domingo, 21 de noviembre de 2010

SOL DE OTOÑO O ANÁBASIS AL AMANECER

" Y no es que el hombre no esté triste, sino que
cuando se levanta antes del alba y tiene trato prudente
con un árbol viejo, apoyado el mentón en la última
estrella, ve al fondo del cielo ayuno grandes cosas puras
que se tornan placer ... "

Saint-John Perse





A través de la noche agonizante, en las horas que ya dejan de ser madrugada, me interno en el camino, hacia el tiempo de nadie; la oscuridad pierde su fuerza, traspaso la frontera hacia el alba adentrándome en las nacaradas horas del amanecer. En el horizonte, tras la sierra, se va haciendo patente la presencia al principio tímida, pero después desafiante, de una corona clara, luminosa, brillante cada vez más. En este orden secuencial se desliza el día por el horizonte, hasta invadir toda la cúpula sobre nuestras cabezas.
El claro plateado va tornando a un dorado refulgente. Las oscuras y plomizas nubes de hace un momento se transmutan en explosiones de algodón aurífero, apareciendo sugerentes e irreales. Es el instante del alquimista.
Según avanzo hacia el día se despeja el horizonte de obstáculos montañosos, mostrándome, como aliado de la belleza creciente, el nacimiento de un amanecer otoñal, casi invernal, frío, cristalino y puro, terriblemente estático y tremendamente bello; embriagador con sus mil colores, tonos y matices que se esconden tras su máscara dorado... Y de pronto se hace el Sol, " El sol no tiene nombre, mas su poder se muestra entre nosotros " como escribió Perse; la perspectiva de nuestros pensamientos cambia, vigorizándose, empapándose de energía que el disco áureo, Horus naciente, nos proporciona.
Esta belleza, con el sol medio escondido en su postración, las nubes llameantes y los colores estallando por doquier, me muestran que la obra de arte más perfecta, profundamente inimitable, es esta realidad vivida en el instante, en cada amanecer; la belleza extasía hasta la lujuria sensitiva, evade y transforma, transporta, emociona... El artista recibe la indicación de la senda a seguir.
He aquí la obra perfecta, modelo del artista, la inspiración. La transrealidad empapa, cubre y se absorbe a través de su piel, embotándolo de belleza que grita ser plasmada. Sentimos la belleza, luego existimos.
" Y al comenzar las primeras luces de la alborada primigenia, Dios creó la Belleza "

sábado, 20 de noviembre de 2010

ESTADO DE REPOSO

El frío ambiente invernal hace que nos encostremos en nuestras casas, incluso en nosotros mismos. La intimidad es la norma cotidiana en los días de la estación oscura.
Después de jornadas intensas donde los sentidos han estado sumidos en un mar de sensaciones embriagadoras, la resaca inunda el espíritu, lo abotarga y aisla. Por eso la belleza en exceso se convierte en elemento devaluador de su aprecio. El contraste es fundamental, como la variación, inflexión o ausencia de la belleza.
El espíritu necesita descansar, para poder volver posteriormente a llenarse de evocaciones transcendentales El recuerdo en estas circunstancias toma asiento y su uso transforma la realidad auténtica, mitifica el objeto ensoñado y lo dota de cualidades nuevas. Mientras, el invierno toma fuerza.

domingo, 14 de noviembre de 2010

MAR DE BRONCE

El sol se funde en el horizonte, sumergiéndose hasta los confines de Neptuno. En ese momento sus rayos se derraman por el mar, esparciéndose en toda la superficie que abarca, transformándose en oro incandescente que hierve en las crestas de las olas, chispea y deslumbra, tras cuya explosión fulminante se apaga lentamente, pasando a oro viejo, y tras el breve rayo verde de la despedida solar, en cobrizo mutante a un mar de bronce, que permanece en las horas plañideras del día hasta ensombrecerse y desaparecer en las brumas grisáceas del anochecer. En esta sucesión alquímica la luz juega con múltiples tonalidades, sedosa, brillante, caótica, en una coral de ondulaciones que en su diversidad componen una melodía apacible y melancólica. La luz fue absorbida por el mar.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

RETRATO DE UNA TARDE DE OTOÑO

El sol se sumerge en el horizonte, apagando el mar el ascua ígnea. Las nubes se infaman y arden fugazmente, para convertirse en naves plomizas que surcan el firmamento, oscureciendo a su paso hasta esfumarse en la inmensa oscuridad. Las escenas van sucediéndose apaciblemente, luz que agoniza, brisa suave, mar en calma, virando la templanza del ambiente hacia el denso frío vestido de humedad, cuando anochece. Todo transcurre tranquilo, las olas se agotan sigilosas en la playa, sin querer hacer ruido, la tarde pasa y la noche muestra su faz veladora, apagándose la bóveda celeste lentamente, deslizándose los momentos en la sedosa tranquilidad que los sentidos perciben. La tarde transcurre...hasta agotarse.

lunes, 1 de noviembre de 2010

RESEÑAS

Los dioses crean a partir de la atemporalidad, los titanes obran y discurren en el tiempo. De hecho, están más cercanos a la técnica que al arte. Por eso Höderlin aconseja al poeta que sueñe y se consuele con Dionisios mientras reinan “ los férreos “, aunque sabe muy bien que los dioses volverán.

