EL NAUFRAGO Y EL TIEMPO
Autor: José Manuel Rivera, Siren.
Título: “Un viaje en el Tiempo”. Lugar: Centro Cultural Hispano
Filipino, Laujar de Andarax. Fecha: Hasta el 4 de diciembre de 2022.
Ofrece José Manuel Rivera, Siren, un
conjunto de piezas de gran sugerencia visual. Recorre el pintor su
entorno, a través de rostros perdidos en el anonimato. Las miradas
de sus personajes, profundas y concentradas, proyectan las cualidades
de las escenas que rodean sus vidas. Son seres corrientes, extraídos
de la rutina de la memoria, los cuales con sus gestos faciales,
detalles en su piel, o brillo en los ojos, describen, con sus
emociones, el espacio sensitivo que los acoge, la biografía de sus
existencias grabadas en la faz, el misterio de aquellas cuyos
secretos dan respuesta a sus circunstancias, también los sueños del
artista, que se funde con su trabajo. Como complemento, muestra otras
piezas en las que recorre calles, plazas, paisajes. Pero estas
últimas composiciones poseen una imagen de reflejo inestable, a
punto de caer, como si el telón que cubre su ficticia realidad
quisiera desvelar la verdad que se sitúa detrás de la ilusión,
entendida por la mirada como fidedigna.
El trabajo plástico de Siren está
elaborado con pasión, fuerza que se deposita en sus líneas, giros,
y colores desvaídos. Simula un momento de caos, cambio detenido en
la nada salvado por el tiempo. Consigue de esta forma imprimir un
latido interno a su obra, señas de vida propia, autenticidad de
experiencias plasmadas en el lienzo. No tiene que ser su relato
explícito, sino que envuelve su conclusión con un entramado de
imágenes, gestos, cotidianidad anodina, en una danza de cromatismo
sostenido en el ambiente.
El pintor se interna en su obra,
transita por ella, explorando los espacios de sueños y recuerdos que
ha construido, caras que pasan sin identidad, otras imaginadas,
deteniendo su atención en el resplandor de la flor, símbolo de la
Luz, que explota su belleza en su abrazo intangible.
Siren expresa la vida, el instante
gozoso de su presencia, mas es consciente que el flujo de las
sensaciones, que su disfrute produce, es rápido, quedando sólo el
recuerdo al final, pues todo se difumina en el pasado. Busca el
fulgor de la existencia en las flores que pinta, delicadas y
elegantes, el rastro de su huella en caminos y edificios, dispuestos
indolentes y ajenos a los sentimientos que pasan ante ellos.
La pintura de este creador plástico
es una reflexión ante la permanencia del yo, naufrago eterno,
descrita con delicada belleza, fantasía e intensidad expresiva.
Domina el ritmo del color, la figuración precisa, soportado en un
entramado visual complejo y dinámico.
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