jueves, 13 de julio de 2023

MAR GARRIDO EN CICUS

 

BELLEZA AJENA AL TIEMPO



El paisaje es objeto de atención plástica, respondiendo su plasmación a motivos diferentes. Esto ocurre, como en otras técnicas de expresión artística, en la fotografía o videocreación.
Puede suponer un escenario típico, castizo, sorprendente, curioso, encuentro inesperado, atrapado en el instante.
Hay, también, creadores que utilizan la imagen del paisaje como relato de abandono, destrucción y olvido. Invitan a la reflexión y cambio de actitud, esperando despertar conciencias, o comprometer, en el cambio del presente imperante.
Otros artistas fijan su mirada en el medio natural que los acoge, desde una perspectiva estética, en ocasiones casi mágica, unas veces aprehendiendo la esencia invisible que danza en sus espacios, en otras proyectando la sensibilidad que les impulsa a dialogar con la realidad que les rodea. Es una acción de ida y vuelta, esta última, pues irradia su experiencia emocional hacia fuera, retornando ésta impregnada de sutiles tonalidades evocadoras, que enriquecen su actividad plástica.
En el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla, CICUS, se han reunido dieciséis artistas visuales en la exposición colectiva «Nuevas topografías fotográficas: de vueltas con el paisaje», que tendrá lugar hasta el 20 de julio de 2023, proponiendo tres miradas de la realidad mostrada por el paisaje, centradas en su construcción artificial, la memoria y la poética visual.
En el grupo de creadores participantes se encuentra Mar Garrido, artista de intensa relación expositiva con Almería, la cual presenta su obra, fotografía digital sobre papel de algodón, estructurada en tres líneas de pensamiento, aunada por la percepción lírica de la realidad natural que nos rodea. Estas son: Las huellas del agua, Voluntad de las líneas y Poéticas de la interrupción. En las tres muestra un relato profundo sobre el destello de la luz, que encierra los espacios sentidos tras la imagen. Reconstruye el tránsito del agua en la huella de su paso, en otra reflexiona sobre la libertad azarosa del recorrido de las ramas vegetales, en una pared de intenso amarillo, cuyo contraste genera una tensión visual, que ayuda al espectador a internarse por los espacios de resplandor estético, olvidando la verdad racional para contemplar su mundo interior. Si no, fija su atención en el movimiento detenido, ritmo armónico cerrado en su estado estacionario, periodo repetitivo hasta el final, imagen estática comprendida en su movimiento.
Las piezas de Mar Garrido poseen la belleza del momento, en la evasión del pensamiento ajeno al tiempo.








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