martes, 30 de agosto de 2011

REGRESO A TIERRA BALDÍA:TIEMPO DE HÉROES VII

FIAT LUX
La obra última de Ignacio Antonio
Y al principio fue la luz, energía radiante que desvela los cuerpos tangibles que tienen presencia real. Gracias a su esencia la naturaleza de lo que existe es ante la mirada.
Ignacio Antonio explora a través de la pintura el trasfondo último de la luz, escrutando en su seno y describiendo propiedades, diseccionándola para
atrapar el momento donde la claridad envolvente choca con la retina,produciendo un impacto que define el mundo que nos rodea.
Luz y movimiento son consustánciales, abrazados en un espacio dinámico y atemporal, que sin embargo no siempre permanece fiel a sí mismo.
La obra de I.Antonio responde al cientismo que describe lo creado, mostrando sus composiciones como singularidades en la realidad, para penetrar en el seno de la energía del color, conjuntada para originar
sensaciones; es ella la que define la forma, crea y recrea las impresiones que anida en la conciencia del espectador. Unas veces es fuerte, densa o pastosa, otras ligera y vaporosa. Transcribe en la mirada la fuerza traspasada en los haces danzantes que atrapa en cada uno de sus cuadros, exponiéndolos como transgresiones traviesas del universo invisible que mueve todo.Sabe expresarlo mediante una técnica precisa, elaborada y perfectamente concebida, asumiendo su labor plástica como discurso vital cantado en la obra creada. Juega con la composición, busca distribuciones
espaciales novedosas, y tras largo divertimiento concluye en obras de magnífico resultado. La luz es atrapada, retenida y conjugada en todas sus
declinaciones, resonando en los cuerpos que toca. Como un titán, el artista se enfrenta a la divinidad técnica,para superar con hábil talento plástico aquello que el frío fotograma es incapaz de pronunciar.
La pintura de Ignacio Antonio es una interesante propuesta por explorar.

EL MEDITERRÁNEO PINTADO POR GERMAN BANDERA

En vano te afanas por descifrar los signos del escriba, garabatos
ilegibles signados por el tiempo.
J.A Sáez. Del libro: La edad de la ceniza

Vuelve Germán Bandera con brioso ímpetu a mostrar su obra.
Elegancia apacible que transciende la mirada,extasiando el instante y liberando hacia estados de paz interior, concentrando la atención en las formas que nos rodean, desgarrando el color de la geometría imperante.
A través de un estilo personal impregnado de mediterraneidad, ha evolucionado desde el estudio cromático ajeno a formas acotadas hacia el origen primero de nuestra cultura, evocando y reelaborando desde una perspectiva actual, liberada de dictados estéticos preestablecidos, el universo clásico, que yo defino en su estadío pictórico de "romano".
Es valiente en cada propuesta plástica que ofrece, pues sigue investigando y explorando nuevas posibilidades mediante el uso de conceptos artísticos
primigenios, para construir novedosos planteamientos plásticos.
Su obra actual presenta una madurez compositiva,transformando el objeto, paisaje o sujeto en elemento liberado de la inanidad, que solicita atención propia. Sin estridencias lo consigue, con elegante combinación de colores, que refuerzan lo pintado en el cuadro, llenando de volumen sus dos dimensiones,creando un aire grávido que genera sosiego en el
espíritu agitado. Construye un discurso paralelo donde se proclama el
triunfo de la belleza liberada del soporte matérico,tensión que surge contrastando con la serena perfección de la geometría de las formas, interactuando entre sí para reproducir la vibración, calidez, el aroma salitroso,la luz que acaricia la piel, de nuestra tierra mediterránea.

LAS ANOTACIONES DEL PINTOR
José Pastor en la Galería Cidí Hiaya. Diciembre-enero

Es difícil expresar las ideas con la grafía del alfabeto, es insuficiente para exponer sentimientos, conceptos o emociones que la vida nos proporciona. Hay que utilizar un lenguaje más rico y sugestivo, que consiga el chispazo generador de la sintonía de quien contempla e
interpreta los signos que los representa.
La pintura, como la música, consigue enriquecer la expresión permitiendo transmitir las vivencias que anidan en el artista, que si de un explorador fuera otea los pliegues que la cotidianeidad real encierra.
José Pastor es uno de estos viajeros que anota en su diario cada emoción que la contemplación le ofrece. Su diario es singular, constituye un blanco lienzo donde deposita cada uno de los signos emotivos que recorren
su ánimo. Es un poeta que canta sus epopeyas sentimentales en cada uno de sus cuadros, a través de los pinceles, realizándose y expandiéndose más allá de sí mismo, impregnando cada pieza que toca, guardando en ella el nervio espiritual que configura su personalidad. De temática variada, la obra que presenta en la Galería Cidí-Hiaya es rica en color, sugestiva y de
factura correcta. Serena, elegante y equilibrada, producto de la
experimentación estilística del artista, que sin ningún pudor trabaja modos diferentes de interpretar la pintura que han recorrido el siglo veinte. A pesar de todo, gracias a su buena técnica en eldibujo, dominio de la composición cromática y acierto en la estructuración de su obra, consigue piezas de valor aceptable, amplias al entendimiento y fácil de
contemplar.No se complica en superar tendencia alguna, sólo es él, construyendo con toda la amalgama pictórica de estilos varios un espacio plástico personal, serio,sobrio y sincero. Es libre al pintar, se divierte
haciéndolo, transmitiendo ese estado al espectador, relatando sus gestas íntimas mediante los cuadros pintados.Su obra es agradable, buena y cumple con la finalidad que José Pastor quiere alcanzar cuando desplaza su mano sobre el blanco enmarcado: gustar y ser interpretada fácilmente, pues es un alegre divertimento de un pintor sin preocupaciones estéticas
transcendentales, ni tampoco ningún tipo de complejos.

domingo, 28 de agosto de 2011

REGRESO A TIERRA BALDÍA:TIEMPO DE HÉROES. VI

PASEOS POR GRANADA
Es importante la última obra presentada por el pintor granadino Jesús Rubio Cámara en la Galería Ceferino Navarro.
Su trabajo muestra un tacto artístico singular, propio de un entendimiento maduro de su oficio, sobrio en el concepto y hábil con el pincel, consiguiendo acuarelas de factura original, distintas a lo que otras veces nos ofrecen.
Jesús Rubio atraviesa con titánico ingenio el campo de la acuarela tradicional para adentrarse y asentarse en nuevos espacios de perspectivas plásticas
novedosas.
En formas y figuras rotundas las tonalidades compiten entre sí para trascender las líneas que las circunscriben, creando una emocionante ambivalencia entre figura y color, que a veces intuye la pura abstracción. Ilusión sólo, porque siempre acaba invadiendo el cuadro entero la solidez del color, que da forma y vida al dibujo plasmado.
Las piezas expuestas muestran una Granada donde aún perviven los genios que le dieron vida, pensándose en nuestro intelecto la ciudad oculta que se encierra en la real. Indro Montanelli creía que toda ciudad posee un alma que la cubre invisiblemente, pensada, soñada,también intuida.
Este descubrimiento es magistralmente expresado en las acuarelas del artista, narrando el tiempoimpregnado en cada piedra, el olor a humedad rancia, el escalofrío del mundo incógnito, presentido y quimérico que anida en los vacíos de cada uno de sus rincones.
Jesús Rubio pese a su edad, alcanza una extremada madurez técnica que le permite trascender en la composición de las acuarelas, con una estructura estética clara, elaborada, personal y perfectamente definida.



LA GALERÍA DE ARTE CEFERINO NAVARRO PRESENTA LA OBRA DE MANUEL BELTRÁN

Cuando se acude a una exposición pictórica ha de ir uno limpio de conceptos artísticos, vacío y sin impedimentos para poder observar al máximo la obra allí expuesta.
En muchas ocasiones basta con entrar y salir y olvidarse de lo visto, pero sucede de vez en cuando que el trabajo mostrado por el pintor inunda como un torrente el gusto del espectador. La contemplación de cada cuadro produce una comunicación, entablando un diálogo que dejará impregnaciones posteriores.
Hago esta introducción porque la obra de Manuel Beltrán así lo requiere. Sus cuadros elaborados con un estilo particular, que brotado de sus manos exhiben una estética original, están barnizados con el espíritu sensible, lírico y anhelante del pintor.
Esparce "manchas" para dar forma a la realidad circundante, atravesando las vibraciones de la furiosa luz del sur hasta alcanzar la médula cromática del paisaje. Demuestra que tras la primera e intensa ola luminosa subyace el color que define la materia, que le dota de propiedades, caracteriza y da alma. En ella deposita sus sentimientos sirviendo de intermediaria para comunicarse con el espectador. Su trabajo es largo en el tiempo y de conclusión feliz. Atisba en el entorno, tamizando los destellos que distraerían la mirada, enfocándolo hacia la gravedad de las cosas, casas y paisaje. La pintura de Manuel Beltrán es exuberante, densa y de acabado maestro. Explica un mundo misterioso,
poético y romántico, escondido en la realidad cotidiana, donde la perfección del dibujo se combina con una armoniosa gama de tonos y colores, para expresar la idea romántica del pintor.


EL VALOR DE LA MIRADA
Antonio Fernández Pérez expone en la Diputación Provincial de Almería

" Y sin embrago, los artistas y poetas sabios consiguen inculcar lo que sienten a su obra. No dan su sabiduría en hechos, sino que, directamente, la hacen sentir. Esto entonces es el precio particular del arte, y no hay nada en el mundo que lo iguale."

De "Agatón, o de la sabiduría"
CAREL KAPEL

La diferencia entre el fotograma y la imagen pintada consiste en la huella vital dejada por el artista. La emoción del momento vivido esculpe en el color la forma vibrante de la sensación soberana del instante, que atravesó al pintor cuando preso del éxtasis de la conjunción del paisaje, intentaba comprender las adherencias que el tiempo ha ido depositando, muerte, vida, deseos, triunfos y desasosiego. La pintura realista supera la técnica con la maestría
del pintor, más la fuerza esplendorosa sentida al contemplar la imagen reflejada en el lienzo. Antonio Fernández Pérez, en su exposición que lleva
por título " De lo cotidiano a lo eterno" supera con soltura los límites de la expresión pictórica, desarrollando los temas tratados con alegría, elegancia y precisión artística, dejando su huella personal en cada trazo contenido en el cuadro. No sólo demuestra su valía, sino que enseña el portento de su habilidad plástica. Su obra está llena de vida, pasión y sobre todo de luz, claridades de pintura clásica, cristalina, cuajada de temporalidad, que vaga errante en el rectángulo enmarcado. Sus composiciones desprenden un sabor
renacentista, racional, henchidas de color del sentimiento pletórico del autor, que busca la perfección de las cosas en el entorno cotidiano.
Su pintura constituye un acto de invocación sobrenatural donde libera la existencia de la contingencia, logrando renacer el entusiasmo vivido ante la contemplación de la serenidad de la belleza. Sabe que lo trascendente impregna los objetos que nos rodean, e intenta anotar los guiños que lanzan al
espacio en las obras pintadas, para expresarlo como testimonio fiel de la realidad vivida. Ha descubierto el valor de la mirada.


J.M. FONFRÍA: Imágenes poéticas
Cuando se pinta un lienzo en blanco el artistadeposita allí la huella de sus sentimientos vividos, sentidos en estados de existencia cotidiana, retenidos por la conciencia del observador que toma nota continua y transciende mucho más del fenómeno visto,de la belleza apreciada o del cuadro general del paisaje.
Captando las vibraciones íntimas que anidan en todo objeto creado y los cambios continuos producto del flujo energético que da vida a la Naturaleza.
El pintor se encuentra en armonía con aquello que traduce con su lápiz o pinceles, depositando con ellos sus estados anímicos, ilusiones, recuerdos, emociones en suma que son desgarrados de su espíritu para ser enmarcados en la composición creada. Las formas son el continente y pretexto gráfico para expresarlas, el color constituye las notas emocionales con las que expresa las vibraciones del ánimo interior, el tema el punto de encuentro y comunicación entre el entorno y el pintor, la obra el contenido compartido con el espectador.
Pero conseguirlo es difícil, técnicas y temas ya utilizadas en otras épocas y por otros. Es difícil. Sólo la técnica maestra aunada a un genio lírico es capaz de conjugarse con lo hecho con anterioridad, o acaso superarlo. Porque téngase en cuenta que la pintura no es una, es varia, escapa a modos y tendencias, está sujeta al gusto del espectador. La calidad artística es intemporal.
La obra de José Manuel Fonfría se resume en las palabras aquí escritas, comprende la poética del instante con una dicción pictórica de alto nivel, únicamente apta para maestros en su oficio. Trabaja, medita, experimenta y compone, obteniendo como productos unos cuadros donde las imágenes y el color declaman el misterio del hombre en el Cosmos, su inmensa inanidad ante la fuerza aplastante de lo creado, que lo empapa y arropa. En sus bodegones con flores ejerce y demuestra un soberbio dominio del color, de la técnica y sobre todo sabe impregnar sus composiciones de una sensibilidad magnífica, elegante y sutil.

J.M. Fonfría es un gran pintor que merece ser tenido en cuenta, por la obra extraordinariamente sólida que está creando.


