lunes, 25 de diciembre de 2023

NOCHE DE PAZ E INOCENCIA

 

NOCHE DE PAZ E INOCENCIA


Obra de Manuel Ruiz


T.S. Eliot en su poema “El cultivo del árbol de Navidad ” (1954) decía que: “ Existen diversas actitudes en relación con la Navidad,/ y de alguna de ellas podemos hacer caso omiso:/ la social, la torpe, la manifiestamente comercial,/ la bulliciosa (los bares están abiertos hasta la medianoche),/ y la infantil, que no es la del niño/ para el cual cada vela es una estrella, y el ángel dorado/ desplegando sus alas en la copa del árbol/ no es solamente un adorno, sino un ángel.”
El primer recuerdo de la Navidad es el que prevalece, los años de la niñez, cuando la fantasía es la única explicación posible. El tiempo es perezoso en esa edad, le es difícil a los instantes pasar al siguiente, cuando en el vacío de la estancia fluye multitud de seres y paisajes, proyectados por el pensamiento infantil, tomando forma en los objetos que le rodean, así como también apareciendo como entidades reales en su mundo visual. Es por lo el poeta dice “El niño se maravilla ante el árbol de Navidad:/dejadlo que continúe con ese espíritu de maravilla
No es sólo el primer recuerdo, sino la suma de todos aquellos de la infancia y juventud, cuando la lógica cultural aún no ha prendido en el pensamiento de la persona, sujetando los sueños. Incluso si no se han tenido esas experiencias felices, envueltas en la magia de los primeros años, la Navidad proyecta su influjo a través de los niños, cuando se les ve felices, al compartir con ellos esos momentos dichosos. También deja su huella las celebraciones con los amigos de juventud, amistad auténtica, que siempre marcará nuestros recuerdos.
Siempre permanecerá la luz de la Navidad en las vidas de los adultos, llenando de nostalgia sus horas de celebración, alimentando su llama en esos días, reviviendo historias, momentos, seres desaparecidos, envolviendo el recuerdo de sensaciones gozosas, dando igual si se está sólo o acompañado, en esa Noche de Paz, tranquilo con las rememoraciones que el pensamiento sugiere, aspirando el aroma de aquellas vivencias que la imaginación nos traslada al presente. El poeta lo explica muy bien: que esos díasno sean olvidados en las experiencias posteriores,/ En la fastidiosa rutina, la fatiga, el tedio, / el conocimiento de la muerte, la conciencia del fracaso,/o en la piedad del converso
Llega la Navidad, tiempo de fantasía y buenas intenciones, cuando la mirada inocente asoma en el recuerdo, ajenos a los duendes que quieren entristecer la fiesta, pues no es la rutina, ni el pretexto de pasarlo bien quien preside el momento, sino el renacimiento de la persona a través de su mirada infantil.

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