jueves, 28 de abril de 2022

MIGUEL CORONADO EXPONE EN LA GALERÍA ANSORENA

                                                       

RECUERDOS SUGERIDOS

Autor: Miguel Coronado. Título: Belleza trascendente. Lugar: Galería Ansorena, Madrid. Fecha: Hasta el 20 de mayo.


Juega el pintor con el color, estudiando su fuerza, el tacto visual que produce, el efecto sensitivo que interfiere en la composición de la imagen supuesta. Miguel Coronado trabaja el cromatismo en sus posibilidades varias, utilizando tonalidades espesas, intensas, pese a que en el interior de la sustancia, que las sostiene, se sospecha un fondo etéreo en las que la claridad se cuela.
Detiene la mirada en el límite de la forma perfilada y la pincelada de su paleta, componiendo un escenario de ambivalencia expresiva, utilizando la percepción del observador para que construya el relato vislumbrado en el seno del cuadro. Mezcla sentimientos, portados en el color, con la idea sugerida por el dibujo, sentimientos que inciden en el recuerdo del observador, para proyectarse impregnado de vivencias propias en cada pieza, dando pulso propio a la escena imaginada.
Miguel Coronado utiliza la percepción sugerida y la fuerza sensitiva del color, evocando estampas felices, en otras oníricas, si no, propone enigmas por descifrar. Es un laberinto contemplativo el expuesto por el artista, experiencia estética en la que estudia la estructura que soporta la esencia del espectro luminoso. El dibujo se disuelve en éste, siendo su vibración quien dicta el tiempo interno en cada obra.
La muestra de Miguel Coronado es un ejercicio sugerente, e inteligente, que demuestra su excelente dominio del trabajo plástico.











lunes, 25 de abril de 2022

SOBRE LA EXPOSICIÓN DE MIGUEL CARINI EN ESPACIO DE ARTE SANTIAGO COLLADO


CARINI SIEMPRE ES CARINI

Autor: Miguel Carini. Título: La oscura magnolia de tu vientre. Lugar: Espacio de Arte Santiago Collado. Fecha: Hasta el 9 de junio.

Explora Carini la imagen, como posibilidad visual de plasmación del sentido lírico contenido en el poema. Es una labor difícil, pero la habilidad expresiva del pintor logra salvar la estructura del verso escrito, la musicalidad de la palabra, exponiendo con la conjugación cromática la sensación oportuna, la emoción adecuada, que escondida en el envés del color surge al rozar sus diferencias. Nace en ese momento la chispa fugaz, de percepción sugerida, solo aprehendida por el corazón.
Consigue el artista trasladar la palabra poética al lienzo o papel, incorporando la imagen evocadora, el símbolo portador de impresiones encadenadas hacia el fondo del enigma, las conjunción de colores que dictan el sentido rítmico de los sentimientos evocados.
Miguel Carini es un maestro del grabado, referencia entre todos, ofreciendo en esta ocasión una obra en diferente formato, permaneciendo en su esencia creativa, pues su huella personal trasciende la técnica, para permanecer en todo su trabajo plástico. Carini es siempre Carini, mostrando su dominio, sea en óleo, acuarela o impresión. En sus piezas la línea pierde su memoria geométrica, para aparecer sinuosa, sensual, escondida, caprichosa y envolvente, encerrando en sí el misterio de la historia. El signo de la palabra, es reflejado en la figura, en la cual el trazo seguido por la mirada va decantando los tiempos de sus momentos, potenciada por el guiño del signo incorporado, símbolo que propone otra forma de abordar la escena propuesta. Pero es en la intensidad del color, en la sucesión tonal, donde el pintor induce sentido pasional al poema propuesto, verso extraído que en su libertad se abre en todo su significado, evocación del sentido metafísico de la existencia, del tiempo que pasa, de la intrascendencia de la realidad, siendo sólo real el instante que se escapa de la existencia racional, evadiendo el pensamiento hacia espacios sensibles, unas veces fríos y desconcertantes, abatiendo el espíritu, en otras consigue postrar la atención ante el gesto de la frase brillante trasplantada al cuadro.
Miguel Carini se interna en la obra de Federico García Lorca, en el jardín de su palabra poética, descifrando el perfume de la oscura magnolia, tras la huella de la figura amada, cuan gacela que se vislumbra en la bruma de la fría mañana, cuando el espíritu vaga perdido tras el soplo de su presencia.
Es una impronta barroca la configurada en su producción pictórica, abarrotada de color de vibración acorde, que reproduce el alma del poema.











viernes, 22 de abril de 2022

ALEJANDRO QUINCOCES EXPONE EN LA GALERÍA ARCTURUS

 

CALLES, BRUMAS Y SOLEDAD


Autor: Alejandro Quincoces. Título: Pinturas recientes. Hasta el 30 de abril. Lugar: Galería Arcturus, París.

