miércoles, 30 de septiembre de 2020

JULIO VAQUERO EXPONE EN LA GALERÍA MARLBOROUGH

 

OTROS TIEMPOS DE ESPLENDOR FUERON


Julio Vaquero. “Memorias del mundo físico”, en la galería Marlborough, Madrid. Hasta el 10 de octubre.

Explora el artista la imagen fantástica, que se escapa de la realidad para ofrecer escenas que no encajan en lógica visual alguna. Julio Vaquero capta un mundo ensoñado, en el que recrea una mirada romántica desde su percepción interior. Superpone imágenes, deja señales por descifrar, pistas ocultas que incrementan el misterio sugerido. Recorre el pintor espacios presos del silencio, abandonados, postrados ante el esplendor de su decadencia. Huellas de tiempos mejores muestran los objetos y decoración plasmada, mas la impronta del olvido, de los días gloriosos, marcan todas las estancias. En las salas y pasillos deambulan fantasmas, ideas fijas del pintor, rememoraciones pictóricas, que dictan el ritmo atemporal extraído de la rutina cotidiana. A pesar de la quietud en sus piezas, se intuye el paso de los momentos que degradan la memoria, presente en los trazos desvaídos convertidos en brumas, entre las cuales aparecen estampas de otras estancias, o acaso olvidadas en la imagen descrita. Es un universo ceniciento, grisáceo, caduco, sumido en un rincón olvidado de la existencia.

Julio Vaquero juega con los contrastes cristalinos, ofreciendo formas de proporciones alteradas, desvelando lentes ocultas en la escena. En su obra propone una realidad ensimismada, alejada de la rutina de los anhelos diarios.

La obra aquí propuesta posee un ritmo lento de visualización, un guion visual inquietante, que obliga a esforzar el entendimiento, y un discurso reflexivo sobre la vanidad de la existencia. Logra el autor expresar estas sensaciones gracias a composiciones de técnica precisa, dotadas de magia en su elaboración.
















lunes, 28 de septiembre de 2020

LA GALERÍA LUCÍA MENDOZA PRESENTA LA OBRA DE SALUSTIANO

 

GENIAL SALUSTIANO


Salustiano en la galería Lucía Mendoza, Madrid. Hasta el 10 de octubre.

Es una obra enigmática, donde el pintor juega con los sentimientos que suscita la imagen, la cual se ve alterada por un elemento fantasma, pues no entra en lógica alguna su presencia en la escena. También centra el peso de la composición en el enigma de la mirada, fría, ocultadora, recelosa o acaso traicionera. Nos observan sus personajes taimadamente, o si no desafiantes.

Salustiano recrea modos y formas que recuerdan la pintura flamenca del Renacimiento, dotando a sus figuras de un perfil nítido, limpieza en su observación, mostrando un realismo frío, gracias a un pulcro dibujo y una elección de colores precisos, modulados en la imagen, que potencian la concisión de la personalidad reflejada en cada uno de sus personajes. Gracias al cromatismo de fondo, organiza un entorno que compensa la frialdad de la perfección de sus composiciones, incorporando pasión, emociones que se derraman por todo el cuadro. Este efecto induce nervio a toda la pieza, pues la fuerza del personaje se impone, sobresale y atempera su influencia.

Jugando con la estética de la Pintura clásica, estructura una obra de gran atracción visual, trasladando la percepción de gran realidad plasmada a los confines de los sueños, que se presentan como pesadillas.

Salustiano juega con la ambivalencia de la imagen mostrada, pues tras la inocencia, que se supone, esconde el signo de la maldad, la locura irracional que rompe la razón, pues las ideas asociadas a lo observado se convierten en mera representación ficticia. El mal lo corrompe todo, parece decirnos el pintor. Las obras expuestas poseen magnetismo en su contemplación, crean desazón, producen inquietud. Genial Salustiano.



















sábado, 26 de septiembre de 2020

ELVIRA MARTOS MUESTRA SU OBRA EN ALMERÍA


NI ROJOS NI AZULES

Elvira Martos. Título: Rojos y Azules. Lugar: Espacio 2, Museo de Almería. Hasta el 30 de septiembre.

Ofrece Elvira Martos un trabajo de gran solidez plástica, inteligente, técnicamente bien conformado, y de gran claridad expositiva. Nos propone un escenario de tiempo dinámico, donde presente y pasado se conjugan en cada una de las piezas. Tal vez sea su obra un sortilegio para prevenir la ruleta de los acontecimientos, que tanto atormenta la historia contemporánea española. Es lo que dota a su producción pictórica, aquí expuesta, de actualidad, la cual no cesa, siendo un tema hoy día recurrente. Decía T.S. Eliot en “Cuatro cuartetos”: El tiempo presente y el tiempo pasado / Acaso estén presentes en el tiempo futuro / Y tal vez al futuro lo contenga el pasado. /Si todo tiempo es un presente eterno / Todo tiempo es irredimible.

