EL COLOR DEL ÁNIMA QUE NOS RODEA
Autor:
Carlos Morago. Lugar: Galería Ansorena. Fecha: Hasta el 12 de
octubre.
El
sendero promete vislumbrar el ánima que sostiene el ambiente,
intrascendente a la mirada cotidiana, envuelta en la rutina,
invisible en el mundo sometido a las obligaciones y deseos. Sólo
basta dirigir el entendimiento hacia el exterior, buscar el
resplandor fugaz que anida en la sencillez de las cosas, sea una
fachada ajada por el tiempo, la habitación sometida al olvido de las
horas, o el camino que se convierte en meta prometida, alejado de la
percepción del paseo intrascendente. La vida bulle en nuestro
entorno, mostrando el resplandor puro de la luz, en sus colores,
mezcla de irisaciones, tonos veteados, en la intensidad de su
presencia, como se presenta en los árboles, callados acompañantes
del momento extraído de la realidad, o en el cromatismo de la flor
contenida en un bote. Estas gamas de colores traducen el ritmo
sensitivo del momento descrito, el cual acompaña la persecución sin
fin del sentido del ánima, que transmite trascendencia al instante
seductor.
Carlos
Morago refleja en su obra todas estas sensaciones, reiteradas
continuamente, pues descubre en cada pieza un chispazo infinitesimal,
de la totalidad del halo mágico, que soporta la imagen detenida.
Recrea silencios, paseos reflexivos, inmersos en el rumor de los
árboles, brillos solares, luces tímidas que susurran estancias
apacibles, tranquila existencia. La mirada rutinaria no ve nada de
esto, es incapaz de percibirlo en el primer encuentro, mas si se
detiene podrá encontrar su propio mundo, los recuerdos de tiempos
que significaron algo en el pasado.
Es
una obra serena, equilibrada y bien estructurada, la propuesta por
este excelente pintor. Carlos Morago nunca decepciona.
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