VIGUERAS
Es el Movimiento Indaliano una
interpretación de la esencia natural de los campos de Almería,
siendo muchos los artistas que han bebido de sus principios
estéticos, logrando transmitir los rasgos característicos que
definen sus paisajes.
La Luz siempre está presente en sus
obras, ella y el reflejo vibrante de sus casas, fuerza cegadora que
inunda la retina, alegría latente de sus espacios, escenario velador
de los mundos ocultos tras la cascada luminosa que todo cubre. La Luz
se esparce violenta, fuerza vital que fluye en el paisaje, dimensión
de claridades en las que se albergan otras realidades fantásticas,
espejismo permanente que traslada la mirada hacia las zonas
visualizadas por el subconsciente, sustentada sobre un terreno árido,
dura aspereza que devuelve con sus ocres, y marrones, la presión
solar, siempre acompañada por un azul revuelto, reflejando la danza
cromática sucedida bajo su presencia.
Rafael López Vigueras es un pintor
que ha sabido captar todas estas cualidades, expresadas por los
indalianos, siendo, según mi opinión, uno de los más fieles
interpretes que han trabajado este estilo pictórico.
En sus inicios, aunque influenciado
por las características aquí expuestas, se internó en el análisis
de las formas visuales aprehendidas, jugando con sus contornos,
proponiéndolos fijos, precisos, de acuerdo a recias lineas
organizadas según el orden geométrico. Las estira, queriendo
distorsionar la apreciación de la imagen, mas se quedó como
intento, triunfando el espíritu de la figura en su comprensión,
siendo insertada en un engranaje cromático de tonos ajustados,
limitados en su número preciso, que no por ello agota múltiples
posibilidades de gamas sugeridas. No se queda el artista en la mera
descripción de formas y colores, sino que las supera para
introducirse en el alma de la imagen, exponiéndola de forma rotunda,
densa, espesa, patente, intensa, poderosa puesta en escena de lugares
de esta zona del Sur peninsular. Casas típicas sujetas a una
estructuración lineal básica, encaladas, de refulgentes fachadas,
simuladoras del imperio solar, que desafían el solar terroso y
desnudo, temblor telúrico en su observación, que transcurre cuan
suave canción de notas disipadas en la nada del medio entorno.
Construcciones, luz y campos, aparecen solapadas en su observación,
insertadas entre sí, conformando una entidad única, impresión
mágica de la realidad latente en el lugar.
Rafael López Vigueras ha logrado
percibir el auténtico carácter de Almería.
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