INCERTEZA VIVA
Autora: María Dolores Gallego.
Título: Incerteza viva. Lugar: Galería Meca Mediterráneo. Fecha:
Hasta el 25 de noviembre.
Ráfagas cromáticas se deslizan en la
superficie del cuadro, suavemente, en finos planos superpuestos,
buscando los colores su lugar, en su transcurrir por senderos
delimitados, casi siempre por un orden geométrico, cortante, rígido,
salvo en algunas piezas donde se observa un atisbo de rebelión al
orden tonal establecido.
El color se difumina en su discurrir
en el plano, volviendo al origen, a su interior, oculto, agazapado,
obligado por el peso de la estructura, mas existen efluvios
delicuescentes de tonos ligeros, que inducen brillo a la composición.
María Dolores Gallego ( Torreperogil,
1988 ) ofrece un conjunto plástico de gran calidad técnica,
perfecta conjunción de tonos, y estructuración de un lenguaje de
intenso significado sensitivo. La artista propone la búsqueda
infinita en un páramo ajeno de referencias donde sujetar la razón.
Es una aventura colectiva en la que el espectador se une a ella, para
adentrarse en los sinuosos espacios, separados por el ritmo cromático
impuesto por el signo del color.
Es un camino incierto, amplio, sin
horizontes posibles, sólo abierto a la imaginación, al ensueño, a
los deseos sujetos a la fantasía, alejados de una realidad hostil,
áspera, dura, y ajena a una existencia relajada y acompasada con el
entorno natural. Es por lo que esta creadora plástica ofrece unos
campos sometidos a la vibración cromática permanente, en los cuales
poder evadirse, y perseguir la revelación que explique el sentido
del tiempo actual. Mientras tanto todo es relativo, no hay certeza
segura de lo que es real.
Construye María Dolores Gallego una
obra compleja, en sus estampados sobre tul, de varias capas
superpuestas, quedando siempre patente el orden lineal que organiza
la tela, así como la distribución de las distintas corrientes de
colores, que se entrecruzan, superponen, no se mezclan, símbolo de
la soledad en la multitud. Cubierto el conjunto por una superficie
que parece rizada por una brisa suave, aportando el efecto de
tranquila estancia contemplativa, induciendo la dualidad de oscura
confusión con la feliz espera iluminada.
El trabajo de María Dolores Gallego
es rico en apreciaciones estéticas, complejo en su elaboración, e
inteligentemente expresado en sus piezas. En ellas, surge el pulso
visual de una oscilación rítmica de amplitud susurrante, que fluye
anodina, constante, sin rumbo fijo, sujeta a variaciones y sorpresas
varias, donde es el capricho el único que impone sus reglas en el
seno de su influencia. Excelente exposición.
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