jueves, 28 de mayo de 2015

SOLEDAD SEVILLA EN EL CENTRO JOSÉ GUERRERO


LA LÓGICA DE LA IMAGEN

 Autora: Soledad Sevilla. Título: Variaciones de una línea. Lugar: Centro José Guerrero.  Fecha: Hasta el 27 de septiembre.
 
El montaje de la exposición destaca por su inteligente y brillante puesta en escena, donde se ha organizado la obra de tal forma, que el espectador va captando el proceso de exploración seguido a través de líneas y ángulos, incorporándose los colores con el tiempo.
Se recoge en esta muestra la producción de Soledad Sevilla, desde los años sesenta hasta mediados de la década de los ochenta. Son tres instalaciones, situadas en cada planta del edificio, donde se recorre, y comprende, el proceso de germinación del transcurrir creativo del trabajo plástico de la artista. Ésta es una pintora situada en el círculo mágico de los grandes  autores actuales, por lo que todo aquello sometido a su influencia toma validez, como objeto apreciado.
En la primera planta el visitante se encuentra con un conjunto de piezas de configuración geométrica. Las líneas se suceden entre sí, en una letanía visual sin fin, cuan ejercicio de sometimiento mental hacia la extinción de la voluntad en el orden de la lógica geométrica. De vez en cuando se observa un signo de humanidad en el trazo, desembocando en la complejidad del entramado el surgimiento del color, mas todo queda frío y esquemático. Bajo la norma matemática se repite sin cesar, para llegar a una complejidad superior, que permite atisbar la debilidad visual del plano, ofreciendo otras oportunidades para penetrar en su interior. Opina este crítico, que si no se tratara de un producto de Soledad Sevilla nada diría por sí solo, pero el origen de su autora, como el contexto donde está incluida, le confiere un valor fundamental,  para poder explicar el devenir de su posterior producción pictórica.
La segunda planta alberga la serie de cuadros titulada Las Meninas, de gran formato, inmersos en el color, espacios cromáticos continuos de gran superficie, sumidos en tonos grávidos preferentemente, estando definidos por la linealidad que arruga la bidimensionalidad, originando espacios vacíos, salas donde los personajes se han volatilizado, quedando el entorno desnudo, solo su energía que lo llena todo, aunque la profundidad se ofrece de forma tímida, sin querer traspasar los límites elásticos del plano. Es un trabajo espectacular, inspirado en Velázquez, muy relacionado con las vanguardias del tercer cuarto del siglo XX. Sostengo que para mí es un poco frío, alejado de la humanidad de la imagen.
En la tercera planta están colgadas las composiciones donde surge la imagen tras la abstracción geométrica, fruto de un desarrollo conceptual de la técnica plástica, logrando la pintora expresar una soberbia instalación. Triunfa la imagen, se explora el envés de la superficie, indagando en las posibilidades que el espacio oculto encierra. La serie “La Alhambra” nos enseña piezas que rememoran el misterio de los patios del monumento nazarí, la poesía encerrada en sus estancias, propuesta desde una óptica aséptica y alejada de emoción, bajo una mirada sosegada, tranquila, fruto de un viaje racional que desemboca en las puertas de la magia. A través de las tramas que recorren el cuadro, aparecen imágenes insinuantes que reflejan el monumento granadino.
A partir de ahí es otra historia, adentrándose la autora en una aventura de investigación de la esencia lógica de la realidad, la pasión que suscita el color, el leguaje psicológico que la describe.
Constituye una gran exposición la ofrecida en estas Salas, constituyendo uno de los acontecimientos pictóricos del año en Granada.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 

 
 

OBRA DE SOLEDAD SEVILLA EN LA CASA HORNO DE ORO, DE GRANADA

 
 
 

 

 

 

 

 

 

martes, 26 de mayo de 2015

EL CORO CANTICUM NOVUM PRESENTA EN GRANADA " Y TAN ALTA VIDA ESPERO". HOMENAJE EN EL V CENTENARIO DE SANTA TERESA DE JESÚS.
El próximo domingo 24 de mayo, a las 20:00 en el Convento de San José, en la Calle San Matías, gratis hasta completar el aforo y una vez cerrados los colegios electorales, el Coro  Canticum Novum nos presentará “Y tan alta vida espero”. Concierto dedicado a la figura de Santa Teresa de Jesús, y que además de la impecable selección de momentos de su vida, que se hacen acompañar por obras musicales, que ha hecho el Director, Jorge Rodríguez Morata, hay que añadir muchos otros alicientes. De un lado, como decíamos, tenemos la posibilidad tan solo con el programa de mano de pasear por la vida de la Santa, conoceremos su biografía y cómo ha sido tras su muerte, su proyección hasta hoy. Canonizada, beatificada, propuesta Copatrona de España, es hoy reconocida como un personaje con muchas facetas muy relevantes: mística, literata, etc. De otro lado, la selección de obras y los participantes, hacen que los asistentes al Concierto puedan disfrutar de un momento único. Se estrenarán dos obras “Ave Verum” de José Pablo Serrano, obra de factura primorosa, en la con absoluta maestría desarrolla un lenguaje amable, cercano y actual sobre el famoso texto latino. El otro estreno lo firma el compositor Roberto Pineda, que se atreve a musicar uno de los poemas más profundos de la Santa “Oh hermosura que excedéis!”, siendo el resultado de una belleza y de un cuidado en la expresión del texto al alcance de pocos compositores. En el concierto interviene el famoso experto saxofonista Arturo Cid, una eminencia del jazz que en esta ocasión interpretará dos piezas a solo, una de ellas propia y acompaña en otras tres al Coro. Será un momento irrepetible, pues la experiencia de aunar el Canto coral y el saxo, sobre obras de maestros del siglo XVI es algo excepcional. Existe un CD de los Hiliard Ensemble y el saxofonista Jan Garbarek que sirve como referencia a esta “mezcla”, pero vivirlo en directo, es algo que solo se podrá experimentar en este Concierto. Finalmente, a lo largo del Concierto  Jorge Rodríguez Morata y Canticum Novum, ofrecerán versiones de extrema delicadeza a capella, con obras emblemáticas del Canto Gregoriano, obras de Vasquez, Encina o Victoria. Las propias notas al programa, que se ofrecerán en el programa de mano, firmadas por Francisco Bautista Toledo cierra el círculo, pues permiten recrear en el lenguaje de este crítico de Arte, toda la trascendencia que ha tenido en nuestra historia esta mujer, Santa Teresa de Jesús.




