EL CABO ENCAJADO
Autor: Ernesto Pedalino. Título:
Todoencaja. Lugar: Museo de Arte de Almería. Fecha: Hasta el 5 de
septiembre.
El paisaje mostrado aparece difuso,
sometido a la impronta del color, siempre espeso, velador
inescrutable del horizonte, ofreciendo con sus radiaciones la
realidad intuida por las emociones que éste provoca. Ernesto
Pedalino, pintor argentino afincado en Almería, prosigue en su
abstracción cromática, indagando en sus trabajos plásticos en los
signos que interpretan la esencia condensada del mundo percibido, el
cual expresa su recuerdo como espacio de color, profundo y rico en
variaciones tonales, o si no en vetas incrustadas de gamas diversas,
que completan, en la composición, un escenario sugerente desbordante
de visualizaciones comprendidas por el espectador.
En el mar de colorido que supone cada
pieza, elaboradas en soportes variados, construye una sucesión
superficial heterogénea, cuan oleaje que la agita, debido a la
topografía impresa por las intensidades del espectro tonal usado,
que presiona su entorno, proponiendo una ruptura del marco para
expandirse fuera, queriendo llenar el espacio todo. Este efecto dota
de vitalidad las composiciones expuestas, energía vibrante que
interpreta pulsos de vida.
En estos entornos agitados surgen
formas lineales discontinuas, inconexas a veces, que vislumbran
imágenes de ciudades, en sus calles y edificios, plasmados casi
esquemáticamente, como si apuntes hubieran sido simulados en la
obra.
Ernesto Pedalino quiere entender la
fuerza de la Luz, su principio, enlazado en sus haces, portador de
vida. Constituye un misterio continuo su comprensión, cuando choca
con la visión, y es interpretada con gozo y sorpresa permanente, en
el recitar repetitivo de su procedencia divina. El artista
reconstruye su interpretación de las sensaciones producidas por su
visualización, cuando elabora su producción plástica. Une este
pintor su obra última con la precedente, para mostrar el camino sin
tregua seguido tras el rastro de la claridad que a todo da forma. Él
lo ha interpretado así, y sorprendido, con esta revelación, nos
dice que todo encaja en su trabajo plástico. Pedalino incluso
reconfigura más allá la apariencia de las piezas, incluyendo
palillos de coloraciones varias, creando un laberinto ante la mirada,
pleno de contrastes, líneas sólidas vibrantes que simulan el sonido
interno de la composición, provocando además una sensación de
profundidad, que confiere tiempo propio adherido en el cuadro.
Ernesto Pedalino nos propone una
brillante experiencia artística, inteligente y de gran interés
estético.
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