Ernst Jünger

TIEMPOS DIFÍCILES

La resignación parece ser vencedora en el ambiente, pues aún persiste la esperanza que la crisis pronto pasará, mas su efecto va haciendo mella cada día que pasa.

Pasan los días, y todo parece transcurrir igual, esperando el milagro, el que lo hagan otros, y el milagro se esconde continuamente a nuestra presencia. ¿Dónde está el milagro? Mirémonos en el espejo, en nosotros mismos, en el trabajo en equipo de todos. Pongamos en práctica nuestros sueños, las ideas que siempre hemos querido aplicar en el trabajo, hagamos posible que pueda desarrollarla el que las tenga, movámonos hacia la esperanza, la acción, el trabajo… desechando envidias y complejos, disputas y diferencias. Vayamos a las soluciones reales y lógicas, lo que nuestra experiencia y creatividad dicta.

EL ALMA DE NÍJAR

Níjar no es un espejismo, es una realidad patente que conserva la auténtica tradición almeriense en sus casas y calles. Sin embargo aunque sea reflejo del pasado se proyecta hacia el futuro, expresando su voz secular como forma de vivir más humana.

Su historia gira en torno a la Glorieta, plaza presidida por la iglesia, mole robusta de historias aprehendidas en sus muros, en eterno diálogo con el Ayuntamiento. Este espacio acoge el alma del lugar.

El pueblo desciende desde el cerro de la Atalaya hasta el llano, vertebrado por el paseo, espejismo según Goytisolo, pero signo de modernidad y deseo de triunfo y liberación sobre el abatimiento y miserias del pasado. Ojos ajenos no comprenden la verdadera faz de esta tierra.

Níjar ha superado los tópicos expresados en obras literarias, basadas en realidades ficticias distintas a la verdadera imagen que el pueblo proyecta.

NOCHE DE NOVIEMBRE

Noche, frío, noche, silencio, transcurre el tiempo, noche y silencio, frío y noche, noche, noche, paz y tranquilidad, proyectos para mañana, inquietudes y sueño.

Paz y silencio, noche y paz, noche, frío y paz, todo sucede suave, pesadas horas de la noche, paz y noche, sueño y frío, mañana será.


Noche de noviembre, noche anodina, remanso oscuro que acumula las horas. Caen lentas, pesadas, espesas, preñadas de sopor, ensoñaciones absurdas e ideas confusas.

Noche de noviembre, escenario oculto de la nada, aparente y frío, aparece tranquilo, preludio de un gris amanecer.

HORAS MÁGICAS

Atardecer áureo transformante en rojo cárdeno, en el teatro sereno de un paisaje frío, preludio de una noche cristalina.
Bancos de nubes sobre el horizonte, crean el contraste para convertir el instante en un fascinante cuadro de belleza sin par. Amarillo oro que envejece hasta el rojo, apagándose por el frío. Las nubes inflaman su algodón, para convertirse en cenizas etéreas.
Justo antes de hundirse en el quebrado horizonte, brilla intensamente, explotando e hinchando su luz hasta inundar, de forma hiriente y penetrante, todo aquello expuesto a su faz. Como canto de cisne, epílogo del día; cántico triunfal de esperanza.
Traspasando las fronteras del infinito, luz agónica que palidece hasta quedar sumergida en las brumas, el sol descansa, cierra sus ojos abandonando el reino telúrico a la espesa capa de la oscuridad invernal. Escondido entre las rocas, viaja hacia el imperio subterráneo, en su cotidiana aventura órfica, para transformarse tras la madrugada.
Mientras, el reino oculto de la noche con leves ascuas oteadoras de sus misterios, sienta sus leyes. Lo que antes era real pasa al mundo de la fantasía.
El silencio como fondo transporta legión de sonidos amenazantes unas veces, advertidores del acecho fatal otras.
Las maravillosas estampas que muestra la naturaleza, con sus colores tenues verdosos amarillentos, han ido difuminándose, acabando presa del torrente oscuro esparcido sobre el cielo.
La pérdida de la luz, de los brillos y reflejos que sitúan al ser humano en el embriagador entorno de sensaciones, hace que un sentimiento de pérdida y desorientación surja en él, la realidad es sustituida por un mundo desconocido, donde cualquier hecho es magia y aventura. Sólo se siente, intuye y piensa pero no hay imagen. La revelación y sabiduría
que porta la luz es añorada, buscada esperando su retorno.
Sumidos en el hogar de la lumbre, ídolo solar, depositario del poder transformante y vivificador, pacientemente transcurre la noche.