VOCES OCULTAS
Julio Visconti en la Galería Ceferino Navarro

Una y otra vez el pintor retoma las formas que le rodean, plasmándolas en el lienzo, reinterpretando continuamente las voces ocultas que habitan en su entorno. Espacios abiertos, interiores cotidianos, sirven para redefinir el mundo sensible que gracias a la sensibilidad del artista articulan con él un diálogo intuitivo.
Julio Visconti, almeriense, establece en cada acuarela intada una armoniosa interpretación del "ángel" de su entorno. Es un artista consagrado, recio valor del panorama pictórico andaluz, que establece unas líneas estéticas propias, referencia para todos. Su estilo es sosegado, apacible conjugación cromática
de resultado gozoso, elegancia yuxtapuesta a una pincelada sobria, libre de añadidos intranscendentes, depurada en el concepto pleno de la plástica absoluta. Julio Visconti pinta continuamente, tras las etéreas huellas del color, marcando con su genio la fugacidad temporal que empapa la creación. En el viaje del tiempo que el ser humano recorre, aparece un torbellino de colores que se agolpan en su mirada. J. Visconti losordena, combina y expresa magistralmente en sus acuarelas. La pintura de las acuarelas trasciende con su obra a cimas que en la actualidad son difíciles de alcanzar a muchos otros, estableciendo senderos originales, dentro de una temática muy trabajada por muchos, mostrando su capacidad plástica, producto de su genial maestría.
Algunos dirán que su estilo ya está periclitado. No es así, porque la pintura es superación, magia, sensibilidad, gozo y diversión del artista, aunque a veces alcanzar la conclusión de la idea en el cuadro origina sufrimiento extremo.
J.Visconti explora el color, destila su pincelada y crea bellas composiciones que sosiegan el espíritu. La contemplación de su obra genera jubilosas emociones por apacibles sinfonías cromáticas.


LA MELANCOLÍA PINTADA
Gómez Peña en la Galería Cartel
La melancolía fluye y se aposenta dentro de la sala. Cada pieza colgada transmite vibraciones de soledad, sosiego y silencio, donde seres y animales están, existen, pero en otra dimensión, en un mundo templado, ordenado y grávido. José Manuel Gómez Peña ha elaborado una obra sólida, de fuerte impacto cromático, donde el volumen crece en dos dimensiones, consiguiendo un espacio propio donde reclamar su existencia. Vence, gracias al dominio de una técnica precisa, el plano convirtiéndolo en oquedad mágica donde son depositados sus personajes, que viven serenos, apacibles, concentrados en sí, ajenos al universo de su creador, desde donde son observados.
La fuerza del color, aunada con un dibujo preciso y limpio, genera un cosmos singular donde las formas adquieren rotundidad, construyendo composiciones
originales, que parten de conceptos clásicos para ser expresados desde una óptica personal, con un dominio del oficio asentado, en la que la perspectiva, volumen y el lenguaje de las diferentes tonalidades cromáticas, producen un conjunto pictórico fuerte, potente, con una tremenda carga energética que inunda el entorno, sumergiendo el ambiente en un mar melancólico.
J.M. Gómez Peña consigue con esta exposición mostrar una obra de composición acabada, seria y que promete desarrollarse hacia cotas de realizaciones superiores.

martes, 23 de agosto de 2011

REGRESO A TIERRA BLADÍA: TIEMPO DE HÉROES V ( Sobre la gran Carmen Pinteño)

EL DISCURSO METAFÍSICO DE CARMEN PINTEÑO
Galería Ceferino Navarro. Noviembre-diciembre
Carmen Pinteño expone en Granada. Y lo hace sorprendiendo de nuevo, demostrando que cuando se posee el genio innato de una auténtica artista, conquistadora de nuevas formas de expresión plástica, cuando se coge el pincel o lápiz, la belleza florece entre sus manos.
Desde su estilo tradicional, recordando que no hay que sumergirse en fondos de mares extraños para conseguir nuevas experiencias plásticas, obtiene composiciones cargadas de poderoso lirismo, donde describe un mundo metafísico, arquetipo de la árida tierra del sur. Figuras rotundas, que reclaman su posición en el cuadro, nos describe un mundo descarnado, repleto de carencias y penalidades, desnudo y cruel, azotado por gélidos o abrasadores vientos, en paisaje estéril, sólo apto para górgonas y arpìas, animales fantásticos descritos por San Isidoro en su viaje por tierras del sudeste. Seres inocentes, tocados por la gracia divina, que viven felices en un mundo limitado desde la óptica del observador, pero preñado de feliz existencia, desdeñosa del mundo exterior, pues la felicidad está en su candorosa percepción de la realidad, mirada con limpia comprensión.
Éstos son salvados por la mano de la artista,extraídos de su entorno para permanecer eternos en la pieza colgada, agradecidos a la pintora por ser inmorta-lizados, destilados de su percepción de la desolada tierra almeriense. Carmen Pinteño define con estos personajes las características espirituales de los
habitantes tradicionales de esa provincia, que aún perviven en sierras y pueblos perdidos, auténtico espíritu del sur, complaciente con la fortuna escasa y
apasionados hasta el delirio, pese a su apariencia plácida.
Al ser dibujados, apareciendo en un grisáceo oscuro, imagen del tedio de sus vivencias, reciben una fuerza expresiva que inunda toda la obra, imprimiéndose con
poderosa fuerza en la retina de quien las contempla.
Perceval fue su maestro, le descubrió la realidad auténtica, ácida y pobre, pero solemne y orgullosa,relatada con alegría y orgullo, portadora de valores antiguos, que se van perdiendo ante las nuevas formas de vida. Personas que claman su puesto en la realidad,fulgor brillante de la llama en su estado agónico. Este resplandor se esparce en cada una de sus composiciones. Carmen Pinteño es una discípula
aventajada y hace explotar las líneas cada vez que rasga la blanca superficie, creando arte.
Ya no se puede hablar de su dominio cromático, del dibujo habilidoso o intuición suprema, la maestría que guarda ciega y deja mudo, su trazo es divino, no
exagero, es una poderosa figura pictórica en nuestro panorama plástico andaluz, que deja referencias para otros cada vez que concibe y crea. Y Carmen Pinteño sigue creando.

LA GEOMETRÍA QUE NOS RODEA (EL SOLANILLO,ALMERÍA)


AMANECER EN MIJAS


PLAYA DE MIJAS


COSTA DE MIJAS (MÁLAGA)


REGRESO A TIERRA BALDÍA:TIEMPO DE HÉROES IV

XILOGRAFÍAS
Antje Wichtrey en Jesús Puerto. Noviembre -diciembre
Puse el pie en el aire... así titula la autora esta
exposición.
Buena técnica, poderosa concepción de la idea que se quiere expresar, y sobre todo habilidad en el trabajo con la tabla, son los elementos que transforman las piezas
de A. Wichtrey en obras de arte.
En cada una de sus composiciones la soledad envuelve y llena todo, es la protagonista, estando los seres que allí existen perdidos, aislados, aunque
aparezcan en conjunto, ensimismados, ajenos a lo que acontece fuera de sí, en plena búsqueda de la nada,reflexionando sobre el devenir de la realidad; y sin
embargo son seres anónimos, ligados a una masa, aunque solos estén representados, que dotan de movimiento la obra, interaccionando con su presencia.
Son elementos que impregnan de propiedad cinética las piezas impresas. Transcienden estas figuras informes, en un paisaje onírico, la pieza rectangular hasta la
comprensión de quien las observa, haciéndolo partícipe de su universo,reflexionando sobre el por qué de nuestra presencia en la realidad, agobiando el entendimiento hasta la angustia que la existencia suscita.
La madera está grabada con suavidad, seguridad, habilidad y gracia, otras veces basta manchas necesarias para crear la imagen deseada, en un fondo cromático que potencia la idea que la artista quiere transmitir.
Soledad, búsqueda, desconcierto, angustia, son expresadas en sus xilografías, consiguiendo una poderosa dicción plástica, sin utilizar artificios complicados, barrocos o extravagantes, solamente la sencillez de la mancha humilde, de la línea tenue impresa con precisión y la idea compositiva generada por la intuición mágica de Antje Wichtrey. La fuerza del color que utiliza, la claridad de conceptos que espolean su obra y técnica, son suficientes para que la autora exprese un discurso
plástico donde transmite las inquietudes que anidan en su interior.


SOBRE CUERPOS
Norberto Goldburd en la Galería Toro. Noviembrediciembre
Norberto Goldburd nos muestra su nueva obra. La superación es su meta, la constancia su fuerza, atravesar el árido desierto de las tediosas horas donde la oscuridad del camino hace imposible proseguir en la senda deseada, es el enemigo que siempre acecha a todo artista plástico, pero la grandeza pictórica de sus
pinceles convierten en triunfo cada línea trazada.
Cuerpos y más cuerpos, indeterminados, inacabados, entrelazados, amasijos carnosos, retorcidos en pleno éxtasis o trance doloroso, son el objeto de su obra. Pinta sin cesar, buscando obtener el destilado que las formas contienen, el fermento que convierte en vida la inanidad de las formas corpóreas. Líneas sinuosas avanzan y retroceden, retorciéndose para triunfar sobre el lienzo, configurando en el dibujo
que surge voluptuosas figuras inacabadas, sumergidas en momentos de pasión, gozo y dolor, expresión máxima que transmiten sensaciones extremas en el gesto. No es necesario que posean caras o extremidades,basta los troncos corporales para conseguir embotar los sentidos con la idea transmitida. Y es alcanzado el objetivo propuesto por la habilidad del oficio desarrollado por el pintor, que logra infundir y transmitir la fuerza del sentimiento transcendente querecorre los cuerpos, con un dibujo voluptuoso, preciso, tenso y rotundo, que navega y se sumerge en colores rojos, ocres y marrones oscuros, con negros veteados, que transfiguran la imagen para originar un clima denso y pastoso, que potencia la idea del momento plasmado. N. Goldburd supera un nuevo desafío y ofrece una obra sincera y sencilla, cargada de madurez artística, sólo asequible a un pintor que hay que tener en cuenta en futuras producciones. Excelente.


LAS ACUARELAS DE RAFAEL SEMPERE
Galería Xauen. Noviembre-diciembre
Pintar acuarelas, ser original y mostrar algo nuevo en la escena plástica, es difícil por la perfección técnica alcanzada. La superación del artista es la meta, la búsqueda de nuevas tonalidades que atraigan la mirada el objetivo supremo.
Para ello es necesario atravesar largos tramos de aridez imperante, donde la fatiga, desasosiego, abatimiento y ahogo compositivo acechan al autor.
Rafael Sempere vence con su trabajo las trabas que la perfección de otros le ofrece, pues con su dominio del oficio iguala altas cotas y se sitúa en un lugar de
referencia, ofreciendo una obra realizada con perfección técnica, donde el color se esparce y configura formas y volúmenes, tomando existencia singular en el rectángulo enmarcado, con una profundidad y solidez generadora de un ambiente grávido, austero, en un clima de serena espera. Y la luz siempre presente,
deambulando libre por la obra, definiendo y acotando cada mancha depositada por la mano del pintor en su lugar exacto, vibrando dentro de ella. Traslada la imagen grabada en su retina a las acuarelas, creando un diálogo entre los seres
representados y el espectador, insuflando en cada composición un pulso vital propio.
En cada acuarela pintada, retrata un retazo de la realidad, pasada o presente, donde el artista va anotando aquellas vivencias que llaman su atención, como si de diario de viajes se tratara.
R.Sempere nos relata biografías múltiples, bastando solamente unas cuantas pinceladas, en las que recoge aquellos rasgos significativos que describen y descu- bren la personalidad del personaje, cómo viven, cuáles son sus apetencias y necesi-dades.
Retrata una realidad social en piezas magistrales,otras veces, la ternura o sensación de soledad; aunque no figuren seres alguno su presencia lo llena todo.

domingo, 21 de agosto de 2011

REGRESO A TIERRA BALDÍA: TIEMPO DE HÉROES. III

LA OBRA DE RAFAEL GARCÍA BONILLO EN LA GALERÍA VAN GOGH
Octubre- noviembre

Costas plácidas, calles heridas por el tiempo, paisajes de amplia mirada, son los temas que trabaja Rafael García Bonillo.
En sus acuarelas nos muestra un mundo visto desde la nostalgia del pintor, donde en cada trazo el color aprisiona la textura matérica de las formas sólidas, que recitan continuamente el recuerdo que ha dejado en ellos la mano de su creador. Tonos ocres y cálidos tamizan la superficie de cada una de las composiciones, donde se recrean casas y calles dominadas por la luz del olvido, polvorientas y usadas, abandonadas a su suerte, esperando ser rescatadas por la mirada del artista, que las atrapa y depositará con fuerza, para conseguir introducir en el ambiente el entendimiento de quien las mira.
Mares profundos y melancólicos, costas infinitamente batidas por el afán insaciable del océano, anodinas y sencillas; barcas esperando a su dueño para repasar el lomo marino una vez más, son otros elementos que aparecen en sus acuarelas, consiguiendo transmitir una serena melancolía en un ambiente donde se percibe el húmedo abrazo salitroso, que hace temblar ante la triste soledad cuando el ser humano se enfrenta, embebe y se deja absorber por la inmensidad azul. Azules claros,tristes, juguetones y alegres, pesados y vaporosos, se conjugan para componer el entramado que la superficie cristalina forma cuando rompe la luz. Su visión hace que la mirada se refleje y vuelva hacia sí, consiguiendo extraer los espíritus de la inanidad de la cotidiana
realidad.
Los años de oficio, el dominio técnico de la acuarela, pueden conseguir tales artificios. La pintura de Rafael García Bonillo es depurada, rebosante de calidad plástica y eficaz, pues logra explicar el motivo central de la obra que empuja su mano, siendo reconocida por muy comercial que parezca. ¿Pero no es esto lo que muchos pintores añoran?


