martes, 30 de marzo de 2021

ISABEL BARRETO, PRIMERA MUJER ALMIRANTE



LA MUJER ALMIRANTE

El mar está en calma, la flotilla navega hacia el noroeste, camino de Filipinas. La isla de Santa Cruz quedó atrás, malos recuerdos guardan para Isabel. El Sol quema, no puede estar mucho tiempo en cubierta, se dirige al camarote de mando. La marinería está pendiente, tensa, bajan los ojos a su paso, es temida la autoridad de la Adelantada del Mar Océano.

La gallega Isabel Barreto (1567-1612) fue la primera mujer Almirante de la Historia. Su vida fue intrépida, llena de aventuras, destacando en un mundo de hombre rudos, en sus exploraciones en los mares del Sur.

Con su marido, Álvaro de Mendaña, inició desde Perú un viaje hacia el corazón del Pacífico, en busca de las míticas islas de Salomón. Según la leyenda, que circulaba entre los marineros, aquellas tierras eran el antiguo Ofir, lugar donde situaban las minas de oro de este rey. Para aquellas mentes aventureras esas islas representaban El Dorado, un paraíso donde abundaba el oro, sitio de riqueza, en el cual adquirir gloria, honores y poder. Afirmando la veracidad de los relatos, que contaban los navegantes del Pacífico, convencieron al Virrey del Perú Hurtado de Mendoza, y se embarcaron con una flota para retornar a esas islas ya descubiertas por Mendaña. Era una misión de conquista, pues casi toda la tripulación eran hombres de armas y mar. Les acompañaban además un grupo de colonos, a los cuales convencieron con la promesa de dotarles de tierras prósperas.

En su viaje descubrieron las islas Marquesas. En las Salomón exploraron algunas de sus islas, asentándose en la que llamaron Santa Cruz. Álvaro de Mendaña falleció al contraer la malaria, dejando de heredera a doña Isabel. Durante un tiempo esperaron el resultado de sus exploraciones, mas la búsqueda no dio los resultados esperados. Todo transcurría monótono en el fin del mundo, cuando la muerte del cacique de los nativos de la isla provocó que se enfrentaran a los españoles. La lucha continua, abandono en un lugar olvidado, enfermedades, y la ausencia de grandes riquezas, precipitó la decisión de la Adelantada, decidiendo trasladarse a Filipinas. El viaje mostraba grandes inconvenientes, peligros y un rumbo desconocido. Había que confiar en la pericia de los pilotos. Isabel Barreto dirigió con mano de hierro la expedición, sorteando todos los peligros que el trayecto le fue deparando, exigiendo disciplina. Nadie se acuerda de ella, la primera mujer Almirante.

martes, 23 de marzo de 2021

SOBRE LA OBRA DE LUIS FEITO

LUIS FEITO

Luis Feito López ( Madrid, 1929- Rascafría,2021)

El signo y la fuerza del color definen la sustancia anímica del cuadro. Es una impronta que deposita el pintor en el albor infinito. El punto crea en su entorno un espacio definido por su presencia, deja de ser amorfo el blanco, desarrollando sobre la superficie su efecto la tonalidad elegida.

Luis Feito realizó un viaje iniciático por los campos ocultos de la imagen, adentrandose en la mirada simbólica que soporta la esencia del objeto apreciado. Su trayectoria plástica constituyó un proceso continuo, donde tras cada hallazgo surgían nuevas interrogantes por descifrar. En su viaje por las estancias de la representación en el lienzo, olvidó inicialmente las formas, concentrándose en los colores ocres, rojo y negro, en su contraste con el blanco. Experimentó con el efecto de superficies irregulares, formadas por densidades matéricas, mas pronto centró su actividad en el rojo, blanco y negro, elaborando piezas donde las manchas contraponen su influencia. El círculo inicialmente capta su atención, para posteriormente recorrer las líneas y sus ángulos, en disposiciones aleatorias, culminando al final en una simplicidad en la que la macha se enfrenta al orden de la geometría, cuando no en un trazo que se pierde, ajeno a la composición o a su deformación, en un símbolo cuyo significado se abre en el subconsciente del observador.

Este creador plástico vivía la Pintura como expresión primigenia de un lenguaje mágico, cuando el artista describía con su pincel la esencia de la existencia. Vuelve a los orígenes de la representación visual, donde el trazado del color, la intensidad del negro, blanco o rojo, ayudaban a vislumbrar el halo de lo invisible que convive con lo real. En la obra de Luis Feito existe una confrontación, entre la razón y el pensamiento irracional. No se consigue ésto si el pintor planifica, teoriza o piensa en la estructuración armónica de la composición, sino sintiendo la Pintura, disolviéndose en la propia acción constructora de la obra, dejando que fluya el subconsciente en su encuentro con lo inmaterial. Luis Feito quiere descubrirlo, recorrer sus pasillos, definir sus contornos, pero la empresa es inagotable. La técnica zen es utilizada en esta aventura, pues ayuda a liberar la mirada irracional, en su observación virgen sin respuesta previa, para ver la auténtica faz de las cosas. Y esto lo consiguió con un ejercicio continuado, repetitivo, obsesivo en la plasmación de la idea perseguida. Luis Feito logró expresar lo inabarcable con la mínima expresión cromática y lineal.


























lunes, 22 de marzo de 2021

EL GRAN APAGÓN


La temperatura media terrestre sigue aumentando cada año más, al igual que lo hacen las emisiones de anhídrido carbónico en la atmósfera.