 


 

             SANTA TERESA DE JESÚS: UNA OBRA DE AMOR
Francisco Bautista Toledo
 
Páramo desolado, espacio desierto, llanura interminable, una fila oscura rompe la monotonía del llano en el mediodía. Avanza constante, inmersa en un torbellino luminoso, asfixiante, agobio infernal, mas el grupo no desiste, sigue el camino hacia la villa próxima, dirigido bajo el influjo de un mujer de aspecto sencillo, poquita cosa, humilde, pero de mirada cautivadora, seductora, firme y alegre ante la adversidad. Los años transcurren por su rostro, pero sus ojos....son fuente de pasión, ilusión y esperanza.
Ve gigantes donde el común sentido popular comprende molinos. Quiere salvar almas en pena, cuando todos ven ovejas dóciles ante el deseo que las dominan. Su mirada va más allá de la regla del entendimiento establecida, supera la realidad para adentrarse en los arcanos de la verdad. Por ello sufre, quiere cambiar su mundo, no como el caballero de la triste figura, con la fuerza, sino con la oración y entrega al Hombre. Ambos coinciden en su lucha con el maligno, siendo ella expresamente sufridora de sus ataques, desgarros y dolores. Observa el infierno, las almas que allí han desembocado presas de sus gozos mundanos, pero no puede hacer nada, sólo rezar... Sufre, se siente desvalida en la inmensidad de la eterna madrugada, fría y aterida, presa de miedos y acechos de la caterva del Mal. Tirita, tiene miedo, invoca al Amado, siendo Éste siempre esquivo. Luz, ráfaga instantánea presentida en el aposento, que pasa fugaz, se pierde en la monótona sucesión de instantes de la noche, silencio y temblor ante la gloria de su presencia, alimento del alma, pero sigue huérfana de su presencia. La añora, suplica, y el silencio es la respuesta. Es de día, y prosigue la conquista de almas, la lucha contra el Mal, la invocación del Amor, oración, penitencia y alegría ante la esperanza, esperando la siguiente noche, donde tras intentar rememorar la angustia del sacrificio del Amado, sentirá el esplendor del rastro de su presencia. Los días transcurren, la Santa continua con su obra. En la huella dejada por el paso de sus sandalias, está el triunfo de la germinación de la memoria de la herencia dejada. Santa Teresa persiste en su voluntad.


 
 


 

jueves, 21 de mayo de 2015

PABLO SYCET EN SANTA FE (GRANADA)


EL PAISAJE DE PABLO SYCET

Autor: Pablo Sycet. Título: Una travesía del horizonte. Lugar: Instituto de América de Santa Fe. Centro Damián Bayón. Sala A. Fecha: Hasta el 23 de mayo.

Es una obra interesante la de Pablo Sycet, la conozco hace tiempo. En esta ocasión nos muestra su trayectoria pictórica desde los ochenta hasta la primera década del siglo actual. Es papable su evolución partiendo de un estilo ligero en el color, agradable a la mirada, cálido y apacible, donde aparece expuesto en sus tonos sosegados, tranquilos y ligeros, en campos acotados, hacia una forma personal de representación, jugando con el entorno del cuadro, espesando el cromatismo, introduciendo frialdad, oscuridad, desgarros abrasadores en ese ambiente, para significar un universo de paisajes unas veces desolados, en bastantes otras presos de la soledad. Es una mirada melancólica la relatada en estos últimos, que se transforma en derrotada cuando nos habla del tiempo posterior a la batalla. Ensombrece su mirada cuando nos habla del paisaje, en las producciones desarrolladas a partir de los noventa. Pablo Sycet se centra en esa forma de trabajar la pintura, endureciendo su paleta, condensando los tonos, buceando tras las capas matéricas, para descifrar los secretos del color. Se introduce en su poso para extraer la fuerza que desprende en la pieza, interpretando el lenguaje cromático que expresa la sensación apasionada del momento, el abatimiento, soledad, tristeza, misterio, duda... Actúa sobre el color, en la forma que lo soporta, en los guiños figurativos que introduce y los contornos que lo limita, para obtener una propuesta de sólido peso conceptual, que se reproduce así misma, recitando continuamente la idea, que impulsa la aventura del artista hacia la exploración del mundo subterráneo de los cúmulos de azules, rojos, violetas, morados, que predominan en sus composiciones. La obra de Pablo Sycet es singular, ha alcanzado la madurez creativa, con signos de calidad como divisa, exponente de un trabajo artístico de referencia.