ENTRE LUCES Y SOMBRAS
Autor: Giacomo Muscolino. Lugar: Museo
de Arte de Almería, Sala Perceval. Hasta el 28 de enero.
Muestra el pintor un trabajo de
esencia metafísica, describiendo universos de soledad, aquellos en
los cuales las personas se aíslan en mundos de pensamientos
extraños, ajenas al entorno real en que existen.
Giacomo Muscolino, Messina 1980,
artista afincado en Almería, ofrece un trabajo de estructura
figurativa, en el que desarrolla un discurso de ideas encadenadas en
sus piezas. La soledad en una sociedad bulliciosa, la ausencia de
contacto entre las personas, insignificancia, invisibilidad, burbujas
vivientes que se desarrollan en universos propios, incomunicación en
fin, es el tema que se desliza en todas sus composiciones. En algunas
obras muestra la opresión que la arquitectura ejerce, apareciendo
las paredes como límite entre dos realidades, la íntima y la
social, significando la delimitación de un campo de vida
independiente. En éste juegan las fantasías, realidades subjetivas,
miedos, fantasmas del pasado, angustias que se suceden en el
pensamiento cotidiano.
Propone el pintor un discurso sobre la
falta de solidaridad, y empatía, en el mundo desarrollado, la
indiferencia, soledad profunda en cuyas dependencias bailan los
duendes que anidan en las pesadillas.
Giacomo Muscalino organiza con
precisión su trabajo plástico, jugando con el lenguaje cromático,
el cual potencia el efecto trasmitido, aplicado sobre una estructura
geométrica, plasmando una arquitectura de base racional, en la que
los ángulos rectos y líneas bien definidas construyen el escenario.
En cambio, en la representación de
las personas prima el trazo irregular, caprichoso, casi disuelto en
la pincelada de color, como si este se organizara para dar forma a la
figura. No es porque sí esta configuración de la obra, pues
consigue establecer un diálogo visual dentro de la pieza, entre la
lógica racional y el pensamiento subconsciente, la luz, que entra
desde el exterior, y las sombras que anidan en las imágenes
rememoradas, reflexiones que caminan por el mar de las tinieblas. Es
una tensión vital expresada por este creador plástico.
Quien va dictando el ritmo
contemplativo es el colorido, unas veces teñido de reflejos
pasionales, en algunas de ráfagas tenebrosas, bastantes bañadas de
frías radiaciones, otras con algún resplandor de esperanza. Hay
piezas donde parece explicar que la solución está afuera, en el
reino de la luz. Se observa en los personajes de su obra un deseo de
diluirse, queriendo escapar del tiempo presente.
Giacomo Muscalino ofrece un trabajo
artístico de impecable estilo, excelente en su elaboración, con
gran poder de comunicación.
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