COLOR EN EL CUARTO REAL
Autores varios. Título: Color
Granada. 15 artistas en el Cuarto Real. Lugar: Cuarto Real del Santo
Domingo. Fecha: Hasta el 31 de enero.
Es variada e interesante la obra
expuesta, procedente del fondo de la colección del Ayuntamiento de
Granada, muy bien conjuntada visualmente, además de presentar
autores consagrados de la Pintura granadina, y nacional, con otros
cuyo bagaje artístico posee la suficiente riqueza que los hace estar
en la vanguardia plástica actual. Todos están unidos por el color,
su declinación, estructuración, moldeado, y reflejo en la obra
mostrada. Es el color el protagonista, que en unos estalla y se
recrea en sí mismo, sumido en una turbulencia, o se expande en
planos apacibles, contrapuesto o protagonista, como también sujeto
al orden de la linealidad. Algunos autores diluyen los tonos,
trabajando con rectas y ángulos, para simular imágenes sugeridas,
describiendo la magia de la comprensión visual.
Andrés Monteagudo muestra la materia
encerrada en una rígida realidad, mientras Soledad Sevilla se centra
en la geometría que construye. Guerrero se adentra en los campos de
color, surgiendo Valentín Albardíaz con una obra de complejidad
cromática, nervio interno que rompe la imagen para desbordarla.
Aparece Vicente Brito, con su pintura profunda, con Pedro Garciarias
inmerso en sus místicos jardines, y la soledad de Asunción Jódar,
en su viaje de la vida con la inocencia perdida, acompañados por el
equilibrio de M.T. Martín-Vivaldi, más Mitsuo Miura sumido en su
paradoja tensional.
José Piñar propone juegos
geométricos, bañados por un color sugerente. Y el azul embravecido,
de fugaz recuerdo, es mostrado por Miguel Rodríguez Acosta. Pablo
Sycet enseña el combate pasional de su paleta, Ignacio Tovar el
color de Granada, Javier Virseda la intensidad plástica. Nos hace un
guiño Jesús Zurita con su juego visual.
Todas estas sensaciones son sugeridas
en la lectura sentimental de las obras expuestas, excelente imagen
del buen hacer artístico desarrollado en Granada. Es de destacar el
acierto del montaje presente en este espacio, conjuntando los
diferentes estados del color, en un trayecto sensitivo espoleado por
la rigidez de líneas que se quiebra en ángulos, siendo sosegado
por la sinuosas trayectorias que expanden un cromatismo acompasado.
La ondulación de su visualización posee ritmo, incluyendo momentos
espaciales que producen silencios y puntos aparte, cuya conjunción
crea un texto plástico de fácil lectura y lírica comprensión.
Es una exposición interesante y de
gran valor artístico la comentada. Hay mucho que ver en el Cuarto
Real.
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