martes, 27 de abril de 2021

UN PINTOR OLVIDADO DE GRANADA


LA LUZ OCULTA LAS TINIEBLAS


Luis Ricardo Falero de Candelarese (Granada 1851-Londres1896) fue un pintor reconocido en Inglaterra, pero en esta tierra olvidado. Pudiera ser por su temática, de signo erótico tachado en esa época como casi pornográfico, o también debido a su labor, casi exclusiva, centrada en Londres.

Procedía de una familia adinerada de Granada y poseía el título de Duque de Labranzano. Inicialmente su educación fue dirigida hacia la carrera militar en la Armada, pero su interés miraba hacia otros derroteros, siendo la ingeniería y el arte las facetas en las que desarrolló su vida profesional. Como científico destacó en el campo de la electricidad, siendo uno de los impulsores de la Sociedad Internacional de Electricistas. Con los años fue centrando su atención en la Pintura, adentrándose a través de ella en los escabrosos campos del espiritismo.

Su obra aún refleja frescura, es exuberante, de poderoso impacto, volúmenes corpóreos que muestran una presencia absorbente. Dominaba el dibujo, consiguiendo una gran precisión, que junto al uso de un color casi fiel al natural, lograba crear obras de exactitud fotográfica. Era como si diera vida a los personajes encerrados en sus composiciones, tras un proceso alquímico. No se quedaba su producción plástica en la plasmación perfecta de la figura femenina, sino que le insuflaba un ánima propia. Su obra denotaba elegancia en los fondos usados, claros, preferentemente azulados tenues, ligeros, de sensación infinita. En algunos los cubría de manchas oscuras, acompañantes del rito mágico representado simbólicamente en el cuadro.

Siempre fue la figura femenina el tema único en todas sus creaciones. Inicialmente aparecían sus desnudos como elementos decorativos, emulando el gusto clásico, buscando la realidad ideal en sus piezas. Más adelante fue haciéndose más procaz el exhibicionismo mostrado en su obra, llamando la atención de la alta sociedad londinense, pues supo darle apariencia de un profundo simbolismo, que junto a la elegancia de su obra gustó en el ámbito artístico de aquel país.

La belleza, la insinuación, y la elegancia decorativa, definen a primera vista la característica de su producción pictórica, siendo considerado como un artista decadentista, de excelentes cualidades plásticas por el dominio del oficio adquirido. La traducción visual de sus últimas piezas describen a un pintor inmerso en el mundo del ocultismo, expresado con formas mundanas, escondiendo en su insinuante espectáculo un universo de signos oscuros, rituales esotéricos, brujería y magia.




















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