IMÁGENES DEL PARAÍSO
Gaspar Garijo Sales en la Galería Xauen. Noviembre

Excelente exposición en la Galería Xauen. Gaspar Garijo ofrece una obra soberbia y original, que por su calidad y buen gusto merece ser tenida en cuenta y comentada.
Gaspar Garijo rescata del olvido técnicas tradicionales, inspirándose en las raíces de nuestro acerbo cultural, volviendo sus ojos a su cuna mediterránea.
Desde la cultura bizantina rescata y reproduce motivos de nuestro legado medieval, actualizándolos y ofreciendo composiciones propias. Obras en las que triunfa como material protagonista el pan de oro, que dota de calidez, triunfo y esplendor la tabla pintada. La madera ha transformado su anodina existencia, y pobre, en espacio donde son plasmados sus personajes; Cristos, santos y plebeyos, todos caben. Su pincelada es minuciosa, trabajando cada tabla con paciencia infinita, consiguiendo miniaturas de precisos detalles, también la gracia del momento. Ahí radica su mérito. Este pintor demuestra su genio estilístico reelaborando formas y modos antiguos de la pintura, convirtiendo sus piezas en obras contemporáneas, y más aún gustan y cumplen una doble función. Hacen reflexionar y muestran una calidad estética elevada. Del conjunto de obras expuestas quiero destacar dos, la tabla titulada El profeta Elías y la de nombre El Sol. La primera posee un color vivo, brillante, alegre, enamorando la mirada, atrapando una porción de refulgente luz diurna para dejarla atrapada en la tabla. Y sobre todo, consiguiendo crear un tremendo contraste con la tristeza y abatimiento del profeta, que desprende una áurea invisible, pero intuida, por la gracia poseída.
La segunda pieza destacada, El Sol, es una composición construida con poderoso ingenio y maestría pictórica, donde el autor logra depositar en la madera el foco irradiante de cálida luz, consiguiendo el artificio con una sensibilidad y conocimiento del oficio desbordante. La luz transciende el dibujo y la figura inicialmente protagonista, convirtiéndose en el motivo central de la tabla pintada. G. Garijo nos muestra un trabajo singular, estimulante a la mirada y portador de aires diferentes al contexto plástico granadino.


ALFONSO HERNÁNDEZ NODA. PAISAJES Y RETRATOS
Centro Cultural Caja de Granada. Sala B. Noviembre

Más pintura clásica. Desde hace unos años, tras una tremenda explosión de arte abstracto, se van repitiendo en Granada las exposiciones continuadoras de una línea tradicional del arte pictórico.
Hay de todo, originales, buenas, aceptables y otras... mejor olvidarlas. Sólo pasando la mirada a otra parte es la única crítica que puede hacerse sobre estos últimos.
Alfonso Hernández Noda es una excepción, salva su obra y la sitúa en un lugar digno de la creación plástica.
Este veterano pintor retrata con fidelidad absoluta sus personajes y paisajes. También nos muestra su habilidad pictórica en bodegones o composiciones varias. Posee un gran oficio que se percibe cada pincelada plasmada en sus lienzos, moldeando el color hasta desvelar las formas que quiere dejar impresas en sus cuadros.
Es detallista, conoce una amplia gama de artificios, conseguidos por los años que su experiencia acumula, permitiéndole pintar la realidad cinética del momento, cuando se trata del torbellino de las olas batientes, el tacto del aire que recorre los campos, o la luz depositada en el paisaje.
En sus retratos capta, gracias a un dibujo preciso y hábil, la personalidad de cada uno de ellos, describiendo cómo son, cual es su vida y desasosiegos, o felicidad. Es un notario de la realidad de sus personajes.
Alcanza en todas sus composiciones el equilibrio entre el dibujo que define y el color con cuya fuerza dota de alma.
Alfonso Hernández Noda es un maestro clásico, que muestra una obra de gran calidad artística, con toques originales y agradables a quien la contempla. Merece ser tenido en cuenta.


ALFONSO PARRAS O EL ESPLENDOR
Galería Xauen. Noviembre
Técnica perfecta y depurada es la conseguida por este gran pintor, que expone una obra soberbia en la cima de la maestría pictórica, producto del genio que inspira todas sus composiciones.
Alfonso Parras plasma un universo mágico, extraído de la realidad cotidiana, gracias a su mirada taumatúrgica que atrapa la gracia del paisaje vivido y deposita en cada uno de sus óleos. Expresa con armonía y precisión, apacibles imágenes de calles, casas o paisajes naturales, donde el ambiente henchido de luminosidad explota y expande en cada uno de los rincones dibujados en el cuadro, produciéndose una danza cromática donde la luz siempre emerge triunfante, definiendo contornos, llenando de volumen casas y rocas, ríos y vegetación, reverberando en cada una de las rugosidades y oquedades que configuran el entramado de la composición. Sus piezas son expresiones poéticas declamadas con los pinceles, percibidas por los observadores que sienten el esplendor de la belleza cantada, introduciéndose en la trama de su obra, vibrando acompasados por el ritmo de la música que recorre el espacio natural, quedando en un sereno estado de placidez, tras ser tocados por el halo del Creador.
Alfonso Parras es un testigo fiel, componiendo obras de gran maestría y calidad, debido al ingenio artístico que atesora. Es un maestro de nuestra pintura.


EL CAZADOR DEL OCASO
Allan Dorian Clark en la Galería Ceferino Navarro.
Noviembre
Muchos pintores británicos han sido seducidos por el encanto de Granada y sus gentes. Viajeros ávidos de sensaciones y paisajes exóticos descubrieron a esa vieja señora, atractiva y embriagadora, llamada Granada.
Intentando plasmar sus rasgos, descubrir qué encierran sus vestimentas, vivir un extasiante momento pasional con ella, pintan y dibujan sin cesar, añorando descifrar el enigma que su apariencia oculta, soñando con perderse en sus misteriosas entrañas, océano de plenitud.
Allan Dorian Clark, es otro osado aventurero plástico, que desde una óptica singular, emprende el heroico camino hacia el descubrimiento de su faz oculta,
auténtico elixir mágico a la mirada. La senda es intrincada, densa en signos engañosos, sólo apta a verdaderos exploradores de la pintura.
La osadía no basta, es necesario que vaya acompañada de un auténtico dominio del equilibrio compositivo, de una habilidad cromática que permita
combinar los colores hasta convertirlos en fuentes generadoras propias, simulando la reverberación de la imagen en la retina del viajero, que descubre por vez primera el paisaje pintado.
Los elementos del dibujo del cuadro son pretexto para atrapar lo que verdaderamente interesa al pintor: los cielos de Granada.
Atardeceres melancólicos, explosivos de áureos horizontes, decadentes y cárdenos, cataclismos finales, preludio de la gélida madrugada invernal.
Pinta los distintos instantes, azules densos, dorados, plateados, fríos, plomizos...
El estilo de este pintor es elegante, conoce su oficio y moldea la técnica hacia donde quiere ir, no le importa modos ni formas actuales, solamente acceder hacia la plenitud en la conquista del color de los cielos de Granada.
El color invade la pieza enmarcada y configura espacios creados para soñar, recreando la Granada imaginada, romántica, que sólo vive en el corazón de aquel que ha conocido esta ciudad.

LA PLAYA DE SAN JOSÉ (ALMERÍA)







jueves, 18 de agosto de 2011

REGRESO A TIERRA BALDÍA: TIEMPO DE HÉROES II

ESPACIOS DE SILENCIO

Exposición de Luisa Rozúa en Galería Xauen
Del 9 al 22 de octubre
La pintura constituye un camino iniciático hacia el descubrimiento de la auténtica realidad.
Pero encontrarlo está reservado a sólo unos pocos, gracias a su genio intuitivo unido a una técnica de dicción plástica, logrando así plasmar en imágenes repletas de sensaciones el concepto generador del cuadro.
Luisa Rozúa lo ha conseguido, mostrándonos un conjunto pictórico genuino, original y de tremenda carga explosiva, mediante construcciones plásticas que exceden y triunfan sobre el espacio enmarcado.
Transciende la técnica para adentrarse en un universo metafísico de composiciones palpitantes, que desbordan el cuadro para inundar la realidad
circundante. Conecta con el espectador, que observa espacios presos del reino de la soledad, habitados por murmullos ahogados por el silencio.
Su obra invita a la meditación, a través de la cual se puede perseguir el rastro fugaz del hálito invisible que enamora el espíritu. Se percibe, intuye, pero no es apreciado en la mirada, sólo sentido. ¿Dónde estás? Se
pregunta continuamente en cada pieza pintada, abatiéndose ante el vacío que genera su ausencia.
La acción del tiempo, de la Naturaleza cambiante, es pretexto para relatar las impregnaciones que atrapan el genio de Luisa Rozúa, conseguidas mediante un dominio técnico amplio y original, que rebasa el concepto clásico de una obra pictórica.


LÍNEAS CONVERGENTES
Exposición conjunta en la Galería Ceferino Navarro
Del 9 al 22 de octubre
La Galería Ceferino Navarro inaugura temporada y promete nuevas expectativas. Es conocida la gran labor de Ceferino Navarro al
frente de esta Galería, por los que esperamos sabrosas entregas, que irán enriqueciendo aún más el acerbo artístico y cultural de Granada.
Dentro de la línea pictórica elegida se van alcanzando cada vez cotas mayores de belleza y elegancia plástica, cumpliendo además la gran función de la pintura: gustar y dejar su impronta.
Y sabemos que es difícil la superación cuando el camino está hollado y trabajado en demasía. Sólo el buen gusto para elegir cada uno de los pintores y exposiciones, logra el milagro, aunque habrá altibajos por lo complicado de la empresa emprendida.
En esta exposición inaugural presenta un conjunto de artistas que parten desde ópticas conceptuales distintas, pero que se encuentran y coinciden en el lugar común de la obra técnicamente perfecta. Sus obras son agradables a la mirada física y espiritual del espectador.
Pepe Martín prosigue en la senda de sus bodegones, igualando a los clásicos de la pintura y expresando voces plásticas novedosas cada vez, estando cercano de su Non Plus Ultra.
Espacios recogidos en un universo cálido. Rafael Catalá es un maestro de la luz y el detalle, rescatando de la rutina cotidiana los objetos, mesas y
telas que imprime con su magistral trazo en el lienzo.
Julia Hidalgo presenta una obra tremendamente bella, con un potente sello de calidad, rotunda. Transciende más allá de la pintura clásica, reelaborando el concepto compositivo dentro de los cánones tradicionales. Es elegante y de tacto suave a la mirada.
Jesús Rubio nos muestra un trabajo perfecto, dominador del color y del poder dialéctico del sentimiento cuando sólo hablan los pinceles. La
serenidad y la patente huella que deja en la retina sus obras son cualidades de sus cuadros, independientemente del tema tratado.
Trells, prosigue por la ruta tradicional, igualando, experimentando con el color, mezclas y perspectivas, las grandes obras de la pintura. Es un maestro que enseña su oficio en cada pieza.
Y por último, Rafael Valentino, perfecto en lo perfecto, realista puro que nos lleva en cada creación que pinta a un mundo observado, en un ambiente misterioso y sosegado, generando la curiosidad en el espectador.
Todas estas obras constituyen un conjunto interesante y brillante.


ESTANCIA EN CUBA
Luis Bertos en la Galería Jesús Puerto.
Octubre-noviembre
Calles ensoñadas, calles desiertas, luces y sombras en esquinas, puertas y aceras, sonidos impregnados en el ambiente por sus moradores, que ocultos están a la mirada, pero que aguardan en un plano misterioso observando más allá del cuadro.
Es un ambiente apacible, antiguo, profundamente cargado de aromas y vivencias, que se depositan poco a poco en cada rincón. Cuba, La Habana, siempre querida, lejos y cerca, cerca y lejos, allá perdida en el Caribe. Luis Bertos nos traslada a su mágico universo, producto de muchos
años decantados en sus edificios, que aguardan impasibles la mirada del viajero, para transmitirles miles de historias sin fin, acertijos imposibles, sensaciones de ron añejo, noches cálidas, sol tropical.
Este pintor nos muestra una obra soberbia, construida con una precisa dicción pictórica, que se sitúa dentro de la esfera fantástica donde se encuentran las autenticas obras de arte, que abre el entendimiento
a una nueva forma de estética singular, propia y con sólidos argumentos, que describen la capacidad técnica del autor.
Dominador del claroscuro, venciendo la oscuridad con un torbellino luminoso que se desliza con el pincel dentro del espacio enmarcado, surgiendo formas y contornos, donde la gravidez de la luz crea texturas y su inclinación y fuerza atrapan el tiempo, haciendo que sus cuadros posean vida empapada de sus moradores.
Luis Bertos posee un dibujo limpio, trazos magistrales y sensibilidad explosiva, que aunadas al dominio de la luz generan piezas elegantes.
Nos cuenta, más que las imágenes aprehendidas, la realidad decadente, que relata sin fin un pasado esplendoroso en un presente angosto. Y lo hace con
firme soltura, claridad de ideas sobre lo que quiere contar y expresar.
La sensación vivida está apresada en cada una de sus composiciones,creando un conjunto pictórico rico en técnica y habilidad cromática, donde el sosiego aparente tamiza la autentica riqueza de los colores impresos en sus cuadros.