Es por lo que existe una gran concienciación en el ámbito internacional en la eliminación de la emisión de los gases de efecto invernadero, optando por la electrificación total de la sociedad futura. Todo dependerá de este tipo de energía. En una sociedad global digitalizada, la inteligencia artificial abarcará todos los espacios de la producción, industria, ocio, y vida de las personas. A la par se acelerará el movimiento de concentración de grandes masas humanas en ciudades enormes, dejando deshabitado el campo. El papel desaparecerá, nuestros datos de identificación estarán albergados en la nube, el dinero será digitalizado, la calefacción y vehículos sólo funcionarán con electricidad.

El mundo estará más limpio de gases contaminantes, pero a la par la humanidad estará más controlada, dependiente de una élite que administrará la producción industrial. Se habrá pasado de la sociedad de las personas a la sociedad colmena, donde la publicidad generará deseos, actitudes, opinión pública en definitiva, la cual actuará como censora de todo pensamiento divergente. Es fácil controlar así a las personas, pues al no existir el papel se puede cambiar la Historia, alterar datos personales, eliminar como sujeto legal a cualquiera, al borrar sus datos de identificación, sin los cuales no podrá percibir salario alguno ni desplazarse, será un invisible.

La concentración en grandes megápolis hace dependiente a las masas del suministro de energía, pues todo estará automatizado, y si falta la electricidad fallará el acceso a los productos básicos y comunicaciones, apareciendo el desorden, caos y barbarie. Es por lo que se estará agradecido al poder protector, sumiso y produciendo según las pautas que indiquen. Los valores, y tradiciones, que estorben los pilares de este mundo futuro, basado en la producción y consumo, serán estigmatizados.

Pero aparte del peligro que conlleva a la libertad personal, existe uno mucho mayor, relacionado con el gran apagón. Si alguna vez esto sucediera en una zona amplia, y no digamos en el mundo civilizado, el Sistema se derrumbaría, vendría el apocalipsis, pues todo se detendría. En cambio en un mundo diversificado energéticamente, y con ciudades más pequeñas e integradas en la Naturaleza, habría alguna escapatoria.


domingo, 21 de marzo de 2021

CARLOS MERODIO EN LA GALERÍA ORFILA

RECUERDO DE RUTINAS GOZOSAS

Carlos Merodio en la Galería Orfila, Madrid. Hasta el 31 de marzo.

Es una pintura de pulso elegante, suave contemplación y extracción cubista. Carlos Merodio desarrolla una obra sostenida en la rigidez de la linealidad, visión esquemática del universo que nos rodea, mas imprime serenidad en su trayectoria, para acoplarla al conjunto de tonalidades agradables que dan contenido emocional a su trabajo plástico.

La producción mostrada juega con una ambivalencia entre ilustración, que rememora el diseño industrial, y una expresión cubista, tamizada por la pintura mundana de mitad del siglo veinte. La obra no se queda en esta apreciación primera, pues el autor incorpora su signo personal, la conjunción de colores y trayectoria plácida en la conclusión del dibujo.

El conjunto expuesto posee claridad en su relato visual, limpio, preciso, sin florituras, transmitiendo muy bien sensaciones de la tranquila existencia de los momentos rutinarios impuesta por la pandemia. Carlos Merodio describe el descubrimiento de la belleza de los rincones, y escenas, cotidianos presa del olvido. Son espacios y momentos que pasan desapercibidos en el transcurrir diario, que el artista plasma en sus piezas. Es un encuentro con el gozo de la mirada detenida, impregnada del recuerdo afectuoso. Carlos Merodio expresa un relato de gran claridad expositiva.














miércoles, 10 de marzo de 2021

ILUSTRACIONES DE FEDERICO CASTELLÓN EN EL MUSEO DOÑA PAKYTA

 EL MUNDO DE F.CASTELLÓN

Museo Doña Pakyta, ilustraciones de Federico Castellón, realizadas para los libros “La mitología de Bulfinch” (1948) y “Teseo” (1964).

El sexo y el tiempo están unidos en la obra de Federico Castellón, reflejados en piezas de intenso desasosiego, abordadas con mirada ácida, expresadas como evocación onírica. El autor se introduce de esta forma en el laberinto del subconsciente, lugar desde donde se ejercita el control de los impulsos que modelan la voluntad.

