NADA TRAS LA MÁSCARA
Autor: Manuel Avedán. Lugar: Galería
Orfila, Madrid. Fecha: Hasta el 10 de diciembre.
Es una obra interesante por la
estructura estética que contiene. Hay que considerar en ella el
fondo, color, las formas y significado.
Manuel Avedán (Madrid, 1929)
desarrolló una obra sustentada en los principios estilísticos de la
abstracción geométrica, fondo sobre el cual incorporaba la acción
conceptual del relato contenido en ella. Organizaba composiciones de intenso efecto geométrico, rígida configuración en las que se
acotan las actividades de sus protagonistas, reflejo de un mundo
ordenado, lógico, establecido según normas sociales, sin
posibilidad aparente de transgresión.
Introduce el pintor el color, expuesto
con apariencia modulada, encajado sin sobresaltos tonales, cuyo
efecto potencia al vecino, conformando una atmósfera intimista,
cerrada, a veces agobiante, y si no, libre de ataduras, por la
claridad cromática en las gamas leves, y sutiles, del color
utilizado. Representación del mundo interior, que asume su entorno y
reduce sus ideas a una burbuja intelectual, en que se aleja de la
realidad circundante.
En ese escenario propone el artista
figuras diversas, de sólida configuración, pesadas, mostrando la
influencia que ejercen en su entorno, aparte de ser quienes dan
sentido al conjunto expresado en cada composición. Pero las figuras
aparecen sin pulso, siendo solo formas que absorben la mirada, mas no
existe individualización, sino propiedades externas, surgidas del
pensamiento que traduce la percepción de la visualización. La
apariencias dictan la personalidad del individuo que se tiene
enfrente, extraído de la realidad para ser escrutado en el universo
particular de cada persona.
Y es el significado quien da sentido
al conjunto de la obra plasmada, pues sea por aprehensiones previas,
recuerdos, o impresiones, dota a las figuras de unas características
propias, mostradas desde una irónica expresión, burlona y crítica.
El pintor mira a los personajes sociales desde la idea que quieren
trasmitir, explicando que tras esas máscaras no hay nada, en la
mayoría de las veces, o en todo caso objetos del deseo, y la verdad
grotesca proveniente del yo profundo.
Juega la obra de Manuel Avedán con la
ambivalencia entre ilustración satírica y creación plástica
simbólica, logrando que la forma artística, como representación
pictórica, domine la composición.
Es rica y sugerente la obra de Manuel
Avedán, jocosa y ácida, reflejo de la realidad humana. Nos enseña
este artista su inmensa habilidad para captar el verdadero rostro de
las debilidades personales, sin abandonar la sonrisa que las
disculpa.
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