EL ACADEMICISMO ESTÉTICO
Franco Matania en la Galería Ceferino Navarro
Del 24 de octubre al 13 de noviembre
Hace años que conozco a Franco Matania, y se lo que voy a ver antes de ir a una de sus exposiciones, pero… siempre me asombra. No lo hace con grandes efectos, ni por sus novedosas técnicas o atrevidas perspectivas.
Sencilla, sosegadamente, ofrece una obra sincera, de auténtico artista, que recrea una y otra vez una misma línea pictórica, consiguiendo piezas de factura perfecta,agradables a la mirada, evocadoras de un mundo
romántico pensado con nostalgia y candor.
El pintor trabaja indiferente a los gustos dominantes, estructurando un conjunto armonioso y bello, donde el trazo maestro se conjuga con una riqueza cromática vibrante, cálida, tamizada con la huella del tiempo
cuando son evocadas.En su obra la luz se rompe en múltiples tonalidades,
creando una envoltura agradable donde triunfa la rutina cotidiana de seres que viven, plasmando la superficie del cuadro de la personalidad de sus personajes. Retrata así las imágenes que ensueña y ha vivido, transmitiéndolas al espectador, con toda las impregnaciones y sensaciones que el pintor deposita en ellas. Define con elegancia y sencillez la perfecta armonía de una obra de arte, sin ofrecer alternativas nuevas ni
adentrarse en la vorágine innovadora del siglo veinte, escondiendo en cada una de sus composiciones un complicado entramado cromático sobre una clara y concisa definición del dibujo.
Franco Matania logra alcanzar, cada vez que concibe, pinta y crea un cuadro, la manzana de oro reservada a los designados por el dedo de la gracia divina de la Pintura. Disfruta pintando y gusta al público ¿Qué más se le puede pedir a un pintor?

RGRESO A TIERRA BALDÍA: TIEMPO DE HÉROES I

Y en medio de la nada existían oasis escondidos,
como si perlas que el peregrino encontraba en su
búsqueda, premoniciones de fértiles espacios de
creaciones plásticas



"Avanzaban en la oscuridad bajo la noche solitaria a
través de la sombra por las vacías mansiones y los
desiertos reinos de Plutón: cual discurre el camino en
medio de los bosques iluminado por una luna medio
velada bajo una luz mezquina, cuando Júpiter cubre el
cielo de sombra y la negra noche ha despojado de su
color a las cosas. "
Eneida. Virgilio


Los héroes, estoicos, soportan el hedor de la
putrefacción de aquellos que dicen ser sus oponentes.
Hacen vigilia, ausentes de su tiempo, ignorando el
desplome de la luz, que postrada está ante el imperio
del sol negro. Muestran sus obras y hazañas, trabajan
por preservar los tesoros del abatido reino de la Belleza,
algunos ofrecen nuevas rutas y técnicas para obtener
composiciones que superen lo ofrecido por otros. Viven
y trabajan a su aire, crean, se equivocan a veces, pero
tienen clara la idea de cómo realizar un trabajo plástico
auténticamente interesante.
El rigor del entorno no les afectan, luchan indolentes,
les da igual conocer el resultado final, sólo luchan, es la
opción de su existencia y viven en una eterna aventura,
tras la quimera final de la composición perfecta.
Hace frío, el aire bate con brío la tierra entera, todo es
ceniza, aguas turbias son derramadas desde el cielo;
aire y agua, ambiente gélido, es el panorama que arropa
esta etapa. La oscuridad de los días atrapa el
pensamiento, las tardes son pesadas y tristes, las
noches pavorosas, solo los lemures y parvas recorren el
éter negro. Es tiempo de enclaustrase en uno mismo y
esperar el futuro. Hay que tener la suficiente esperanza
para atravesar los ríos del Averno y no dejarse
sorprender por los que proclaman nuevos tiempos
creadores. Es la hora de los héroes.

REGRESO A TIERRA BALDÍA

EDITA TÁGILIS EDICIONES
Créditos:
Depósito legal Al - 386 - 2004
I.S.B.N. 84 - 95337 - 95- 9
© Francisco Bautista Toledo
Tágilis Ediciones
Colabora: Consuelo Fernández Iglesias
Maquetación y diseño: José Javier R. Checa

En este libro he recogido los artículos publicados en Granada
Costa, que son los más, algunos en Ideal de Granada y en La
Voz de Almería. En ellos he ido describiendo la realidad
plástica en Granada desde el otoño de 2003 hasta el verano
de 2004.


Siempre cara me fue esta yerma loma
y esta maleza, la que tanta parte
del último horizonte ver impide.
Sentado aquí, contemplo interminables
espacios detrás de ella, y sobrehumanos
silencios, y una calma profundísima
mi pensamiento finge; poco falta
para que el corazón se espante. Escucho
el viento susurrar entre estas ramas,
y comparando voy a aquel silencio
infinito, esta voz; y pienso entonces
en lo eterno, en las muertas estaciones
y en la presente, rumorosa. En esta
inmensidad se anega el pensamiento,
y el naufragar en este mar me es dulce.

Giacomo Leopardi. El Infinito. De Cantos


Tiresias sigue mudo, la esterilidad reina en todas
partes, sólo débiles y azarosos destellos irrumpen en la
grisácea atmósfera anunciando signos de esperanza.
¿Donde está el ímpetu creador? ¿Dónde la copa de la
abundancia? El manzano está seco. Parsifal ausente. Y
el rey Pescador mustio e impasible escruta las aguas en
busca de la obra del Creador. No hay vida, todo se
repite, el verbo original se disipó.
La llanura yerma extiende su faz perdiéndose en el
horizonte infinito. Esperamos a los bárbaros, pero estos
no saben de nuestra existencia ¿o acaso nuestra triste
visión hace que quieran ser ignorantes?
Bosques secos, sin frutos, ni cantos de pájaros. Ríos
ausentes de vida, el destello de la belleza hace tiempo
que nos abandonó. Longevos campos, tocados por la
maldición de la eternidad que se repite, no hay
regeneración, a pesar de gestos alegres que abundan,
fuegos centelleantes y vacuas proclamas de nuevas
estéticas. Mientras, Odín se queda ciego, Mimir y su
lanza le han sido arrebatadas. Todo es desorden en el
Elíseo. Los dioses nos ignoran.
Oasis que surgen heroicos en el pedregal
atormentado por violentos vendavales, siempre
10
cubiertos de estériles nubes, se convierten en preludios
de la Tierra Prometida. Se ora y trabaja por el
advenimiento de la revelación dormida.
El peregrino vuelve a Tierra Baldía, antes
esplendorosa, rebosante de gracia creadora,
embriagada de belleza, de bosques henchidos de vida,
pero en este tiempo lóbrega y triste, afanándose en
recoger aquellos testimonios que le indiquen dónde se
encuentra el tesoro perdido.
Unas veces encontrará a héroes guardianes de los
restos del naufragio estético, decadentes y todavía
atractivos por la belleza que guardan. En bastantes
ocasiones conocerá a poetas, iluminados creadores de
mágica intuición, que perciben la proximidad del
cambio, si de sibilas fueran. En algún momento de su
búsqueda hallará a los adelantados, taumaturgos
encargados de proclamar la vuelta del dormido ausente.
Tiempos nuevos vendrán para provocar la mutación del
panorama presente.
Los genios de la tierra trabajan ocultos, han
abandonado a Tiresias por no saber administrar el don
creador constructor de composiciones bellas. Los
titanes asaltaron su reino, arrebatando su tesoro, pero
éste sólo ejerce su fuerza ante espíritus prístinos en el
11
arte. ¿A qué esperan los bárbaros para restaurar la
belleza de Babilonia? Pues ellos son el revulsivo
intelectual puro necesario para incitar creaciones de
nueva originalidad, apartadas de estúpidos vicios
narcisistas.
Tiresias sigue mudo, y la Tierra baldía, el peregrino
ha vuelto a ella en la búsqueda de signos anunciadores
de un nuevo ciclo. Tras el fragor de la batalla se adentra
en el vestíbulo de la noche, de días otoñales cada vez
más tacaños en luz, que se despojan ante el ocaso final.
Hay que invocar la luz, su retorno y triunfo, el despertar
del gran genio dormido que restaure la auténtica
belleza. El Rey Pescador espera impasible en su trono la
venida de los bárbaros, quiere perecer para que el ciclo
inicie tiempos de nuevas glorias, y el oro sea su
distintivo.
Tú lector, ¿quieres acompañar al peregrino en su
retorno a Tierra Baldía? A través de sus descripciones
se podrá vislumbrar lo que ocurre en su interior.

miércoles, 17 de agosto de 2011

LA LUZ COMO PRETEXTO.López Escánez en la Sala Unicaja. Almería, junio 2009

Dispar muestra plástica es la presentada por Luis Matías López Escánez en la Sala Unicaja. Un conjunto heterogéneo de obras, que recoge estilos varios del siglo XX, están colgadas sin algún orden lógico temporal, ni de evolución alguna. El hilo conductor que define la exposición se diluye de forma continua, sin mostrar conexión entre las obras expuestas.

No por lo expresado aquí arriba desmerece la calidad del pintor, puesto que en sus obras nos enseña su capacidad pictórica, el oficio conseguido, más lo que es capaz de elaborar.

El conjunto de piezas presentes en esta exposición las clasificaría en cuatro tipos, que no coinciden en general con evolución estilística alguna. Comienzo con los bodegones y demás cuadros figurativos, comerciales y clásicos. Es de destacar en este grupo de cuadros aquellos en los que se representa temas florales. La flor como receptáculo de la luz, exuberancia, vida, belleza, delicadeza y dolor en sus espinas. La rosa es el objeto único en ellos. Delicadas composiciones que indican la habilidad plástica de López Escánez, mas otros ya lo han trabajado.

Un segundo grupo lo constituye un conjunto sicodélico, de manchas potentes, de pasión intensa, que relatan el torbellino de sensaciones que se esconden tras la mirada del pintor. Barroquismo cromático, poderoso, sinuoso y de geometría deshecha.

Las formas delimitadas en la expresión de la luz en su manifestación al conjugarse con la materia, conforman unas piezas de gran interés pictórico, no trasciende a lo trabajado por otros, pero sin embargo iguala su valía, supera al conjunto anterior, portando calidad, estudio, dominio del color y trascripción de la luz cuando pierde su configuración en la retina, para derramarse en su interior en mil destellos azarosos.

Finalizo con cuatro piezas, dos referidas a la Chanca, donde las fachadas de sus casa típicas recogen la luz en su epílogo triunfal, creando ambientes recogidos, intimistas, delicados y de alta clase artística, más un par de obras que reflejan la luz en su deambular por las sierras almerienses, poéticas y evocadoras. Estas piezas, dentro de la tradición pictórica de Almería, poseen calidad suficiente para destacarse del resto, definiendo a López Escánez como un pintor a tener en cuenta.


MANUEL DOMÍNGUEZ EXPONE EN UNICAJA. Almería, marzo 2010

Silencioso, constante y rápido, fluye el tiempo. Astuto e imprevisible avanza deslizándose hacia el infinito. Tras él su huella es la única testigo, huella que toma fuerza con su paso, depósito de recuerdos y sensaciones. La mirada la capta, atrapa, dialoga con ella, aflorando sentimientos de nostalgia, o quizás pena.

Manuel Domínguez presenta un conjunto pictórico de sólida estructuración compositiva, soportando su recio dibujo la densidad cromática que recrea la imagen contenida en cada pieza colgada. Este pintor toma fuerza en aquellos motivos en los que el tiempo refleja su impronta, pues es singular al reflejarlo en la obra pintada. Sabe recrear el halo del tiempo fenecido, las nostalgias de un pasado más simple.

Todos sus cuadros contienen esta cualidad, aunque algunos de ellos desprenden magia, convirtiéndose en los preferidos de la mirada. La luz tenue, esquiva y tímida del rincón olvidado, es reflejada en estas obras, generando en su sosiego un murmullo íntimo, que relata las historias de los dueños que fueron de los objetos pintados.

M.Domínguez es un pintor de gran fuerza compositiva, maestría consagrada y poderosa dicción plástica.

Miguel Ángel Blanca en la Sala de exposiciones de Unicaja.Almería, mayo 2009

Color intenso, pasión impresa, declamación continua que quiere relatar las emociones del pintor.

Sentimientos que no podrían se expuestos tan descarnadamente como en la pintura. La esencia del paisaje, de la mirada del universo creado, penetra en el interior del artista, que tras su asunción vuelve al exterior para ser reflejado en los cuadros que pinta. Pasiones profundas, violentas unas veces, emociones poderosas que trasforman la mirada. Grave sinfonía cromática que llena los sentidos, surgiendo de vez en cuando producciones elegantes y ligeras, de calidad notable. Poderosa dicción plástica posee este pintor. M.A. Blanca concibe la expresión pictórica como la plasmación de la sustancia de la imagen diluida en colores. Colores que le dan ánima, que explican la propiedad de lo tangible.

Construye un entramado cromático denso, muy bien conjugado, elaborado con fuerza, claridad de conceptos y perfectamente definido. Tras la pesada capa de azules, rojos, violetas… subyace un mundo cálido, suave, que quiere abrirse al exterior, que palpita en las entrañas de su obra y produce desconcierto al observarla. Calma oculta que pide ser liberada para presentarse gozosa en tonalidades cálidas, ocres pálidos o en tenues azulados. Mas la fuerza impresa por la pasión del artista impide sea contemplada.

Interesante exposición la ofrecida por Miguel Ángel Blanca.