Este artista, original de Almería, desarrolló toda su producción artística en Nueva York. Desde una incipiente figuración se introdujo de lleno en el surrealismo, en el que recorrió todos sus vericuetos, explorando sus rincones oscuros, los espacios mágicos, los campos luminosos, las tinieblas de los recuerdos, el dolor de las pasiones. Aplicó su capacidad creativa hacia otros estilos, predominando el simbolismo, sin olvidar el fuerte sustrato surrealista en su producción plástica, logrando configurar un estilo personal, fuertemente marcado por la impronta de las vanguardias del siglo veinte. La figuración nunca fue abandonada por el pintor, trabajándola en todas sus deformaciones, extrayendo la esencia que da forma intelectual a los seres y espacios representados.

Federico Castellón ejecutó una obra soberbia, de expresión punzante, descarnada, impregnada con sus fobias y desafíos, mostrando su repulsa a una sociedad con la que no compartía sus gustos. Esta postura se plasmó en todas sus composiciones, primando el sexo como libertad, autoafirmación crítica, representación de la misión placentera de la existencia, mostrando además, agobiado por el futuro guardado por las Parcas, miedo al camino sin final del tiempo. Origen y fin están unidos en su producción artística, expuestos con sarcasmo, denuncia, desafiando la moral imperante.

En otras piezas es seducido por la cultura oriental, su aceptación del devenir, el ritmo pausado de su presente circular.

Sea en óleos, grabados o papel, construyó un universo propio, donde el trazo es profundo, amplio, insistiendo, a veces con furia, el artista en sus convicciones. Cuando opta por el color lo hace con profusión de cromatismo grávido, en otras piezas describe ambientes grises, relatos del averno, en el que los seres se estilizan, o comprimen, en una danza infinita, transcribiendo el escenario donde actúan.

Federico Castellón elaboró una obra de intensa expresión visual, recia, cuya temática puede gustar o no, constituyendo por su frescura y originalidad un signo distintivo que le confiere unas señas de calidad, y maestría, que lo sitúan entre las grandes figuras de la Pintura española del siglo pasado.






martes, 2 de marzo de 2021

OBRA DE PURIFICACIÓN VILLAFRANCA EN ARRABAL Y CÍA

DESDE MI REFUGIO

Autora: Purificación Villafranca. Título: Espacios Comunes. Lugar. Galería Arrabal y Cía. Fecha: Hasta el 19 de marzo.

Pintura y collages conforman la producción artística de esta pintora, prosiguiendo con su estilo de abstracción geométrica, sugerente y de fácil lectura visual.

Purificación Villafranca reconstruye su discurso plástico para expresar el ambiente gris que cubre nuestro tiempo, cuando la pandemia ha restringido las rutinas cotidianas del transcurrir diario. Presenta una obra de sólido discurso expositivo, intensa en la mirada, con un lúcido vocabulario reflejado en líneas y colores. En la geometría plasmada imprime la angustia ante la sorpresa que nos aguarda en el futuro, la soledad, pérdida de contacto con amigos, la ruptura de la unión con los espacios libres naturales, siendo los límites de la existencia el perímetro que acota la superficie de los hogares. La vida de espaldas al exterior es mostrada por los puntos luminosos que simulan luces en las casas, en la intimidad impuesta, quedando remarcados los límites entre ellas, y más aún en las calles. En el conjunto propuesto se observa como la pintora va deshaciendo los límites, convirtiéndose en espacios gruesos de perfiles indefinidos, y en otras ocasiones ondulantes, en el momento en que la imaginación comienza su andadura, proyectándose en la realidad, como anhelo de tiempos venideros. Es así como se explican las líneas discontinuas de algunas piezas, en su búsqueda de una realidad alternativa en la que reine la libertad y el retorno a la existencia perdida.

Purificación Villafranca aplica un cromatismo acorde a las emociones presentes en cada instante representado en sus piezas, siendo el lenguaje del color quien va indicando el ánimo que conduce sus pensamientos, y por la intensidad la fuerza con que se presentan.

En su trabajo pictórico anterior la autora mostraba las separaciones de las estructuras geométricas como espacios de movimiento, flujo continuo que interactuaba, signo de vida en el cuadro. En esta ocasión se convierte en frontera, lugar deseado, campos que se borran en el albor de la composición.

Las esculturas que acompañan la muestra constituyen elaboraciones tridimensionales de la idea contenida en sus cuadros, diseñadas en formas simples, que encierran el concepto simbólico contenido en éstos. La capacidad plástica de la artista, y su experta inteligencia compositiva, logra extraer el concepto esencial de las piezas, para poder ser condensado en una estructura tridimensional.

Purificación Villafranca nos enseña una obra seria, de sencilla lectura, y habilidad compositiva para ser realizada.