. de los Santos Montero Abad retoma la tradición de la elaboración de iconos para expresar su fe religiosa, también como camino de exploración personal a través del trabajo silencioso, sujeto a la dureza de los instantes pacientes, para recrear la idea del fervor místico, oración visual, conseguida gracias a un proceloso ejercicio de trabajo continuo, en un estudio profundo de la técnica del temple al huevo en la composición de estas piezas.

Es una exposición distinta a lo acostumbrado, donde la artista muestra su forma particular de entender la creación plástica. Mª. de los Santos Montero ofrece una visión propia del trabajo pictórico,  adentrándose en las brumas de la historia del arte, cuando la representación de la imagen ejercía una función en las creencias populares, educadora, de culto y tradición familiar. El Arte estaba unido al pueblo, intrínseco a su cultura, convirtiéndose en distintivo de sus esencias.

La autora confecciona una obra original, de profundo colorido, sujeta a un vocabulario cromático de relieve accidentado, que sostiene una simbología de significado extenso. La imagen es mero pretexto, que rescata  la ideal visible para desarrollarla con el significado del color, logrando relatar un texto emocional, que se comprende mediante la percepción de los sentidos. Cuando se mira, se transforman las tonalidades en vibraciones que  presionan en la conciencia, destapando las radiaciones luminosas que descubren la personalidad  íntima.

Su dicción plástica es precisa, limpia, sin arriesgarse en nuevas experiencias  de grafía visual. Está basada en la herencia recibida del mundo bizantino, tamizado por el renacimiento.

La artista no se conforma con la reproducción de las piezas según un estilo determinado, sino que imprime su huella personal, actualizando su expresión,  salvándola de la afectación de las formas, del hieratismo plano, actualizando los rostros, trasmitiendo dulzor en el gesto, infinitud en la mirada, orden en el caos, pasión en la construcción de la obra, que le da fulgor y fuerza a su contemplación, diluyéndose de forma rápida para generar, en su combinación cromática, una sensación de alegre serenidad,

Mª. de los Santos Montero Abad ofrece una obra de gran interés compositivo.