CANTÓN CHECA. Octubre 2009(Almería)

En la galería Argar se expone la obra de Cantón Checa. En las piezas allí presentes el espíritu de las tierras almerienses lo impregna todo. Luz y tierra descarnada, soledad, silencio, abandono, resignación, lucha constante por la vida .... En las piezas colgadas se denota la evolución estilística de C.Checa, desde un marcado estilo percevaliano hasta la configuración de una impronta personal y única. Viaja desde colores rotundos, figuras ingenuas y líneas de trazado profundo hacia un estilo propio, donde el azul del cielo va tomando fuerza; los ocres, verdes gastados y marrones tristes del paisaje trasmiten la impresión que da la imagen al espectador. El blanco rotundo de la luz vibrante almeriense se convierte en objetivo central de su obra. Cantón Checa posee una obra clásica de la pintura andaluza actual, con fuerza y personalidad propia.

martes, 16 de agosto de 2011

PAISAJES DE BABEL (EPÍLOGO)

«Sí, yo estaba preso en los pliegues de la Belleza;
indiscutiblemente me hallaba en el seno de lo Bello»
De «El Pabellón de Oro»
Yukio Mishima

PAISAJES DE BABEL (ÚLTIMA ENTREGA)

DÍAS Y DÍAS
Javier Ruiz. Galería Cartel. Granada. Desde el 10 de hasta el 28 de marzo
El oficio de la pintura está dirigido por la monotonía. El trabajo regular ante el lienzo transcurre aparentemente tranquilo, hora tras hora, un día sí y otro también, escondiendo ansiedades, derrotas y alegrías cuando se ve la idea concebida vencedora al ser plasmada en el cuadro. El trabajo es el hilo que une cada imagen del momento vivido, depositando la obra conseguida como prueba de su paso. El pintor, en la sosegada estancia, labora paciente, ocultando en su interior un torbellino pasional de fuerzasuprema, que rompe a veces el transcurrir silencioso y cotidiano. Vive inmerso en un diálogo íntimo con la idea que necesita escapar del concepto intelectual para tomar forma y asiento en el mundo real. Necesita ser imagen para sentirse liberada de la fugacidad, e intangibilidad del pensamiento Javier Ruiz vive así su obra. Los cuadros son expresiones de los sentimientos que anida en el intelecto. Crea, trabaja, imagina, aguarda y concibe, uno a uno los cuadros pintados, logrando cuando ve la imagen liberada el gozo del creador. Está satisfecho. Pero no es tan fácil. En la ardua lucha por conseguirlo va dejando jirones de sí, parte de su fuerza, de amistades y afectos abandonados, para celebrar la victoria soñada ante el blanco desafiante carente de líneas y colores. Este artista plasma el tiempo, la vida que pasa, la inquietud por lo desconocido, aderezados con la impronta de los avatares que las circunstancias depositan en su vida.
Su pintura es cálida, algunas veces bochornosa, espesa, aterciopelada, cargada de un cromatismo de suave viscosidad, que producen obras impregnadas de melancolía, algo tristes, donde la emoción del instante busca abrir una brecha de escape al ritmo marcado, que atisba la salida de la trayectoria guiada por vías férreas y carreteras, reiteradamente representadas en su obra. Explora el entorno tras las huellas de la trascendencia.
Javier Ruiz posee un dibujo que soporta el entramado cromático que da vida a las piezas creadas.

NATURALEZAS NO TAN MUERTAS
Rolando Campos en El Palacio de la Madraza. Granada.
Marzo 2000
Rolando Campos es un clásico, su pintura reelabora continuamente los principios estéticos del cubismo. Emergen en sus obras calidades de singularidad propia que adquieren naturaleza original, a pesar de vivir ajeno a movimientos de vanguardia. Rolando Campos persiste en la senda de inspiración cubista, demostrando que cuando el genio artístico posee al pintor ningún estilo está caduco. Sus piezas son de elaboración varia, esculturas y sobre todo óleos, acrílicos y carboncillos; centradas todas en la misma idea, la reconstrucción del espacio que acoge las formas. En las composiciones que crea., las figuras se desestructuran y reconstruyen en un vaivén sin fin, creando un cinetismo interior en el cuadro generador de volúmenes. Éstos reclaman su porción de universo para existir, mostrándose macizos y sólidos, la gravidez es la nota común que desprenden al mirarlos. No hay nada más consustancial con el espíritu mediterráneo que el cubismo, fuerza estática que desprende energía, ajena al tiempo y poseedora a la vez. Es la vida representada en las
figuras pintadas. En los cuadros de Rolando Campos la cualidad de la energía vital está impresa, poseyendo un tiempo oculto e indefinido, dotando de apariencia real las composiciones del autor. El espacio es definido por los objetos distribuidos en él, su estructuración en la obra, más las radiaciones que emanan en su entorno, construyen un clima delimitado en los contornos del cuadro, surgiendo como resultado la eternidad del ambiente reflejado en ellos. La destreza, experiencia e inteligencia, del pintor coinciden en la elaboración de su producción plástica.

LA MUERTE COMO LEMA
J.C. Rosado en Galería Contemporánea. Granada.
Hasta el 4 de abril

Juan Carlos Rosado posee una pintura original, desenvuelta, alegre, rebosante de fresca inspiración y de elaboración minuciosa. Su obra nace del concepto, desarrollada según el ánimo que va transcurriendo en el pintor, obteniendo composiciones desenfadadas, cargadas de ironía y expresadas con un sentimiento aséptico de toda emoción, puesta ante los ojos del espectador para que sea él quien interprete, descifre y saque sus propias conclusiones. Utiliza materiales diversos, pero aunados con la idea central de la obra, vida y muerte, religión como práctica popular o vehículo trascendente, el automóvil a modo de instrumento que absorbe su cuota mortal... así es la variada inspiración del artista, desplegada en un universo de colores alegres, fuertes y traviesos, que impactan en la mirada logrando su objetivo : llamar la atención convirtiendo la gravedad del tema tratado en tragicomedia lúdica. No es, sin embrago, ésta la apariencia última. En las piezas expuestas existe un trasfondo existencial agridulce, inquieto, donde la búsqueda de la razón principal de la vida permanece en constante interrogación. Pero no lo hace J.C. Rosado de modo angustiado, sino como cuestión personal. Él invoca la respuesta en el trabajo de su obra, expresándola con materiales, ideas y colores que se traducen en un lenguaje conciso y penetrante, dejando tras sí el regusto amargo. Enseña lo que muchos meditan de forma dramática con alegría jocosa.
J.C. Rosado tiene una producción plástica acabada, llena de horas reflexivas, donde se van depositando en su composición todas aquellas pulsiones que anidan en el alma. Piensa y construye, esa es la labor de este artista, alcanzando los resultados en forma de piezas interesantes, magníficas e inquietantes. Allí radica el mérito de este buen pintor.

LA IMAGEN DEL ALQUIMISTA
Julio Visconti en la Galería Pro-Art de Granada.
Del 4 al 14 de mayo
Este pintor es un maestro de la acuarela, no por dominar la técnica ni tampoco por los temas que representa, sino porque conjuga la mirada con los colores del cuadro, llenando las figuras y paisajes que en él representa de dinamismo vital que chispea en sus obras. Posee la fórmula que le permite expresar la magia del instante en estados transcendentales explosivos de sentimientos, por eso las piezas que pinta seducen la mirada, entrando en ésta como ráfagas aterciopeladas que se esparcen en el conocimiento hasta unir al espectador con el escenario pintado. En sus cuadros va más allá de la fría técnica reproductora de mil y una obras, es un alquimista de la imagen, la atrapa y
enmarca, depositando en ellos seres de apariencia informe pero con alma propia, que encierran una historia por desarrollar. Ensimismados van y vienen, sumidos en sus preocupaciones ajenos al entorno, pues lo cotidiano narcotiza la mirada. Viven en cada una de las acuarelas que acaba, inmersos en escenarios cargados de magnetismo.
La luz y los cielos también constituyen una huella personal de Julio Visconti en sus obras. Los cielos son reales, capta las tonalidades y el pálpito que su contemplación provoca. Esto potencia aún más la comprensión del instante pintado. La luz es conocimiento, ella desvela todo bajo su influjo, la pinta vestida del ambiente que descubre. Por todo lo expuesto, Julio Visconti escapa del mero concepto pictórico de maestría para ocupar el mundo de los
iniciados, que transcribe en su obra artística la naturaleza veraz de las cosas.


LUZ DE LUNA
Galería Xauen Abril 2000
En los cuadros de Emilio Pérez Romero existe una luminosidad característica que dota de singularidad a todos ellos. Es una luz especial, onírica, irreal, más próxima a la luz de la Luna que a cualquier otro tipo. Es mágica. Gracias a este soporte visual, logrado por la maestría técnica aunada a una gran sensibilidad artística del pintor, obtiene obras que desde la primera mirada atrapa la atención; consiguiendo despertar primero el interés, para más adelante ir penetrando en el interior de la consciencia y conectar con el mundo irreal y fantástico que existe en toda persona. Sus cuadros son como superficies de un estanque en calma, que refleja una realidad preciosa y atrayente, pero que al querer poseerla se rompe para mostrar, más que a la mirada
el tacto, lo auténticamente cierto. Y esto lo percibe la razón de quien contempla su obra. En sólidas construcciones ajadas por el tiempo, melancólicos árboles y arbustos, y un cielo siempre nuboso, constituye un entramado estético que crea la fuerza que capta la voluntad en las piezas que pinta.
Emilio Pérez Romero utiliza con acierto la escenografía, la luz y una composición equilibrada, logrado describir ese torbellino ilusorio que enajena del entorno a todo aquel que comprende el espíritu depositado en sus cuadros,
consiguiendo obras personales, originales y de elevada calidad estética.

PASIÓN GOZOSA
Norberto Goldburg en la Galería Cartel. Granada.
Del 7 de abril al 2 de mayo
Norberto Goldburg continua en su magnífica empresa plástica, insiste en el estudio de la corporeidad libre de ataduras espirituales, centrándose en la expresión, que recoge hasta sublimarla a estados que suscitan sentimientos. La línea en la representación del gesto entre placer y dolor es delicadamente tenue, costosa delimitar, es por ello que juega con la ambivalencia de gozo y pasión hasta lograr aunarlas en un punto de vibrante emoción. El retorcimiento de la figura alcanza cotas de explosivo grito pasional, que hace temblar la mirada comunicando destellos transcendentes. Cuerpos, solo cuerpos, es el material representado, deformes, amasados, incompletos, carnales. Es una declamación carnal que se convierte en sinfonía grandilocuente gracias al ritmo vital trasferido por el pincel. Este tema pictórico es retomado continuamente por
Norberto G., ganando fuerza y mensaje a través del trabajo acumulado en el tiempo. El artista va madurando, y en este último tramo de su actividad plástica ha conseguido representar el estallido triunfal de cuerpos que expresan su voluntad de ser, de pervivir a su contingencia, libres en su representación informe de mostrarse rotundos, en trance de ser devorados en sí. Extinción plena del dolor, que tras su triunfo se convierte en pasión gozosa.
En la exposición aquí descrita, Norberto G., aplica una gama de coloridos que potencian sus obras. Unas veces cálidos, acogedores, ardientes. También pueden ser fríos, duros y rompedores, como la agonía final. El triunfo de la materia es descrito en cada una de sus obras, estando aderezado el excelente dominio del dibujo que posee el pintor con un vocabulario cromático que configura una dicción original, que tiende a olvidar los planteamientos iniciales hasta transformarse en lírica visual.
Norberto Goldburg ha conseguido superar su anterior obra. Ahí está el mérito de este creador plástico.


METAMORFOSIS
Dolores Montijano en el Palacio de la Madraza.
Granada abril - mayo de 2000
Es difícil comentar la obra de Dolores Montijano. No porque los grabados expuestos sean opacos al entendimiento sino por ser esta autora una figura consagrada en la estela artística actual. En medio de procesiones y cirios está presente la muestra pictórica que aquí se comenta. Los grabados de esta pintora son de elaboración técnica acabada, trabajados tras interminables avatares de cómo abordar la idea concebida. Todos los materiales que aplica en las piezas creadas sufren un proceso de selección, preparación y transformación para terminar representando el mundo estético propuesto. No lo hace por simple impulso sino en pos de encontrar nuevas metas y alternativas en la expresión plástica. Los grabados expuestos portan una frescura compositiva de tremenda- fuerza sensorial, que son digeridos fácilmente por el espectador. Son atractivos y encierran en sí una amalgama multiforme reflejo de un cosmos mutante, dinámico y cuya apariencia engañosa vela realidades varias, que se superponen hasta plasmar un turbulento espacio que simula
incontinencia de forma alguna, sólo manchas agradables que se distribuyen alegremente en el rectángulo enmarcado. La apariencia es engañosa pues la combinación de las imágenes cambiantes generan un caos compositivo que se traduce en vibración vital que rige la Naturaleza. La composición estructural del grabado, la gama de colores usada, recrean espacios impresos con fuerza, descargada por la autora, donde en la búsqueda que conduce su obra recitan
escenas fugaces de transmutación, dejando la impronta de su paso en las piezas colgadas. Nervio, garra y rotundidad se alían con rasgos de serenidad
depositado D. Monfijano, produciendo una obra brillante, sólida y de técnica maestra. Así es la producción plástica de esta artista.

domingo, 7 de agosto de 2011

PAISAJES DE BABEL ( OTRA ENTREGA)

VIAJE AL FIN DE LA NOCHE
Jesús Conde. Galería Jesús Puerto. Granada. Diciembre - enero
“Viajar es útil, hace trabajar la imaginación. El resto no es más que decepción y fatiga»
L.F. Céline

La cotidianeidad cubre con su velo las cosas que nos rodean haciéndolas invisibles. La costumbre destruye los detalles generando monotonía. Cuando se viaja la mirada se transforma descubriendo imágenes que la liberan del tedio
diario.
Jesús Conde es un cazador de realidades imposibles. Ha recurrido al viaje para explotar en sus pinceles recuerdos del pasado. Evoca la historia en el límite de la leyenda, donde la fantasía triunfa, utilizando la noche como vehículo hacia el
estado mágico que hace brotar ensoñaciones. Este pintor rastrea en la memoria de ruinas seculares tras la esencia de la trascendencia, buscando el territorio fabuloso donde se palpan los sueños que anidan en él, dialogando con ellas, saciadas como están de viajeros, recuerdos y mil aventuras. El misterio, nostalgia y curiosidad se mezclan en sus obras, envolviendo los restos arquitectónicos como alma propia ante la mirada del pintor. Éste deposita sus sensaciones en cada pieza creada, usando la imagen vivida como elemento que las soporta, muchas veces sometidas al imperio de la noche, tiempo donde los genios transgresores juguetean con la consciencia. Pero él se limita a reflejar la realidad percibida, barnizada del ambiente mítico que reside en los espacios pintados.
Jesús Conde describe en esta peregrinación taumatúrgica cada uno de los momentos que seducen su mirada, evocándolas en cada una de las obras expuestas. En ellas se van depositando cada una de las impresiones recibidas en su viaje iniciático. El artista no se limita expresarlo en suscuadros sino que se va enriqueciendo al pintarlos, terminando el conjunto en un estado de gracia compositiva y espiritual.
En las piezas pintadas se produce una transfiguración desde la realidad detallada hacia la abstracción del contorno, donde la marea cromática circunda el dibujo, impreso con barroquismo, y elegancia, vibrando la imagen. Tiembla en la mirada, con haces de luz que recorren cada uno de sus relieves, potenciando la inquietud por aquello no visto, con la introducción en la composición de oquedades, ventanas o puertas oscuras, donde las sombras ocultan lo que allí existe. Oscuridad y luz establecen un singular enfrentamiento, áridos a veces, en concordia otras, que dota de latido interior la obra pintada, rescatada del recuerdo soñado, descubierta en lanoche, cazada en la búsqueda a través de las tinieblas, siendo rescatadas de su opresión en esta aventura estética. Este profesor de Bellas Artes de la Universidad de Granada, ha creado con fuerza, estilo propio y maestría compositivaun conjunto pictórico que supera toda la obra anterior, reafirmando su personalidad compositiva.