La luz marca los tiempos sensibles en la obra de Alejandro Quincoces, a través de los cuales traslada la impresión del espectador a los recuerdos suscitados en la pieza.
En su obra la ciudad constituye el centro de su acción argumental, la cual es representada en la lejanía en la mirada, exponiendo el pintor su discurso en tercera persona, induciendo al observador a ir desarrollando el relato visual, compartiendo sentimientos, incorporando los propios, consiguiendo establecer un diálogo entre éste y la obra, obteniendo nuevas perspectivas cada vez que es contemplada.
Aparece la ciudad con los perfiles difuminados por una bruma cromática, gris, fría, triste, pese a que a veces desde el exterior se percibe el halo del resplandor dorado, anuncio de otras realidades posibles, que se cuela, y trasmite emoción optimista en el entorno impersonal en el que se desarrolla su existencia. Esta representación se ajusta a la lógica del recuerdo, pues el paisaje aparece entre la disolución de las formas y la persistencia de su imagen, quedando la fuerza del color como lo único depositado en la memoria. Se rememora el colorido, asociado a la impresión del momento, cuan lenguaje que describe el estado anímico que suscita la escena evocada.
Alejandro Quincoces realiza una narración plástica de la sociedad actual, propuesta como un testimonio sensitivo, que penetra y se extiende en multitud de relatos, vivencias y situaciones. Logra este artista expresarla de forma directa, simple y con alta calidad estética.








jueves, 21 de abril de 2022

DANIEL ARAGONESES EXPONE EN LA GALERÍA ORFILA

 
INCERTIDUMBRE

Daniel Aragoneses expone en la galería Orfila, Madrid. Hasta el 7 de mayo.

Indaga el pintor sobre el efecto visual de la luz en el proceso hacia la descomposición de sus haces, cuando al romperse libera destellos que se traducen en claridad en la mirada. Daniel Aragoneses quiere analizar la sensación que la luminosidad deshecha imprime en su contemplación, de su presencia heterogénea, donde la luminosidad, propuesta en densidades diferentes, muestra signos de opacidad, siluetas emergentes que imponen una presencia inquietante, la cual incita la curiosidad de quien mira la pieza, originando historias múltiples según el momento de su visualización.
En esta producción de Daniel Aragoneses, el resplandor va modulando los tiempos emocionales de su contemplación sensitiva, apareciendo unas veces fría, vaporosa, confusa y misteriosa, en otras espesa, ardiente y caótica, y entre ambos cálida y expectante ante las zonas oscuras que deambulan en su interior. Mas para el artista constituye un ejercicio de juego cromático de resultado estético, comprendido en el lenguaje de los sentimientos.
Daniel Aragoneses trabaja el color, la asimetría de su trayectoria en el cuadro, sus campos de intensidad variada, las zonas discordantes que crean discontinuidad en la lógica de la mirada, consiguiendo que en el espectador se genere desasosiego y curiosidad en la contemplación de su obra, mientras, para él es un ejercicio de técnica pictórica. Interesante exposición mostrada en esta galería.










miércoles, 13 de abril de 2022

DESPUÉS DE LA ÚLTIMA CENA DE CRISTO EN GETSEMANÍ, DE NICOLAI GE

 



BAJO LA GÉLIDA LUZ DE LA LUNA

Nikolai Nikolaevich Ge, 1831-1894, fue un pintor ruso cuya obra tuvo gran resonancia entre sus contemporáneos. Su producción fue extensa, siendo alabada y criticada por igual, tornando de opinión los criterios sobre su estimación o rechazo. Este artista trabajó amplitud de temas, abarcando retratos, pintura religiosa, paisajismo y relatos históricos. Su actividad artística supone una transición entre el academicismo de inicios del XIX hacia novedosas concepciones del arte plástico. Es considerado uno de los primeros simbolistas, aunque trabajó distintos estilos, siendo pionero en experimentos estéticos.
Sus retratos poseen una mezcla de realismo y veracidad psicológica, expresada en el gesto y mirada de sus personajes. Los presenta con naturalidad, sin grandes expresiones fuera de lo cotidiano, sino tal y como son. En el paisajismo olvida la representación de fidelidad realista para adentrarse en el juego del color, en el poder del recuerdo sensitivo plasmado como impresión cromática, expuesto como lenguaje que describe la emoción de la rememoración suscitada. Una de sus obras, “Mármoles de Carrara”, supone un adelanto en la representación del paisaje desarrollado en la nueva figuración del siglo XX.


