martes, 29 de noviembre de 2022

EXPONE MARÍA APARICI EN LA GALERÍA ORFILA

 

ESPACIO DE SOMBRAS


Autora: María Aparici. Lugar: Galería Orfila, Madrid. Fecha: Hasta el 17 de diciembre de 2022.

Plasma María Aparici sus impresiones en el lienzo, sin temor a restricción alguna, depositando su visión de la realidad que le preocupa.
En esta descripción de sensaciones, descritas en un vocabulario cromático, la pintora relata la intensidad de las emociones con libertad expresiva, superando los límites de las figuras, los cuales aparecen flexibles, moldeados por el azar del instante, cuando son visualizados. Las figuras se deshacen en manchas que no llegan a su disolución, pues existe un temblor en la composición que cambia la percepción de las formas, gracias a las energías que se desprenden en el entramado plástico que las sustenta.
Las piezas resultantes transitan en la realidad femenina, la soledad ante situaciones incomprensibles, muros que superar, injusticias, o simplemente en la recreación de su universo íntimo, espacio sereno de momentos infinitos, en el cual se proyecta el mundo interior de la pintora.
Son colores cálidos los utilizados por María Aparici, reflejo de estancias acogedoras, refugios del yo, desde el cual proyecta sus deseos. Este espacio es voluble, palpitante, sometido al pulso de las pasiones, de las incoherencias que percibe. Así lo describe esta creadora plástica.
Muestra María Aparici una obra de apariencia inquietante, intensa, excelentemente relatada en su expresión plástica, pues posee habilidad técnica para conseguirlo.










martes, 22 de noviembre de 2022

JOSÉ MANUEL RIVERA, SIREN, EXPONE SU OBRA

 

EL NAUFRAGO Y EL TIEMPO


Autor: José Manuel Rivera, Siren. Título: “Un viaje en el Tiempo”. Lugar: Centro Cultural Hispano Filipino, Laujar de Andarax. Fecha: Hasta el 4 de diciembre de 2022.


Ofrece José Manuel Rivera, Siren, un conjunto de piezas de gran sugerencia visual. Recorre el pintor su entorno, a través de rostros perdidos en el anonimato. Las miradas de sus personajes, profundas y concentradas, proyectan las cualidades de las escenas que rodean sus vidas. Son seres corrientes, extraídos de la rutina de la memoria, los cuales con sus gestos faciales, detalles en su piel, o brillo en los ojos, describen, con sus emociones, el espacio sensitivo que los acoge, la biografía de sus existencias grabadas en la faz, el misterio de aquellas cuyos secretos dan respuesta a sus circunstancias, también los sueños del artista, que se funde con su trabajo. Como complemento, muestra otras piezas en las que recorre calles, plazas, paisajes. Pero estas últimas composiciones poseen una imagen de reflejo inestable, a punto de caer, como si el telón que cubre su ficticia realidad quisiera desvelar la verdad que se sitúa detrás de la ilusión, entendida por la mirada como fidedigna.
El trabajo plástico de Siren está elaborado con pasión, fuerza que se deposita en sus líneas, giros, y colores desvaídos. Simula un momento de caos, cambio detenido en la nada salvado por el tiempo. Consigue de esta forma imprimir un latido interno a su obra, señas de vida propia, autenticidad de experiencias plasmadas en el lienzo. No tiene que ser su relato explícito, sino que envuelve su conclusión con un entramado de imágenes, gestos, cotidianidad anodina, en una danza de cromatismo sostenido en el ambiente.
El pintor se interna en su obra, transita por ella, explorando los espacios de sueños y recuerdos que ha construido, caras que pasan sin identidad, otras imaginadas, deteniendo su atención en el resplandor de la flor, símbolo de la Luz, que explota su belleza en su abrazo intangible.
Siren expresa la vida, el instante gozoso de su presencia, mas es consciente que el flujo de las sensaciones, que su disfrute produce, es rápido, quedando sólo el recuerdo al final, pues todo se difumina en el pasado. Busca el fulgor de la existencia en las flores que pinta, delicadas y elegantes, el rastro de su huella en caminos y edificios, dispuestos indolentes y ajenos a los sentimientos que pasan ante ellos.
La pintura de este creador plástico es una reflexión ante la permanencia del yo, naufrago eterno, descrita con delicada belleza, fantasía e intensidad expresiva. Domina el ritmo del color, la figuración precisa, soportado en un entramado visual complejo y dinámico.


































miércoles, 16 de noviembre de 2022

JAMES RIELLY EXPONE EN EL CAC DE MÁLAGA

 

UNA MIRADA INQUIETANTE


Autor: James Rielly. Título: Work, Rest and Play. Lugar: Centro de Arte Contemporáneo de Málaga. Fecha: Hasta el 20 de noviembre de 2022.


El pintor se sume en los pensamientos pasajeros que surgen al leer un periódico o revista, al oír alguna noticia de la radio, o simplemente al contemplar alguna escena callejera que le llama la atención.
James Rielly, 1956, es un artista británico de amplio recorrido expositivo, cuya obra se caracteriza por recoger las impresiones producidas por esos pensamientos. Los expresa con intensidad, sin reparar en la forma precisa, dejándose llevar por el azar, la figura resultante de la pincelada cromática densa, expandida de forma heterogénea, concentrando su fuerza en el rasgo destacado, ojos, risas, gestos y detalles, con los que muestra su visión jocosa, y crítica, de la realidad social. En esta instalación James Rielly presenta una cuarentena de piezas, óleos y acuarelas, elaboradas en los últimos años, en las que propone el concepto que mueve este trabajo plástico.
Las miradas de las máscaras inundan la Sala, digo máscaras porque en los rostros coloreados sólo destacan los huecos oculares, observando intensamente todo a su alrededor, bocas socarronas, risas imposibles. En otras piezas los personajes aparecen fantasmales, ocultos tras una sábana o una bolsa de papel, perforadas para que puedan ver. En algunas reflexiona sobre la relación familiar, en la continuidad de conductas heredadas.
Quiere el pintor abordar la idea de falta de intimidad en la sociedad actual en la que nos encontramos, estando las personas sumidas en una vigilancia interrelacionada permanente. Espacio de seres anónimos escondidos tras la red, o sin relación dentro de una gran masa adocenada.
Consigue James Rielly conectar su mensaje con el espectador, gracias a una obra libre de todo elemento innecesario, basada en el gesto, la mancha que induce sensaciones, con trazos libres, despreocupados, sumidos en el inconsciente gráfico relatado por el pintor. Aunque éste declare que sea el público quien saque conclusiones propias, sus creaciones están impregnadas de un significado poderoso, descargado en su masa cromática, o en la rotundidad de la pincelada liberada en el lienzo. Interesante exposición.