LA REALIDAD SOÑADA
Francisco Quero. Galería Xauen. Granada.
Primera quincena de febrero
La realidad también puede ser inventada. Unas veces como ejercicio pictórico, caprichoso o explorador de nuevas posibilidades de expresión. Muchas otras se convierte en imagen donde queda representado el estado anímico del autor.
Es difícil discernir cuando es cada cosa. La observación del cuadro constituye un enigma que tiene que descifrar el espectador.
El jiennense Francisco Quero presenta una obra fácil de ser contemplada, transmite serenidad y plenitud anímica. En los óleos que cuelgan en la Galería Xauen el orden triunfa en la composición, estando cada elemento distribuido armoniosamente dentro del rectángulo enmarcado. De este universo surge un resplandor sereno que inunda los sentidos, haciendo que la contemplación de cada pieza sea una experiencia feliz. Posee una elevada técnica, domina el dibujo y capta el detalle ínfimo, utilizando la luz para resaltar los volúmenes, creando espacios que vencen las dimensiones.
La nostalgia, lo perecedero y el silencio de la ausencia se conjugan generando un cosmos de atmósfera intimista, cálido y acogedor, refugio de la mirada ante la árida realidad que nos desasosiega la mirada. Francisco Quero juega con la realidad, la descompone y estructura de nuevo a su antojo, navegando en su actividad plástica tras la fórmula que le permita dialogar mejor con la pintura. Para este artista el cuadro ha de cumplir solo una función, agradar a quien lo contempla.


LA ROSA QUE ARDE
Alfonso Parras en Benedito. Galería de Arte en Málaga.
Febrero 2000
A. Parras ha vuelto a deleitar la mirada con su última exposición. En su pintura el color triunfa sobre las formas, creando un mundo palpitante que rezuma vida. Esto es lo que plasma, el flujo vital que recorre la imagen, desbordándose todo, chocando entre sí y generando un murmullo interior que escapa del cuadro hacia la comprensión del espectador. La ordenación cromática que en sus piezas representa, producen el impacto de la visión real que la naturaleza crea
en el pintor, transportando a quien los contemple ante la idea pintada tal y como es. Alfonso Parras pinta el color con personalidad propia, declamando cada uno su existencia, la contribución que hacen individualmente a la totalidad de la imagen, queriendo ser punto fundamental de ella, rebelándose continuamente en una disputa sin igual con las manchas vecinas, vibrando como resultado en un orden armonioso, atractivo a la mirada. El pintor consigue esta representación, no buscándola en su interior, sino siendo simple interlocutor entre el entorno y el otro que mira. Capta la esencia misma de la imagen, hundiéndose en sus apariencias chillonas, alegres y provocativas, que superan las formas hasta querer derramarse en la retina.
A. Parras se supera a sí mismo, como concesión propia a la alegría estilística que encierra el dominio de su oficio. Sus paisajes son impactantes, nada mortecinos, impregnados del resplandor creador, de aromas y claridades. Esta última exposición, tras su huella personal, desvela innovaciones compositivas que hacen más aún interesante su obra y predice una gozosa expresión plástica en la próxima entrega.



EL COLOR DE LA HUERTA
José Juan García Box. Galería Pro-Art. Granada.
Del 11 al 24 de febrero del 2000
La Pintura también puede ser un divertimento para el artista. Éste en su labor plástica trabaja ajeno a búsquedas iniciáticas o de conceptos novedosos que casi siempre se esfuman en la nada. El juego con el color, la impresión de la forma atrapada en el dibujo, la experimentación gozosa con materiales nuevos
se convierte en un ejercicio liberador donde el genio del pintor disfruta de su oficio. José Juan García Box posee una pintura alegre y divertida, expresada en el universo cromático de frutas y verduras, únicas protagonistas en el cuadro. Su obra es un canto al Mediterráneo, la luz y caricias de su clima.
Sobre un fondo celeste-grisáceo aparecen fulgurantes sus figuras, rebosantes de lozanía y frescor. En sus cuadros retorna la tradición clásica del bodegón, sirviendo de estímulo a la mirada en su obra los colores vibrantes y gloriosos escapan de frutas y verduras reclamando su existencia. El cromatismo de sus piezas dona vida a todo cuanto arropa, destacando su singularidad ante la neblina cotidiana que ciega la mirada, llevando a rango de protagonistas
aquellas cosas que por su modestia ignoramos. Tras esta superficial visión, García Box relata un universo sencillo pero también oculto, que rodea nuestra existencia. El lenguaje usado para describirlo lo constituye las piezas pintadas, aumentando su fuerza, suavidad o dramatismo el color que reside en ellas. Su pintura es elegante, delicada, original e inteligente, a pesar de la sencillez, y el aroma rancio, que desprendo al observarlos. Aquí radica la gracia compositiva de este buen pintor.


SERVICIO ESTACIÓN
Juan Carlos Bracho y Julia Rivera en el Palacio de los Condes de Gabia. Granada. Febrero 2000
El espacio está definido por la geometría. A partir de líneas y contornos, ángulos acerados y roturas liberadoras se condensan zonas de expresión plástica que determinan volúmenes, circunscribiendo la mirada hacia formas que la abstracción traduce en cuerpos. En la exposición presentada por Juan Carlos Bracho y Julia Rivera en el Palacio de los Condes de Gabia, de la Diputación Provincial de Granada, la obra plástica está presidida por la tensión, en arduo combate entre la densidad cromática y líneas rotundas, sintetizando el conjunto la expresión mínima de la idea. La búsqueda en la dicción de conceptos indescriptibles con grafías tradicionales, condiciona una cosmogonía particular representada en proporciones, inclinaciones y perspectivas, obedeciendo a una lógica pitagórica reflejo del orden armonioso que intenta ser el único portavoz, y posibilidad, dentro de esta sociedad científica. Son los símbolos del paraíso prometido, tras cuyos límites la nada ejerce su opresión. Solo está ella, fuera el vacío. La posibilidad de una existencia diferente aparece limitada, prohibida, no existe porque no es representada. La dictadura de su razón reside en la ignorancia de otra alternativa posible. Por eso en los espacios pintados aparecen nuevas propuestas para entenderlos ¿o será al contrario? Su imperfección provocada esconde la posibilidad subversiva del escape, de forzar la mirada hacia otros horizontes estéticos. Se establece una interrelación triple entre la propuesta artística, el escenario donde descansa y el
entendimiento del espectador, que se integra así en la composición como pieza más de ésta, interactuando y modificándose según su actitud, movimientos y paso fugaz. Así es como es inscrito el ritmo temporal dentro de la obra, cobrando vida.
Esta experiencia artística es inteligente, elaborada e innovadora. A pesar de recordar lo que muchos han intentado ya.

LAS ACUARELAS DE J. CARMONA
J. Carmona en Galería Pro-Art.
25 de febrero hasta el 16 de marzo
No es la primera vez que escribo sobra J. Carmona, su obra ya me era conocida. Volver a escribir de ella poseía el peligro de caer en lo repetitivo, careciendo de originalidad. Cuando un pintor se encasilla en una determinada técnica. O estilo termina anquilosándose, el tren de la inspiración se ha perdido en su horizonte. Pero en la exposición última de este artista el pulso vital que rige su mano está plena de vigor creativo. La fuerza compositiva está presente en las piezas mostradas.
J. Carmona escapa de su obra anterior ante el peligro que representaba la alta cota alcanzada en sus acuarelas. Domina la luz, posee recursos necesarios para salir de cualquier apuro en el acabado del cuadro, y juega con los espacios hasta sublimarlos bajo el imperio del sol, atrapado en cada una de las paredes, plantas o destellos cristalinos de fuentes y acequias.
Pero la novedad de las piezas expuestas radica en el ensanchamiento del universo cromático que reside en sus cuadros, amplía los tonos, jugando con delicadas diferencias de matices que potencia la veracidad del color lumínico, empapando el espacio creado dentro del cuadro de claridad. Construye mundos visibles para que la luz, siempre ella en su obra, resida allí, voluptuosa y caprichosa, cálida y triunfal. Pero no es cegadora sino que aparece como una suave melodía que se esparce con lentitud. Atardeceres crepusculares de Granada, cargados de sentimientos, pero alejados de todo afecto pasional, pintados desde la óptica objetiva del pintor que desarrolla su técnica en cada acuarela acabada. Los colores reclaman su personalidad en el conjunto lumínico atrapado en sus piezas, siendo esta afirmación la definición de la obra del estupendo acuarelista granadino.
Paisajes y figuras constituyen un pretexto para soportar la esencia de claridades que explica su producción pictórica.

PANORAMA 3
Autores varios. Centro Artístico, Literario y Científico de Granada. Febrero - marzo
El Ayuntamiento de Granada se ha hecho cargo de la continuidad del Centro Artístico, Literario y Científico, rehabilitando nuevos espacios para su uso.
La muestra plástica que inaugura el nuevo trayecto cultural está acorde con el espíritu innovador que en los primeros tiempos tuvo en todas sus actividades.
La apuesta ha sido rotunda, rompedora y desafiante ante el tono artístico predominante en esta ciudad. Los artistas participantes son: Ángeles Agrela, Santiago Ayán, Esther Cardell, Nuria Carrasco, J.M. Ferrer, Salvador G. Rus, Jgarcía, Angustias García + Isaías Griñolo, Alonso Gil, Gorafe, Luc Huijbregts, Fernando Lorite, Carlos Miranda, Julia Rivera, Carlos Bracho, MP&MP Rosado Garcés, Pepa Rubio y Carmen Sigler.
En esta exposición las piezas allí presentes conforman una serie de interrogantes que buscan respuestas urgentes, salidas de planteamientos conceptuales, según cánones de corrección vanguardista, que necesitan una solución que evite estar en un plácido letargo compositivo que aburre el ejercicio plástico, además de imponer elevadas cotas difíciles de superar.
Los materiales son deshechos de nuestra cultura consumista, que a pesar de su degradación no pueden escapar del orden lógico impuesto. El tiempo y el uso no son suficientes para destruir la rigidez de su construcción, resultando que siempre ocurre lo mismo, las cosas pasan pero la estructura permanece. No existe pasado ni futuro, el presente es así, feo y gastado, sólo basta consumir. Este es el mensaje desprendido de la escenificación múltiple del conjunto de piezas expuestas, distribuidas en los espacios de las salas para construir un entramado tridimensional donde el visitante pueda entrar hasta las mismas entrañas de la obra. Desde una concepción de arte pobre se plantea una estructura intelectual crítica y ácida, donde la interrogante a la pregunta qué hacer, cómo proseguimos continua latente.
En espera del chispazo rompedor de la opresión del muro que agota la mirada se suceden una tras otra las exposiciones de este tipo, pero tras las cuales va quedando una experiencia que cuando prenda albergará un arte diferente. Hace años que se sigue en este empeño.

LAS PERLAS DEL PEREGRINO
Julián Momoitio en Galería Xauen. Granada.
Del 25 al 10 de marzo de 2000
La pintura es para muchos artistas el instrumento mediante el cual inician un peregrinaje interior hacia estados emocionales de plenitud gozosa, sea el objetivo final la contemplación de los destellos esquivos de la divinidad transcendente, o únicamente como forma de conseguir una comunicación íntegra y fiel de todas aquellas sensaciones que inunda su realidad cognitiva.
En este peregrinar se va originando una transformación en el ánimo del pintor, perdiendo la piel como si de una serpiente se tratara para mostrar una faz más acorde con su ideal de vida. Éste entendido como diálogo con el universo circundante y expresión estética. En cada una de las obras producidas van quedando depositadas las huellas de la senda iniciada, en cada trazo, en las tonalidades y colores elegidos, siendo el resultado una pieza única si de una perla se tratara. Para Julián Momoitio la actividad pictórica es así. La belleza constituye su meta, el ejercicio plástico una necesidad cuadros armoniosos, con una estructuración compositiva equilibrada y elegante, producto del trabajo y genio del pintor.
Julián Momoitio conjuga en su obra sinceridad, técnica y originalidad, creando piezas de elevada calidad plástica. Su estilo actual es único, personal, ajeno a tendencias y modas, aunque a él gusta definirlo de surrealista. En los cuadros expuestos las figuras se sumergen en el contorno, difuminándose tras un tenue halo que refleja un ambiente apacible. En muchos de ellos la composición, según un orden subyacente fuertemente geométrico, se hace compleja, donde un caos aparente toma asiento, ilusión sólo pues la lógica del artista dota de simbolismo cada lienzo enmarcado.
La obra mostrada por J. Momoitio es una excelente prueba de su singular inspiración y dominio del oficio. Es un auténtico creador.

