PAISAJES DEL SILENCIO
Autora: Ana Sánchez Lucas. Lugar:
Gañería Añil, Mojácar. Fecha: Hasta el 15 de agosto.
Como si de un paseo reflexivo fuera,
Ana Sánchez Lucas recorre con su pintura campos y pueblos, siendo el
denominador común la senda del camino o el curso del agua, en su
cauce por acequias o riachuelos.
Muestra una obra donde predomina un
sosiego melancólico, vacío de moradores, sometido al peso gris de
los instantes perezosos, casi sin movimiento, permanencia perenne
donde nunca pasa nada, sólo la brisa, el cambio de las estaciones,
en un silencio denso, expuesto todo al dominio de la mirada.
Ana Sánchez Lucas propone un trabajo
plástico de gran gusto compositivo, realizado con fuerza impresa, la
cual se esconde en el trazo suave que anega el dibujo esquemático,
que soporta toda la composición. Es un efecto que transmite una
impronta de gravidez, la cual se deshace en la atmósfera celeste que
lo ocupa todo. Se expone el paisaje sólo al observador, para que
este introduzca sus pensamientos, recuerdos, aventuras, en un dialogo
íntimo con el cuadro. Esta peculiaridad da cuerpo, y carácter, a
las piezas elaboradas por esta pintora. Su obra atrae la atención en
su visualización, comunicando la esencia de la imagen aprehendida en
la composición. Constituye además un proceso de búsqueda, en el
que la artista reproduce sin cesar escenas y campos, casas y caminos,
cursos de agua que rompen la aridez del paisaje, bajo una luz
apagada, monótona, plomiza, que pierde su protagonismo al fundirse
con el paisaje, síntesis traspuesta en cada pieza. Ana Sánchez
Lucas escudriña la esencia de los espacios abiertos del sudeste
peninsular, siempre sometidos a vientos y sequías, geografía
descarnada presa de las inclemencias del tiempo, mas ella encuentra
un halo de poesía en su contemplación, de misterio encerrado en su
diafanidad, en la amplitud de su desolación. Es el yo que se
encuentra sin distracción alguna, solamente en contacto con las
memorias del tiempo, mostradas en las casa abandonadas, en las calles
de pueblos solitarios, en caminos apenas transitados, en el contacto
íntimo con la Naturaleza.
Expresa esta pintora un trabajo de
perfecto equilibrio visual, libre de elementos innecesarios, en el
cual sus pinceladas se convierten en lenguaje sensitivo, rico y
amplio, consiguiendo comunicar el ritmo vibrante que inunda el
ambiente de la soledad espesa, estructurado con una lírica sencilla,
susurrante, monótona, reproduciendo los sonidos del silencio. Es un
viaje en el cual incita a la exploración de la estampa recogida en
el cuadro, trastocado al final en un encuentro consigo mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario