viernes, 15 de mayo de 2015

MIGUEL PEIDRO EXPONE EN GRANADA


EL PÉTALO NECESARIO

Autor: Miguel Peidro. Título: Sin título. Lugar: Milenium Gallery. Fecha: Hasta el 14 de mayo.
El pintor busca en la Naturaleza el rastro de la emoción cautivadora ante el resplandor de un paisaje, que arrebata y seduce. No sabe por qué, pero lo siente cuando entra en un estado de éxtasis jubiloso al ser tocado por el soplo de la trascendencia. Plasma el artista su idea en un escenario natural exuberante, rico en vida, misterioso por lo que supone esconde, barroco en contenido, siempre con el agua trascurriendo.
El verde, en sus tonalidades varias, algún ocre, el poco azul que la vegetación, o el reflejo del agua, dejan ver, y verdes esmeraldas que discurren en ríos y arroyos, son los colores predominantes, más el blanco en su variedad azulada, puro, en los campos cubiertos de nieve. En medio de ese entramado de tonalidades, surge la huella dorada del viento luminoso, que imprime su calida caricia en el ambiente.
Miguel Peidro trabaja la pintura en su más hondo clasicismo histórico, exponiendo piezas de dibujo preciso, recargado, intenso y agobiante, cuya densidad crea un peso en la mirada para obligarla a que encuentre las claridades del cuadro, buscando una salida. Esta descompensación en la composición, genera un movimiento interno en la observación del cuadro, descubre el rastro de los genios del bosque, dota de dinamismo y vida a la obra entera. Mas el silencio prevalece, en serena calma la imagen permanece, eterna e inmutable, bañada por la luz. Este sabor histórico de la obra de Peidro no supone una cualidad negativa, sino que es un gesto plástico donde el pintor demuestra su habilidad técnica, al poder decir algo más donde otros están escasos. Es también un complemento necesario, como le decía al galerista Alberto López, pues enriquece la formas artísticas emergentes, por su oposición, contrapeso y tensión creativa, siendo ambas pétalos de una misma flor.
El artista supera la imagen para usarla como soporte en el que reflejar el destello de la luz, que libera el torbellino cromático que encierra, origen de la magia que congela el instante, para recordarlo como extraordinario.
Miguel Peidro nos propone un conjunto bien elaborado, equilibrado, bello y evocador de sensaciones varias. Es como una melodía, que fluye suave por los recovecos del alma.
 


 
 

 

 

 




 

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