LA REBELIÓN DE LOS TITANES
Silvia Valverde y Eugenio Montoro en la Galería Jesús
Puerto. Granada. Hasta finales de marzo.
En una sociedad urbana como la actual no son muchos los pintores que plasman en sus lienzos la arquitectura que rodea su existencia. Se escapan por la vía del sentimiento pasional, el juego estilístico, escondiéndose bastantes veces en rincones íntimos o estados vaporosos impregnados de fantasía.
El ser humano es el centro de todas estas composiciones, sea presencia física o simplemente como receptor, y fuente, de las sensaciones percibidas al contemplarlas. Si acaso la arquitectura toma protagonismo en las piezas pintadas lo hace portando reflejos nostálgicos, vencida por el tiempo, o incitadora de romanticismo. La realidad que envuelve la actividad vital del artista, y también de todos sus coetáneos, es velada e ignorada, siendo gran cantidad de veces utilizada como mero pretexto para soportar la idea central de la obra. La producción pictórica de Silvia Valverde y Eugenio Montoro opta por lo auténticamente real, al descubrir el paisaje básico de nuestra civilización: la gran ciudad moderna. Ella por sí sola se convierte en la única y auténtica protagonista del hombre contemporáneo, opresora, fantástica, majestuosa, enorme, acogedora y vacía de afecto. Es, y significa, todo aquello que alberga en su interior. La ciudad desnuda, libre de la presencia humana, es representante de todas las pasiones que despierta, pero también es una sinfonía de líneas y colores, ángulos y rectas, que siempre acaban limitando con el cielo que la cubre, en lucha eterna por predominar ante la impresión de sus habitantes. El titán y el cielo están representados en estas obras, en singular combate que busca dominar las creencias del ser humano.
Las piezas de Silvia Valverde están llenas de fantasía, calor con una pizca de inocencia, fundiéndose las estructuras en un amasijo cromático, simulando un complejo entramado bajo la leve apariencia caótica, iluminados de esperanza, vibrantes de volúmenes acogedores, que se funden y dispersan dentro del cuadro. Sus paisajes urbanos son interpretados por el corazón, siendo pintados con abigarrada fuerza que produce un pulso interior en el seno de la pieza pintada.
Eugenio Montoro es más nítido en su figuración, de líneas precisas y claridades heladas. Su luz es limpia, aséptica, ajena al objeto desvelado. Traduce el frío, la lejanía y presencia ajena que el espacio ciudadano produce, opresivo y de futuro incierto, macizo, pesado y hermético. Es difícil contactar con los posibles seres que puedan pulular en sus entrañas. En estos cuadros se induce al desasosiego, dentro de la gélida perfección de edificios y avenidas, insensibles a la pasión de quien tiene que vivir con ellos. La obra de este pintor es elaborada, descargada de barroquismos innecesarios atesorando una dicción sosegada y bien estructurada. Ambos pintores, recitan en cada pieza la realidad más descarnada que circunda nuestras vidas , Su técnica y precisión compositiva consiguen el objetivo propuesto.

sábado, 6 de agosto de 2011

JOSÉ ANTONIO ACOSTA

Conocí a José Antonio Acosta hace ya muchos años, en la feria ARTE+SUR de Granada. Esforzado siempre por potenciar el arte almeriense, organizando montajes artísticos, trabajando por su expansión y conocimiento.

Gracias a él, Antac como firmaba sus obras, pude conocer las producciones artísticas de la Almería actual, pudiendo constatar la tremenda calidad, frescura y originalidad en ellas portada.

José Antonio Acosta era una persona íntegra, enamorado de su oficio, y también un gran pintor que sabía traducir los destellos cegadores de la luz, en su transcurrir salvaje por los páramos descarnados, auténticos y poéticos, de la faz almeriense. Su pintura transcribía belleza rutilante, desarrollada con un pulso delicado en un festival cromático de armonía perfecta. El espíritu almeriense es así, él supo interpretarlo y transmitirlo.

Antac atesoraba grandes producciones frustradas por el destino oscuro y caprichoso. Mas lo realizado por este artista contempla la grandeza y valía de su obra. Merece un gran homenaje.

CASTILLO Y CALLE DE BAÑOS DE LA ENCINA


PAISAJES DE BABEL ( NUEVA ENTREGA)

LA MUJER COMO BELLEZA
Galería Xauen.
Diciembre. 1998
La Luz define las formas, las moldea y resalta, configurando sus características a la mirada.
En la pintura de Carlos Callizo se convierte en elemento primordial del cuadro, donde el cuerpo femenino expresa la preocupación vital que mueve su obra. La mujer representa la vida, y en su plasmación se refleja el ideal de belleza que mueve su mirada. La luz descubre la belleza, acogiendo con su cálida presencia la vida.
En sus cuadros se recrean espacios de serenidad fantástica, soñados, realizados con una técnica precisa y un estilo de fuerte raíz clásica pero superador de cualquier vanguardia. Este estilo personal, donde figuración y abstracción entablan un diálogo en el cual la primera fija su preponderancia, constituye un artificio para depositar la Luz, siendo el resto de las piezas que allí aparecen mero pretexto para esparcirla en cada una de las obras expuestas.
Carlos Callizo lo hace usando como soporte la metafísica estética que mueve sus creaciones, consiguiendo elaborar un conjunto de factura elegante, atractivo a la mirada, conectando con el subconsciente cultural que porta el espectador. Su obra es bella.

ADEMÁS DE PAISAJES
Palacio de la Madraza.
Enero - febrero 1999
La búsqueda de halos inaprensibles, de sensaciones y emociones puede ser expresada a través de la pintura.
Éstas son buscadas en espacios abiertos, ruinas o edificios antiguos. Ellas están allí, impregnando la realidad. El paisaje no es sólo la apariencia física, sino la conjunción de experiencias depositadas en él, e interpretadas por quienes las sienten.
El seguimiento de su rastro, la plasmación en el cuadro, la descripción de todos los detalles que definen su esencia, son expresados mediante una singular simbología pictórica.
José S. Carralero es un maestro que sabe usar la técnica que posee en la representación de éstas ideas, imposibles de explicar con grafías 9 imágenes definidas.
La pasión del color, el contraste entre piezas con idéntico motivo, el lenguaje cromático y la sublimación de la imagen, son los elementos utilizados por el pintor para conseguir sus fines. En las piezas expuestas se pasa de coloridos fuertes a estados de placidez visual, de la tensión de un paisaje a la imagen difuminada que se disuelve en su alma».
Como muchos, José S. Carralero, busca con estilo e interpretación personal descubrir el trasfondo de lo creado.
Pero aunque persigue lo mismo que otros él lo hace con fuerza y rotundidad, como si de un ariete fuera, y en bastantes ocasiones acompañada de rasgos delicados.
De su pincel surge un genio compositivo poderoso, que se afirma en todo el espacio, se pierde la figuración adentrándose en un universo espeso y radiante, que se ahoga en el color explotando en mil visiones distintas.
José S. Carralero contiene un don especial para reproducir la realidad oculta de las cosas.


MUCHO MÁS QUE FIGURAS
Galería Xauen.
Febrero 1999
Fernando López Pascual posee un estilo a la hora de componer que le dota de una personalidad pictórica singular, apartado de modas y tendencias. Pinta para crear, más bien recrear, un universo ajeno al real, donde sus personajes viven autónomos de su creador.
Rescata de la mirada cotidiana apariencias y situaciones personales plasmándolas en el lienzo, aderezadas con ensoñaciones del pintor y claves cuya descripción generará un diálogo con el observador de sus piezas. La pintura de López Pascual es un auténtico entramado de ideas, conscientes y subconscientes, desarrolladas con una técnica precisa, donde el dibujo define rotundo las formas, conteniendo un conjunto cromático vivo, potente y denso, depositado de forma. armoniosa, produciendo como resultado de tal densidad y contrastes un espacio de dimensiones propias. En sus figuras en particular, aunque aparece en toda la superficie del lienzo, los colores no surgen agresivos a la mirada sino tamizados con un aspecto céreo, fundamentalmente sus personajes, logrando el efecto de carnosidad además de que penetren fácilmente en la atención, y comprensión, de quien los percibe. Estos tienen una gracia especial, que definen la impronta del autor.


FUEGO
Galería Cartel.
Febrero 1999
Un impacto visual produce la contemplación de los cuadros de Pablo Lau, sus coloridos fuertes, tensos y en estados de ebullición, luchan entre sí, generando como resultado un murmullo «sentido» por todo aquel que los contempla. Crea espacios oníricos, producto de la brava irrupción de la imagen en la retina del pintor, cuando éste conecta su torbellino interior con el torrente energético que recorre la Creación.
Plasma en el lienzo los paisajes, formas y figuras, donde estallan los colores irradiando su influencia en los que les rodean, venciendo las formas , siendo éstas fuentes donde brotan con un ritmo característico a cada una de ellas, produciendo un conjunto de armonía unísona, que coincide con las vibraciones que rigen la inspiración del artista.
Pablo Lau crea indiferente a los recuerdos pictóricos que su estilo suscita, siendo su trabajo digno de interés por la calidad y maestría compositiva mostrada en él.


BELLEZA SERENA
Palacio de la Madraza
Febrero - marzo 1999
La mano del pintor hace realidad ideas, sueños e intuiciones. Sus sensaciones son plasmadas en los rectángulos enmarcados.
Sea con materiales tradicionales, o con aquellos que el artista considere conveniente para expresarlos más correctamente, consigue transfigurar en imagen los estados emocionales que anidan en su interior.
Dámaso Ruano es un hacedor de piezas de belleza serena, elegante y delicada, que se esparce entre los materiales que la sustenta. Los inunda y los empapa, transmitiendo radiaciones de armoniosa plenitud, silenciosa y embriagadora.
Sus cuadros nacen para ser contemplados, sentidos y saboreados, haciendo estallar de gozo al espectador cuando al mirarlos se cubre del hálito intimista que en ellos florece, descubriendo la soledad del yo ajeno a las circunstancias que lo rodea.
Dámaso Ruano domina el oficio expresando ideas últimas con claridad, sencillez y maestría.


UNA MIRADA ORIGINAL
Galería Xauen.
Marzo 1999
Los paisajes son el motivo que más se repite en la pintura expuesta en Granada en los últimos tiempos. Es rara y difícil de excluir la galería que no la exhibe. Hay exposiciones buenas, otras no tanto, todas abordan el mismo tema, pero siempre la técnica y la valía artística es la que soluciona y sobrepasa lo común establecido.
Abordar una temática recorrida por otros es complicado, y para destacar se necesita ser bueno, diferenciarse del resto por la originalidad surgida al trabajar en el cuadro la idea tratada. Juan José Barrero es uno de esos pintores; combina la lírica de la obra a crear y una estructuración simétrica, ensoñada, deseo de un mundo ordenado y perfecto, que recuerda raíces clásicas, fondo subconsciente de nuestra cultura.
La lírica en sus cuadros rezuma en todas sus pinceladas, es una poesía visual que canta en la mirada, agradable de ver.
sus cuadros, produce un entorno que resalta la figura primera puesta en cada uno de sus piezas, recordando el trazo esquemático que va más allá de las formas, que indaga la naturaleza final de la comprensión del objeto visto.
Los cuadros de Juan José Barrero son originales, bellos y de una concepción artística elevada. Diferencia su obra y llama la atención.


VOCES OCULTAS
Galería Cartel.
Marzo- abril. 1999
Cuando se pinta los paisajes y casas de Andalucía, la luz se convierte en protagonista principal que soporta la acción del cuadro. Es ella la única razón por la cual ha sido realizado, descubriendo las formas que ante la mirada real existen.
Los motivos desarrollados en los cuadros constituyen un pretexto inicial para jugar con las diferentes tonalidades con que la luz inunda el espacio, vibrando, transmitiendo cálidas sensaciones en lo más íntimo de todo aquel que los observa.
Pero en paisajes y casas también se esconden, si de la realidad son extraídos, multitud de sensaciones que sólo el pintor, por el tacto visual que atesora, percibe y plasma. En éstos están depositados largas jornadas de sol y noches de hielo, sudores y pasiones, fugacidades vitales que dejan marcas en su existencia.
En las acuarelas del malagueño José González Bueno se encuentran todas estas ideas, contenidas en su concepto, composición y finalidad.
Tras la aparente reproducción dominada por el colorido lumínico, aderezada con elementos típicos y románticos del sur peninsular, circula multitud de voces perdidas en el tiempo de personas y genios, pidiendo ser escuchados para así
confirmar su presencia.
La pintura de J. González Bueno agrada y capta la atención de quien las contempla.


PAISAJES
Galería Jesús Puerto.
Marzo - abril 1999
La luz, geometría de las formas, composición de colores y claves personales son los elementos que utiliza el pintor al plasmar un paisaje en el cuadro.
Carlos Jiménez utiliza además efectos técnicos que dota de temporalidad y vida a las piezas que pinta. En ellos existe un nervio que tensa la mirada, otorgándoles un ritmo interno que rompe continuamente el paisaje, produciendo un ensanchamiento tridimensional en el cosmos interior del cuadro.
Enmarca el color en dibujos rígidos, generando formas sólidas que potencian la ruptura de la imagen, aumentando el torbellino vital que late en ella, convirtiéndose en contraste permanente, reflejo de un instante en espera de ser sucedido por otro. Atrapa así el paisaje visto. La obra de Carlos Jiménez fluye leve ante el espectador, suave y apacible, retratando los momentos de sosiego que cubren los espacios de la ciudad. Su pintura conjuga la técnica con la sensibilidad emotiva, construyendo piezas de gran calidad artística.