Las piezas propuestas por Elvira Martos invitan a la reflexión, sobre los horrores del pasado y la rutina acomodada del presente, que quizá por ser rutina no es valorada. Invita a pensar, a valorar lo que tenemos en la actualidad, como también a seguir en el mismo camino de superación de los horrores de la memoria, pensando en como hacer un futuro mejor, y si se puede un poco más feliz.

La producción plástica de esta artista es dinámica, fresca, y de gran contenido conceptual. Logra expresar este relato gracias a su habilidad técnica, consiguiendo con sus acrílicos y collages, describir dos realidades, pasado y presente, creando un salto al vacío cada vez que se distinguen en el cuadro. Conviven ambas, el tiempo fluye cíclico en su interior, pero el ingenio estético de Elvira Martos obtiene composiciones en las que, dentro de un escenario actual, rompe el tiempo los hechos terribles de la guerra civil. Acierta plenamente la autora al situar su entramado expositivo en la ciudad de Almería, otorgando a su obra un guiño que hace prender la atención del observador, lo atrapa y entabla un dialogo sensorial con él, según el lenguaje de las emociones, quienes tras arrasar la mirada, pasan. Su efecto queda grabado en las reflexiones suscitadas tras contemplar las piezas expuestas.

Elvira Martos supera los contornos del dibujo, para que sean los trazos de colores quienes definan las personas, entorno y el ambiente. No se detiene en detalles físicos definitorios de las figuras, sino que evoca situaciones, historias contadas, trasladándolas al presente. Nos enseña la diferencia entre el terror causado por la incomprensión, insolidaridad y aislamiento en las propias convicciones, con la ventaja del diálogo, el encuentro y el perdón mutuo. Ofrece un futuro de comprensión, y trabajo conjunto, por mantener al menos el mundo en que vivimos.






jueves, 24 de septiembre de 2020

EXPOSICIÓN DE MARINA GADEA EN LA GALERÍA KREISLER

EN EL FONDO DEL MAR

Marina Gadea en la Galería Kreisler, Madrid. Hasta finales de septiembre.

Marina Gadea explora la fuerza del tiempo en la transformación de la materia. Recrea los paisajes de los fondos marinos, intentando reflejar su estado de conservación, según las sustancias adheridas en cada pieza.

Elabora sus composiciones, sobre lienzo, madera o metacrilato, organizando un colorido equilibrado, agradable, donde reproduce el juego de luces que se cuelan entre las gamas azuladas, potenciando su contraste. A éstas se añaden los fondos verdosos, las irisaciones naranjas, los hilos dorados luminosos, que penetran hasta el fondo descubriendo claridades.

La artista, con estas piezas así concluidas, mostraría una propuesta elegante, de cromatismo sugerente, que juega a ser caos luminoso, según la percepción lo interpreta. Pero Marina Gadea ahonda en esta experiencia plástica, al incluir elementos exógenos a su propia acción directa sobre la obra, pues introduce en el mar las piezas elaboradas, para que en el tiempo, las condiciones fisico-químicas del medio, más las fuerzas volubles de las corrientes marinas, incorporen la huella del medio marino. Este proceso genera un conjunto plástico de gran fuerza impresa, donde sus composiciones absorben las energías del entorno, se conectan con éste mediante unas características químicas compartidas, quedando recogidas en cada una de las superficies. Sus obras tienen sabor a mar.

La obra expuesta posee calidad técnica, y como he indicado anteriormente es elegante, comunica vida. Marina Gadea juega con el azar, siempre dirigido hacia un fin concreto, que recuerda procesos creativos del arte oriental. Este es un camino de reflexión, de enriquecimiento personal de la pintora, compartiendo con el observador la experiencia adquirida.















domingo, 20 de septiembre de 2020

ANA LÓPEZ EXPONE EN LA GALERÍA ORFILA

 

TIEMPO DE LOCURA

Ana López. “Años locos”. Galería Orfila, Madrid. Hasta el 8 de octubre.

Expresa la pintora una obra de gran impacto visual, en la que el caos marca el signo de su comprensión. Ana López trabaja el acrílico y collage, organizando un entramado plástico en el que la idea central, que une su desarrollo comprensivo, está siempre presente. Sobre espacios de contornos aleatorios, ajenos al orden, presenta un cromátismo intenso, de gran gravidez, pasión absoluta que se desborda en la mirada, entre los cuales fluye un colorido insustancial, grisáceo, anodino, de consistencia imprecisa, donde amenaza el hundimiento o el vaivén de la tormenta. Con esta representación consigue Ana López dar cuerpo a su obra, en la que describe, de forma sensitiva, un desenfreno pasional, no sujeto al orden, desbarajuste de la escena mostrada. Los diferentes campos de color muestran sus bordes como desgarrados, rotos con furia, lanzados al azar, choque emocional que da sentido al concepto que sustenta el trabajo plástico de la artista. Refleja la razón pánica que rige la realidad, con sus excesos y futuros inciertos. 

