EL PÉTALO
NECESARIO
Autor:
Miguel Peidro. Título: Sin título. Lugar: Milenium Gallery. Fecha:
Hasta el 14 de mayo.
El pintor
busca en la Naturaleza el rastro de la emoción cautivadora ante el
resplandor de un paisaje, que arrebata y seduce. No sabe por qué,
pero lo siente cuando entra en un estado de éxtasis jubiloso al ser
tocado por el soplo de la trascendencia. Plasma el artista su idea en
un escenario natural exuberante, rico en vida, misterioso por lo que
supone esconde, barroco en contenido, siempre con el agua
trascurriendo.
El verde,
en sus tonalidades varias, algún ocre, el poco azul que la
vegetación, o el reflejo del agua, dejan ver, y verdes esmeraldas
que discurren en ríos y arroyos, son los colores predominantes, más
el blanco en su variedad azulada, puro, en los campos cubiertos de
nieve. En medio de ese entramado de tonalidades, surge la huella
dorada del viento luminoso, que imprime su calida caricia en el
ambiente.
Miguel
Peidro trabaja la pintura en su más hondo clasicismo histórico,
exponiendo piezas de dibujo preciso, recargado, intenso y agobiante,
cuya densidad crea un peso en la mirada para obligarla a que
encuentre las claridades del cuadro, buscando una salida. Esta
descompensación en la composición, genera un movimiento interno en
la observación del cuadro, descubre el rastro de los genios del
bosque, dota de dinamismo y vida a la obra entera. Mas el silencio
prevalece, en serena calma la imagen permanece, eterna e inmutable,
bañada por la luz. Este sabor histórico de la obra de Peidro no
supone una cualidad negativa, sino que es un gesto plástico donde el
pintor demuestra su habilidad técnica, al poder decir algo más
donde otros están escasos. Es también un complemento necesario,
como le decía al galerista Alberto López, pues enriquece la formas
artísticas emergentes, por su oposición, contrapeso y tensión
creativa, siendo ambas pétalos de una misma flor.
El artista
supera la imagen para usarla como soporte en el que reflejar el
destello de la luz, que libera el torbellino cromático que encierra,
origen de la magia que congela el instante, para recordarlo como
extraordinario.
Miguel
Peidro nos propone un conjunto bien elaborado, equilibrado, bello y
evocador de sensaciones varias. Es como una melodía, que fluye suave
por los recovecos del alma.
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