Pero es en su obra de temas religiosos en las que más destaca este pintor. Existen piezas suyas donde se restringe a una figuración clásica, estilizada, muy asentada en las postrimerías del dieciocho, mas en algunas juega con la luz, con su resplandor intenso, signo de Divinidad, resplandor cegador que impide ver la grandeza del Paraíso prometido, la fuerza de la Palabra, así lo representa en “ María, hermana de Lázaro, se encuentra con Jesús que va a su casa” obra donde es el fondo el protagonista, y quien va dictando los tiempos de su contemplación. En éste se resume toda la obra, pues es un pozo de sensaciones.


En “Conciencia de Judas” supera los estilos y formas de su tiempo, jugando con los claroscuros que tanto trabajó en sus composiciones, logrando el efecto de abandono, desesperación, fría soledad ante el abismo, mientras en el camino se alejaba el grupo elegido tras la luz. Judas permanece parado, bajo la gélida luminosidad de la Luna. Intesos claroscuros, grises helados, luz lejana prometedora de calidez, constituyen un conjunto de elementos que organizan un cuadro de gran desasosiego en la mirada.


Pero hay una pieza de poderosa atracción, por lo descarnado
de la imagen, pese a la sencillez representada. En “Después de la Última Cena de Cristo en Getsemaní” aparece la soledad más absoluta, la oscuridad como horizonte, el abandono de los acompañantes, que miran hacia otro lado, de Jesús, iluminado por una helada Luna, en el silencio rotundo de la oscura noche que se niega a desvelar el horizonte. Es una sensación de abismo espiritual, acompañado Jesucristo de figuras espectrales, puesta están allí como cuerpos evanescentes que habitan en otras preocupaciones. La soledad, el dolor presentido, el misterio, se resumen en su contemplación.
Estas piezas, más algunas otras, constituyen creaciones de gran calidad plástica.
















EXPOSICIÓN DE LA OBRA DE VALENTÍN ALBARDÍAZ EN LA EMPÍRICA


 LA PERMANENCIA DE VALENTÍN ALBARDÍAZ


Obra de Valentín Albardíaz en la Galería La Empírica, Granada. “ Variaciones de un acorde final” Hasta el 16 de abril.

El color sustenta la obra del Valentín Albardíaz, siendo protagonista en toda su producción plástica. Este pintor andaluz desarrolló en pocos años una carrera artística de gran valía pictórica, original, intensa, de poderosa huella visual, mas la mala fortuna hizo que falleciera en dos mil trece.
En esta galería se muestra su obra última más aquella que el pintor nunca expuso, siendo un momento propicio para recordar su trabajo y persona.
Las piezas de este creador plástico constituyen una aventura cromática hacia las entrañas de la luz, explorando en sus confines tonales, mostrando elaboraciones donde unas veces describe la secuenciación de sus gamas, expresadas como una continuidad rítmica, de graves y agudos, en las que van sucediéndose sentimientos azarosos, surgidos de emociones que asaltan los límites de la racionalidad, para desbordar la comprensión y mostrar otras estancias en el pensamiento. Se abre la percepción hacia espacios atemporales, que evaden la atención y nos describen otra forma de entender el universo circundante. Para ello hay que asistir a la Sala predispuesto a gozar del color, creer en la representación plasmada en el cuadro como evasión visual, disfrute intelectual que supera la mera impresión estética.
En otras piezas Valentín Albardíaz se internó en la descomposición de las radiaciones cromáticas, en la puesta en duda de su existencia como sustancia real, siendo sólo apariencia sensitiva, que enmascara el vacío vibrante, energía pulsante que encierra otras posibles realidades. El artista investiga en todas las posibilidades, las expone, representa e incluso las difumina en la sencilla recreación en el lienzo. La danza chispeante invade la pieza, a veces sólo los trazos de su recuerdo, siendo la intuición, suscitada por la fantasía, camino para vislumbrar la realidad alternativa.
En algunas composiciones, Valentín Albardíaz propone textos construidos con manchas de colores, según un orden estético cuya lógica comprende la mirada, sea como nota musical o relato escrito con un lenguaje de color.
Con todas estas impresiones intento explicar las sensaciones originadas en la contemplación de la obra de este gran artista, preparando la observación del espectador para entrar en el campo de su influjo.
Fue Valentín Albardíaz un estudioso de la Luz, persiguiendo el sendero de su rastro, expuesto como efecto que cubre perspectivas diversas, que abren otro tipo de comprensión de la realidad. Los colores nos descubren las formas ¿pero qué hay tras su presencia fugaz?