Elige muy bien los tonos la autora, ordenándolos como si una partitura arrítmica fuera, símbolo de la locura que excede la razón aceptada, demostrando una capacidad de dicción figurativa excelente, para concluir en obras que siempre responden a la mirada.







jueves, 17 de septiembre de 2020

HUMANO III. EL TIEMPO. EXPOSICIÓN EN MECA MEDITERRÁNEO

                                    

NADA ES PARA SIEMPRE

Tercera exposición en la galería MECA, de PHotoESPAÑA 20, donde se presentan, con el título “Humano III. El Tiempo”, los trabajos de Asunción Lozano, José Luis Lozano, Karlos Kaplan y Antonio Jesús García.

Asunción Lozano nos describe un equilibrio entre la presencia de la civilización y la Naturaleza moldeada por su inteligencia, mas esta situación es inestable, ya que el paso del hombre es fugaz, cuyo recuerdo se disolverá en la nada. Nos propone esta autora un espacio tranquilo, en el reino del silencio, signo de la inquietante permanencia del vacío de la Historia, pues al final no habrá nadie que la relate, solo la Naturaleza, su fuerza y permanencia. Asunción Lozano capta la magia del sentimiento suscitado por la imagen oportuna, eligiendo las escenas que soportan con acierto la idea que quiere plasmar.

Karlos Kaplan utiliza la tecnología fotográfica y medios digitales, para obtener imágenes que superan la hábil composición, para convertirlas en elementos estéticos de profundo significado visual. Juega con la geometría que se esconde en los espacios de destrucción, reflexionando en el enfrentamiento del orden natural, que reproduce reglas geométricas inmutables, con la racionalidad establecida por la Humanidad, en su labor de apropiación del espacio natural. El trabajo plástico de este creador posee una profunda metafísica de la imagen, gracias al conocimiento de la expresión gráfica conseguida.

José Luis Lozano retrata la influencia de las fronteras, geográficas, culturales y sociales, que ha impuesto la lógica de la civilización. Es la frontera, entelequia política, quien rompe la unidad del paisaje, y a su vez crea las diferencias entre poblaciones. Este reparto del territorio, aparte de la separación de culturas, crea fenómenos de traslación migratoria, aniquila vidas, y causa sufrimiento, tras la utopía del paraíso prometido.

Antonio Jesús Hernández sitúa su mirada en tercera persona, limitándose a plasmar la realidad del entorno. Describe en su obra la soledad impuesta por la pandemia, el devenir diario, cuando la comunicación cercana está restringida, en un tiempo teñido por el miedo y desesperanza, en un mundo anodino, sin brillo. Su visión es limpia y concisa, gracias a que su obra es dinámica, de mirada ágil, expuesta como una narrativa aséptica.

Los cuatro artista participantes poseen una coincidencia conceptual, y de calidad, que da cuerpo a la idea del tiempo como fuerza que define el paisaje.











martes, 15 de septiembre de 2020

GORKA HERRERA EXPONE EN SALA PARÉS


CIELO E INFIERNO

Autor: Gorka García Herrera. Título: Ad Aeternum. Lugar: Sala Parés, Barcelona. Fecha: Hasta el 17 de octubre.

La Belleza es rota por la destrucción humana. El mismo ingenio capaz de crear entornos seductores borra su existencia, siendo constante la presencia de ambas acciones en nuestra Historia.
Sobre un paisaje apacible, cielos plenos, azulados felices y horizontes que invitan a soñar, introduce el pintor el abismo de la catástrofe, la huella de la guerra, signo de autoaniquilamiento de la razón. En esos escenarios, de caos y dolor, combina Gorka García Herrera la perfección de la arquitectura surgida de la razón, geometría limpia, huella de otros tiempos. Ambas visiones son contrapuestas, en imágenes en las que edificios destruidos por la guerra alteran la felicidad que el paisaje impone. En estos espacios incorpora el artista recuerdos del esplendor, cuando la arquitectura era símbolo de grandeza, inteligencia y formas de vida civilizadas, en un medio natural acogedor.
Acierta Gorka García Herrara en la contraposición de ambos escenarios, pues transforma el cuadro en foco de tensión visual, gracias al choque de ideas y sensaciones. En la observación de las piezas coexisten el orden con el caos, el sueño de la inteligencia con la animalidad del ser humano. Recorre la mirada la obra, sintiendo como la trayectoria es sacudida por elevaciones y caídas abruptas, originando una sensación de desconcierto y optimismo. Hay veces que las luces de la belleza lo inundan todo, para inmediatamente después sucumbir en el descalabro de la locura.
Gorka García Herrera nos muestra en sus composiciones el excelente dominio del color, expuesto de forma modulada, precisa, liberando entre sus trazos limpias claridades, siendo su dominio técnico potenciado por el ingenio mostrado en el concepto que sustenta la idea plasmada en su obra.