lunes, 27 de enero de 2020

JOSÉ BASTO EXPONE EN LA GALERÍA BENEDITO

LA LUZ QUE LLENA EL ESPÍRITU

Autor: José Basto. Lugar: Galería Benedito. Fecha: Hasta el 30 de enero.

Las piezas expuestas siguen el estilo a la que nos tiene acostumbrados José Basto, artista prolífico, cuya identidad pictórica la tiene ya consolidada, pues ha alcanzado la suficiente experiencia en sus expresiones plásticas que así lo justifica.
En la obra expuesta surgen impresiones que recuerdan a Hopper, mas se imponen las características de su modo pictórico, donde prevalece en su contemplación un sentimiento romántico, melancólico, quizá misterioso por las incógnitas que supone tras el horizonte o del ambiente silencioso y estático, pero prevalece el costumbrismo entendido como arraigo ante el paisaje, canto a su esplendor, grandiosidad, sometido siempre a la fuerza de la luz, muy bien equilibrada para que signifique luminosidad que llena el espíritu, más que aquella que arrasa y ciega.
José Basto vuelve a reiterar su técnica, acertada y depurada, el dominio del color, siempre con tonos elegantes y evocadores, en su producción artística. Gusta e induce a la reflexión, superando modas y tendencias. Su calidad así lo avala.





martes, 21 de enero de 2020

LA CHANCA. UN BARRIO EN IMÁGENES


LA LUZ DE LA CHANCA

Título: La Chanca. Un barrio en imágenes. Lugar: Museo de Arte Doña Pakyta. Organizada por la Fundación de Arte Ibáñez Consentino. Hasta el 31 de enero.

La Chanca resalta cuando la luz descansa en sus espacios, bajo el azul profundo de la bóveda celeste, surgiendo destellos que someten la mirada hasta la postración, como decía Valente, refulgiendo por sí misma, tras cuyo esplendor encierra historias y misterios, pasado doliente de pobreza y tradiciones, como las nuevas realidades que su prometedor futuro sugiere.
La Chanca aparece en el arte anclada en el sueño de los tiempos, mostrando la dureza de la existencia, la faz auténtica de sus gentes, el contraste de su duro transcurrir cuando la miseria y la escasez recorrían sus calles, tal como lo describía Goytisolo. Pero la Chanca es más que todo eso, no es el espejismo luminoso del poeta gallego, como tampoco la descarnada realidad estética, descrita en el realismo social del autor de Campos de Níjar. La Chanca es alegría de vivir, ilusión marcada por el profundo grito de un cante jondo, que rompe la pesadez del ambiente, alterando el silbo de los vientos, para hacer visible el duende que anida en todos sus moradores, la persistencia del ansia por sobreponerse en la aridez del entorno, de comulgar con el azul de su mar, de penetrar en las soledades de los campos batidos por las olas de luz, la fuerza que quiere triunfar sobre el vacío, tras un futuro más pródigo.
Literatos y pintores supieron captar su esencia, siendo plasmada en sus obras. Así lo refleja el movimiento indaliano, auténtico fenómeno cultural que zarandeó la siesta eterna que sumía a esta provincia.
Jesús de Perceval, su guía, percibió este barrio de la capital almeriense como un lugar de vida, un gran teatro de representación continua, casi idealizado, sumido en una pátina tenue que lo extraía del ritmo de las horas, casi estilizado. En sus fotografías mostraba su realidad social, elevándola a composición de estudio. Pérez Siquier fue más descarnado, impersonal, y descriptivo, dejando que las imágenes espontáneas cuenten por sí solas su historia.
Cantón Checa pintó una Chanca de luminosidad cegadora, apariencia sólida, en figuras pastosas. Luis Cañadas la percibió más nítida, delimitando sus formas, plasmándola sobre un sustrato geométrico, en un ambiente diáfano, alegre y puro. Miguel Martínez captó la luz atrapada en sus azoteas y paredes encaladas, la rudeza de su aspecto, la poesía del abandono, que su visualización producía. Todos añadieron un aspecto de este barrio, que no nace de él sino que está conservado, pues surge de la historia de los tiempos, lo reproduce y amplifica.



 Miguel Martínez Gomez



 Carmen Pinteño



 MiguelCantón Checa



Jesús de Perceval



Jesús de Perceval






Carlos Pérez Siquier 



Carlos Pérez Siquier 



Luis Cañadas Fernández



Miguel Cantón Checa

  

 Luis Cañadas Fernández





jueves, 16 de enero de 2020

EXPONE JUAN DÍAZ EN LA GALERÍA KREISLER


LAS TRANSICIONES DE JUAN DÍAZ

Autor: Juan Díaz. Título: Transitando. Fecha: Hasta el 21 de enero. Lugar: Galeria Kreisler, Madrid.