DETRÁS DE LA CORTINA
Galería Pro-Art.
Febrero-marzo 1999
La pintura de Melchor Peropadre es un conjunto armonioso de rasgos elegantes, donde la precisión del dibujo se difumina en un torbellino de colores que atrapan el dinamismo vital que infunde vida a los personajes
representados.
La obra de M. Peropadre es un ejercicio de calidad y buen gusto, realizada sin ningún tipo de pretensión innovadora, sólo para el solaz y recreo de la mirada, sosiego visual que elude la realidad, creando en el pensamiento quimeras de tiempos soñados. El buen gusto se impone en toda ella, siendo su objeto y fin, en espacios atemporales plasmado con gracia y delicadeza compositiva.
Los fondos de sus cuadros son indefinibles, borrascosos y veladores de mundos ocultos, donde la fantasía es la única guía para descifrar su topografía, y tras ligeras y no opacas cortinas, aparecen sus figuras, que concentradas en sí surgen ante el espectador trasmitiéndole un guiño de complicidad en su existencia.
Con este gesto, en escenarios de pasión contenida, Melchor Peropadre consigue atrapar la atención de quien mira sus cuadros. La obra de este pintor es interesante por la serena calidad e inteligencia compositiva en ellos depositada.


PINTURA CUÁNTICA
Galería Contemporánea.
Abril - mayo 1999
Xaverio vuelve a superarse a sí mismo. Ha penetrado en el difícil camino de la búsqueda de conceptos nuevos para el arte, intentando plasmarlos en piezas plásticas. No rompe su línea anterior, sino que continúa por el mismo sendero hacia la explicación de la esencia que llena el vacío.
La Naturaleza es realidad ficticia, es la representación que los sentidos construyen en nuestro conocimiento, aderezada con las impregnaciones que la conciencia dota toda idea. Pero tras la mera apariencia surge la pérdida de la imagen, quedando un inquietante océano desnudo de forma alguna, sólo emisor de sentimientos y radiaciones. La energía queda ahí, como soporte último de lo creado, ocupando todo el espacio. Xaverio, tras arduas horas de trabajo, ha conseguido expresar estas ideas, con una técnica propia recrea estos espacios vacíos con colores cargados de energías, repletos de sensaciones. En las piezas colgadas logra estampar el caos cinético que todo lo invade, gracias a la maestría que posee artística. Su pintura va más allá de lo cotidiano. En las obras que elabora define lo indescifrable, la relatividad de la
existencia, el orden y caos, el cinetismo que rige la vida. Enmarcándolo en la forma de apariencia más simple, pero de suma construcción destilada.
Con esta exposición, Xaverio se convierte en un Prometeo que intenta arrebatar a los dioses el último secreto de la imagen percibida.


LA MIRADA LÍRICA DEL PINTOR
Palacio de la Madraza.
Octubre- noviembre 1999. Granada
Narváez Patiño es un poeta. Siente el instante vivido y lo transfigura en expresión plástica cargada de sentimientos, para hacer partícipe de la magia del momento atrapado al espectador. Eleva a trascendental la fugacidad cotidiana, donde la mirada del pintor ha sido seducida por los cánticos portadores de promesas que los dioses recitan a su oído. Su sensibilidad es la puerta a esta irreal percepción.
Concibe en lírica transcrita en el lienzo la sensación aparente de la rutina visual, tras la que se esconde guiños de los genios transgresores del horizonte racional. Pero él no permanece dócil en la espera, sino que los busca incesantemente, como si de un cazador se tratara obsesionado por una presa quimérica.
Sus cuadros están impregnados de la historia pictórica del siglo XX, repletos de geometría, medidos y exactos, fruto de impactan al observarlos, envolviendo con las sugerencias que de ellos brotan hasta erradicar del tiempo presente a quien los contempla.
El color es el soporte lingüístico para expresar la lírica mágica del instante, imposible definir con el alfabeto, pues su profundidad sensitiva lo hace inaccesible.
Las obras de Narváez Patiño son un gozo visual que enriquece la fantasía interior.


EL ESPLENDOR PRESENTIDO
Jesús Manuel en Galería Contemporánea de Arte.
Granada. Noviembre 1999
Los caminos interiores son intrincados, confusos y plagados de misterios, las imágenes de la razón carecen de argumentos para describir la senda recorrida. Por eso, hay que utilizar un tipo diferente de simbología para reproducir lo más fielmente posible la vereda hacia el objetivo deseado.
En este peregrinar, el autor va sufriendo una serie de avatares, circunstancias y penalidades en la búsqueda de la dirección correcta; unas veces estará perdido, otras hallará metas ficticias, y muy pocas estallará de gozo cuando vislumbra la luz tenue que indica el Paraíso ansiado. El pintor irá acumulando una experiencia que le dota de conocimiento, navegará por la ruta interior escogida luchando contra toda adversidad, pues la luz del conocimiento sólo es
asequible parcialmente a unos pocos, a modo de héroes mitológicos, estando en peligro, por ser infinitamente inabarcable, de caer con su ingenio derretido como si de un Ícaro se tratara.
Y he explicado todo esto, porque la idea central de la obra plástica de Jesús Manuel así lo requiere.
En sus composiciones descarga la fuerza vital que mueve todos sus actos, siendo su ejercicio pictórico un estado iniciático de búsqueda, medio y fin a la vez. El objetivo es difícil, porque en la oscura noche intenta encontrarse con el rostro del Amado, mas El es inalcanzable, intuyendo sólo las ráfagas que su resplandor provoca.
En la obra de Jesús Manuel la Cruz es un tema reiterativo, representando un sacrificio y también la clave para la liberación de la apariencia fútil de la realidad matérica. Todas las emociones y sentimientos que han ido surgiendo en su interior, y también en la realización de los «trabajos», los va depositando en las piezas que crea, describiéndose ellas por sí solas gracias al ingenioso soporte que las acoge más la grafía utilizada por el artista. Jesús Manuel posee calidad de dicción plástica que explica aquello donde las palabras quedan mudas, por ser ineficaces ante la magnitud de lo descrito. En sus composiciones condensa en pequeños microcosmos los espacios emotivos que su sensibilidad observa. En los cuadros que realiza la elegancia es su nota
característica, más la plenitud de un oficio que domina la materia, haciendo que expresen la idea que espolea su inspiración, entablando con el espectador un diálogo fluido. Muestran la memoria de su peregrinar en busca de la Luz salvadora, la razón última de la existencia.






LA PERFECCIÓN APARENTE
Homero Aguilar en la Galería Cartel
Noviembre 1999
Un mundo perfecto y equilibrado es la imagen depositada en los cuadros de Homero Aguilar. Refleja en ellos la soledad esplendorosa de espacios arquitectónicos serenos, dentro de entornos paradisiacos, henchidos de luz.
La geometría define el decorado, la sustancia primigenia del cuadro, creando el ambiente que inunda los interiores, reinando en ellos la inquietud de la soledad más la presencia invisible que se intuye, pero no es definible por mucho que el espectador rastree en cada parte del cuadro. En su obra el orden perfecto esconde la engañosa apariencia que puede poseer, ya que juega con imágenes especulares, preciosas y limpias, en un mundo armonioso que transciende a la presencia humana. Geometriza la realidad, enmarcando los colores en acotaciones rígidas que irradian con fuerza hacia el entorno, llenándolo de un halo cristalino, y espeso, que sugiere en cada momento la incógnita que da razón a la obra expuesta.
H. Aguilar pinta interiores extraídos de ensoñaciones que buscan la belleza, escondiendo tras ella el engaño de la apariencia, donde la perfección y el sosiego placentero, en un universo de paisajes maravillosos, son mero artificio
construido sólo por la voluntad del autor, que encierran inquietud y recuerda su inaccesibilidad. Son conocidos, recreados o producto de experiencias oníricas, pero imposibles de ser hollados por el hombre. Homero Aguilar es depositario del genio pictórico capaz de plasmarlo en el rectángulo enmarcado, de forma perfecta, sin añadidos innecesarios. Es un pintor clásico que explora más allá de las tendencias actuales para decir algo novedoso en la pintura. Su trayectoria profesional avala la maestría que atesora.


LA ESENCIA DE LO REAL
Álvaro Delgado en el Palacio de la Madraza.
Noviembre 1999
Mucho se ha escrito sobre A. Delgado y yo no voy a superarlo. Este pintor presenta una obra producto del tiempo trabajado, inmerso en la búsqueda consciente de la esencia de lo que nos envuelve, sean personas u objetos. Y los traduce, si son materiales inertes, en imágenes amables, fáciles de contemplar y atractivas a la mirada, mostrando solamente su «alma, principio matérico declamado en una coral cromática de factura elegante.
La temática del cuadro se disuelve en las sinuosidades coloreadas mostrando la belleza aterciopelada de la dicción pictórica de Álvaro Delgado. Su expresión plástica perfora la realidad mostrando la faz amable de la existencia, el rostro del resplandor divino tan ansiado por los mortales, tema reiterativo en muchos pintores. Esto lo consigue con una estructura barroca, cargada, no con elementos innecesarios sino con aquellos recursos cromáticos que definen el espíritu del objeto observado.
Sublima la imagen en una danza presa de la ebriedad del color, esparciendo la sincronía del latido interno de la materia, Su visión del mundo circundante es también rotunda, afirmando su estilo en cada pieza pintada. En sus retratos exalta la impresión que la presencia personal genera en la retina, aderezada de la sustancia histórica individual y sicológica emanada. Pinta el aura que arropa al ser más aquellos caracteres que se suponen, y son teatralizados cada vez que actúan, poseen. El color, siempre el color, es el instrumento utilizado en la construcción de las plasmaciones anímicas que deposita en el cuadro. Extrae parte del retratado para inmortalizarlo. El artificio cromático que abriga a los protagonistas de sus lienzos generan intuiciones en el espectador, produciendo
como resultado el entorno emocional que generan sus actuaciones vitales. La contemplación del retrato va desarrollando el conocimiento del personaje.
A. Delgado transfigura la imagen en esencias, emociones y cualidades, atravesando las formas lineales y geométricas hasta desvelar el pálpito interior que lo confiere presencia real en la dimensión humana. Disuelve las formas hasta llegar a reflejar el concepto básico que las define. Este pintor ha alcanzado la capacidad principal que define la maestría en su oficio, atrapa la imagen para hacerla trascendente.


GESTOS DE PASIÓN
Zaafra. Sale de Arte Pelayo.
Granada. Octubre-diciembre 1999
David González López «Zaafra» pinta el arte de esta tierra. Sea toreo, cante o baile, el gesto cargado de fuerza emotiva que traduce en sensación plástica el ritmo de la escena. Las personas se convierten así en meros instrumentos portadores de las vibraciones del entorno, siendo raptados por la mirada del pintor para reproducir los sentimientos que generaron en él la imagen vivida. Sus personajes aparecen sustraídos en medio de una nebulosa indefinida, densa, pastosa, quizás el humo del ambiente, o puede que sea la música envolvente o también el halo del recuerdo.
Zaafra interpreta muy bien el sentir del artista, lo destila y expone en su obra recreando con una amplia gama cromática el duende del ambiente. Unas veces acogedor, otras sin nombre, en muchas cargado de sonidos.
Dentro de la exposición que este artista presenta en Granada, aparecen también obras de factura inspirativa distinta, donde el sentir milenarista de la sociedad es reflejado en un amplio lienzo con los más variados horrores, bajo el yugo de jinetes apocalípticos. Es fiel al detalle, no de la forma, sino del sentimiento. Este cuadro es un océano borrascoso donde cualquier idea de serena placidez acaba naufragando, siendo propio del mar tenebroso de los antiguos. Su pintura es ágil, rotunda, densa y variada de colores, posee garra y conecta fácilmente con el espectador.


MIQUEL BARCELÓ EN GRANADA
M. Barceló. Obra sobre papel. 1979-1999.
Centro Cultural La General. Granada. Diciembre 1999 - enero 2000.
La pintura es un arte tan hoyado que pocos temas, mejor decir ninguno, pueden ser ya objeto de su atención.
La vida, el tiempo que pasa y todo fenece, la guadaña vengativa que aguarda al ser humano, son ideas continuamente recurridas.
Pero sin embargo la expresión de tales conceptos, sentimientos o impulsos puede ser diferente, original e incluso revolucionaria. No surge de la nada, sino del estudio, horas de trabajo y el genio del pintor, que saliéndose de los moldes
estilísticos imperantes establece nuevas formas de mirar toda esta temática.
El tiempo es la opresión que atenta continuamente sobre la esencia vital del ser humano, pero ¿cómo interpretarlo? ¿de qué forma se puede reflejar en una obra de arte? Miquel Barceló aporta una perspectiva personal dentro de la plástica. El tiempo es cambio, es paso fugaz que deja rastro. Y en sus cuadros el tiempo pasa, unas veces se «ve», otras por el recuerdo de los materiales depositados en ella, que entretejen una estructura visual cuya composición induce la sensación de su agobio.
Sublima la persona a simple mancha perenne, presa de la materia, movimiento en plena actividad vital, momentos intranscendentes plasmados sobre el papel.
En el Centro Cultural «La General», de Granada, Miquel Barceló expone treinta y dos obras, donde recorre su experiencia estilística, y vital, en los últimos veinte años. Sus señas son singulares, sabe decir al espectador las sensaciones que le oprimen, que intuye ocurren a su alrededor, con un trazo fijo y rotundo, cargado de sensibilidad, además de una concepción compositiva que produce la angustia ante la existencia misma.