Rompe el pintor el tiempo cuando se interna en la imagen, extraída de la realidad para congelarla en el cuadro. Es un paisaje evocador de sueños plácidos, transcurrir de la existencia silenciosa, satisfecha con el yo, aspirando la fuerza del ambiente.
Juan Díaz pasea por estancias en las que explora en la tranquilidad de los momentos presos de la emoción sensitiva, sumidos en el pálpito de los ecos del universo, recuerdo del origen de lo creado. Esta impresión es conseguida gracias a las imágenes sugeridas por el artista, expuestas con exactitud de ideas descriptivas, que consiguen sustraer sentimientos románticos. En esta ocasión el autor supera el aspecto de su obra, para expresar algo más de lo que ésta representa en su configuración estética, pues logra proponer piezas de imagen abstracta, detalles extraídos de la realidad, sugerentes en su visualización, propuestos como bandas horizontales, cuyo conjunto está roto por manchas que identifica arquitecturas en el horizonte, o sujetos que deambulan absorbidos por el entorno. También sobrepasa la rigidez de las formas que acotan la geometría del papel, desbordando el color más allá del cuadro, expansión cromática de la obra hacia el exterior, para inundar el entorno donde se encuentra el espectador, consiguiendo su inclusión en el conjunto todo.
Los tonos usados poseen un equilibrio entre la gravidez y la ligereza del color, marcados por una elegancia visual.
Juan Díaz posee un estilo que supera toda consideración crítica, pues es ajeno a modos emergentes, centrando su trabajo plástico en la llamada pintura auténtica, basada su maestría en el uso de colores, fuerza compositiva y originalidad de los resultados obtenidos, reflejados en cada una de sus acuarelas.


























jueves, 9 de enero de 2020

SOBRE LA OBRA DE CARMEN PINTEÑO

CARMEN PINTEÑO

Carmen Pinteño posee una extensa trayectoria artística, evolucionando desde una figuración formal, enmarcada en los movimientos imperantes en los años cincuenta, hasta los tiempos actuales, en donde muestra una estética más sublimada y personal, compartiendo sólo con el movimiento indaliano el espíritu del color, signo distintivo que prevalece en todo el entorno almeriense, jugando con la abstracción del paisaje, cuando la pintora quiere hacerlo, o proponiendo modos propios de figuración modulada, en expresiones que limitan con las formas reales. Carmen Pinteño reinterpreta los contornos que definen lo visible para exponerlos según una nueva configuración cromática. La artista organiza el color, lo ordena como si se tratara de una partitura musical, a través de la cual va imprimiendo los ritmos que capta, al contemplar los campos yertos del paisaje del sureste peninsular, ocres y marrones, moteados de espacios verdes de sus cultivos, los cortijos como manchas blancas, y horizontes de azules, en su amplia gama, que presentan sus cielos y el mar, apareciendo trazos dorados, reflejo de la permanencia de su compañero solar. En la temática de esta creadora plástica siempre ha estado presente el mundo rural, la soledad que lo acompaña, en un transcurrir sencillo, humilde, dura existencia de seres que luchan con la Naturaleza descarnada que los rodea. Recrea costumbres en esta época casi desaparecidas, formas de vida que son recuerdo, y que gracias a su obra quedan reflejadas en el lenguaje sensitivo del color.
Carmen Pinteño ahonda en el sentido último del paisaje, pues es en éste donde está impreso el paso de sus moradores, leves destellos en el fluir eterno de las horas. Historias, luchas, ambiciones, sentimientos, pululan si evanescencias fueran, sugeridas como un rumor, presentes en forma de halo mágico que flota en los páramos olvidados.
La pintora evoluciona desde una rigidez formal en el contorno de sus figuras, con un colorido rico, variado, alegre y chispeante, hacia composiciones más concisas, de líneas más gruesas y quebradas, con economía en la gama de tonos usados, quedándose con los que poseen mayor impacto visual.
Esta artista ha influido en la plástica almeriense actual, siendo un ejemplo en la evolución del trabajo pictórico, en la búsqueda incesante hacia nuevas formas de representación de una misma idea, expuesta con perspectivas originales, sugerentes, apareciendo nuevos relatos en el mismo paisaje representado en sus composiciones.



































lunes, 6 de enero de 2020

CARLOS MORAGO EXPONE EN LA GALERÍA ANSORENA

SILENCIOS Y SUSURROS

Autor: Carlos Morago. Lugar: Galería Ansorena, Madrid. Fecha: Hasta el 24 de enero.

Presenta el pintor un conjunto de cuadros con tres temáticas diferentes. Estancias vacías y jardines, bodegones y paisajes aéreos de ciudades modernas. Une a todas estas piezas el silencio plasmado en la imagen, el sentido de soledad que se palpa en todos los espacios, lugares donde el artista convierte en cómplice al espectador en su busca del rastro de sus moradores, del halo que llena de presencias presentidas todos sus rincones.
Carlos Morago añade este discurso estético con la mirada detenida en los momentos intrascendentes, descubriendo detalles que son invisibles en el transcurrir rutinario.
Es una pintura donde el autor exhibe el dominio del detalle, como también del ritmo temporal en la descripción de cada escena, unas veces observando tras una puerta el misterio que encierra un jardín, otras posando la atención sobre una rama, unos libros olvidados o un sencillo búcaro.
Carlos Morago destaca en su obra la existencia sencilla que discurre silente, no percibida en el ajetreo de la existencia diaria. Presenta este trabajo plástico sumido en un cromatismo apagado, que da fuerza a las sensaciones antes descritas, casi monótono, sugiriendo a veces sentimientos de melancolía, tristeza por las ausencias cuyas impregnaciones se siguen, quedando el visitante contagiado de la soledad que se palpa en las obras expuestas. Carlos Morago sigue fiel a la fórmula que define su actividad plástica.